¡Qué desmadre! Imagínate esto: te estás comunicando con tus panas por Snapchat, intentando aprender japonés en Duolingo, coordinando una llamada importante en Zoom, o incluso jugando un chunche en Roblox, y de pronto... ¡zas!, todo se va al garete. Pues eso le pasó a muchísima gente este lunes, porque hubo un problemón grandote en Amazon Web Services (AWS), la base de muchos de los servicios digitales que damos por sentado.
Para los que no estén familiarizados, AWS es como la columna vertebral de internet para miles de empresas y aplicaciones. Piensa que es donde se guardan los datos, corren las aplicaciones, y hacen posible que todo funcione. Cuando ellos tienen un bache, el efecto dominó es brutal. No solo afectó a las apps mencionadas, sino también a bancos como Lloyds y Halifax, que tuvieron que ponerle parche rápidamente para evitar que sus clientes se quedaran sin poder hacer transacciones online. ¡Imagínate la bronca!
Según los encargados de AWS, ya lograron resolver el problema técnico, pero todavía pueden haber algunos contratiempos mientras todo vuelve a la normalidad. Lo que pasa es que, cuando hay una falla así, la gente sigue intentando usar las cosas como si nada, y luego los sistemas se ven desbordados tratando de procesar todas esas solicitudes atrasadas. Es como si le lanzaras toda la ropa sucia a la lavadora de golpe; ¡tarda una eternidad en terminar!
Además, aparentemente hay un problema adicional con el lanzamiento de unas “instancias EC2”, que son como computadoras virtuales dentro de los servidores de Amazon. Esto complica aún más la recuperación completa del servicio. Downdetector, una plataforma que rastrea estas fallas, registró más de cuatro millones de reportes de problemas en todo el mundo solo esta mañana – ¡más del doble de lo que suelen ver en un día normal! Eso sí que da que pensar, diay.
El percance ocurrió principalmente en Estados Unidos, donde están ubicadas las principales operaciones de computación en la nube de Amazon, específicamente en Virginia del Norte. Expertos señalan que este incidente pone en evidencia lo arriesgado que puede ser depender tanto de un solo proveedor gigante para nuestra infraestructura digital. Parece que nos hemos puesto todos los huevos en la misma canasta, y cuando esa canasta se cae… bueno, ya saben cómo termina la historia. Es un poco inquietante, la verdad.
Liv McMahon, reportera de tecnología de la BBC, acertadamente apunta que desconocemos los detalles exactos de lo que causó la caída, y quizás nunca lo sepamos del todo. Lo que sí sabemos es que el problema estaba relacionado con la resolución DNS, que McMahon explica que funciona como una especie de guía telefónica de internet. Convierte los nombres de los sitios web que utilizamos en códigos numéricos que las computadoras entienden. Si este sistema falla, es como si perdieras el directorio y no pudieras encontrar nada.
No es la primera vez que vemos algo así, claro. En los últimos años hemos sido testigos de varias interrupciones masivas, como la caída de Facebook, Instagram y WhatsApp en octubre de 2021, o la afectación a Google, Amazon, Reddit y Twitch en junio de 2021. Todas ellas demuestran lo frágil que puede ser la infraestructura digital global y lo dependientes que somos de estos pocos gigantes tecnológicos. Ya sea un bug en el software, un error de configuración o simplemente una sobrecarga del sistema, siempre hay algo que puede salir mal. ¡Qué carga!
Ahora bien, aquí viene la pregunta: ¿deberíamos, como sociedad, buscar alternativas para diversificar nuestros proveedores de servicios en la nube y reducir nuestra dependencia de estos gigantes tecnológicos, o es inevitable que sigamos confiando en ellos por conveniencia y costo? ¿Creen que este tipo de incidentes generará cambios significativos en la forma en que las empresas y los individuos utilizan la tecnología?
Para los que no estén familiarizados, AWS es como la columna vertebral de internet para miles de empresas y aplicaciones. Piensa que es donde se guardan los datos, corren las aplicaciones, y hacen posible que todo funcione. Cuando ellos tienen un bache, el efecto dominó es brutal. No solo afectó a las apps mencionadas, sino también a bancos como Lloyds y Halifax, que tuvieron que ponerle parche rápidamente para evitar que sus clientes se quedaran sin poder hacer transacciones online. ¡Imagínate la bronca!
Según los encargados de AWS, ya lograron resolver el problema técnico, pero todavía pueden haber algunos contratiempos mientras todo vuelve a la normalidad. Lo que pasa es que, cuando hay una falla así, la gente sigue intentando usar las cosas como si nada, y luego los sistemas se ven desbordados tratando de procesar todas esas solicitudes atrasadas. Es como si le lanzaras toda la ropa sucia a la lavadora de golpe; ¡tarda una eternidad en terminar!
Además, aparentemente hay un problema adicional con el lanzamiento de unas “instancias EC2”, que son como computadoras virtuales dentro de los servidores de Amazon. Esto complica aún más la recuperación completa del servicio. Downdetector, una plataforma que rastrea estas fallas, registró más de cuatro millones de reportes de problemas en todo el mundo solo esta mañana – ¡más del doble de lo que suelen ver en un día normal! Eso sí que da que pensar, diay.
El percance ocurrió principalmente en Estados Unidos, donde están ubicadas las principales operaciones de computación en la nube de Amazon, específicamente en Virginia del Norte. Expertos señalan que este incidente pone en evidencia lo arriesgado que puede ser depender tanto de un solo proveedor gigante para nuestra infraestructura digital. Parece que nos hemos puesto todos los huevos en la misma canasta, y cuando esa canasta se cae… bueno, ya saben cómo termina la historia. Es un poco inquietante, la verdad.
Liv McMahon, reportera de tecnología de la BBC, acertadamente apunta que desconocemos los detalles exactos de lo que causó la caída, y quizás nunca lo sepamos del todo. Lo que sí sabemos es que el problema estaba relacionado con la resolución DNS, que McMahon explica que funciona como una especie de guía telefónica de internet. Convierte los nombres de los sitios web que utilizamos en códigos numéricos que las computadoras entienden. Si este sistema falla, es como si perdieras el directorio y no pudieras encontrar nada.
No es la primera vez que vemos algo así, claro. En los últimos años hemos sido testigos de varias interrupciones masivas, como la caída de Facebook, Instagram y WhatsApp en octubre de 2021, o la afectación a Google, Amazon, Reddit y Twitch en junio de 2021. Todas ellas demuestran lo frágil que puede ser la infraestructura digital global y lo dependientes que somos de estos pocos gigantes tecnológicos. Ya sea un bug en el software, un error de configuración o simplemente una sobrecarga del sistema, siempre hay algo que puede salir mal. ¡Qué carga!
Ahora bien, aquí viene la pregunta: ¿deberíamos, como sociedad, buscar alternativas para diversificar nuestros proveedores de servicios en la nube y reducir nuestra dependencia de estos gigantes tecnológicos, o es inevitable que sigamos confiando en ellos por conveniencia y costo? ¿Creen que este tipo de incidentes generará cambios significativos en la forma en que las empresas y los individuos utilizan la tecnología?