¡Imagínate la bronca! Este sábado, en medio del bullicio del Mercado Central, el diputado Eli Feinzaig, pensando que iba a echar unos consejillos económicos, se topó con un seguidor de Rodrigo Chaves que parecía haber tomado sol directo. El pobre Feinzaig, que estaba dando vueltas por ahí grabando unas cositas para sus redes sociales, apenas había empezado a explicar por qué los precios andan tan salados, cuando…
El tipo, que bueno, parece que tenía la vena política bien encendida, salió del anonimato como si fuera Superman, gritándole a Feinzaig cosas que ni nos vamos a creer. Cosas así como “¡Viva Rodrigo Chaves!” y “¡Hágale, vividores!”. Pa’ ponerle sabor, también le preguntó si no le daba vergüenza andar hablando de Bukele e Israel, ¡diay! Como si eso tuviera relación con la inflación, ¿eh?
El video, cortesía de Diego Porras, se viralizó rapidísimo en las redes. Uno porque, claro, ver a un político siendo confrontado así en medio del mercado es material jugoso pa’ TikTok, y dos porque la gente está polarizada como nevera y cada quien defiende su parche a morir. Ya van miles de comentarios, algunos defendiendo a Feinzaig diciendo que el tipo se pasó de la raya, otros aplaudiendo la valentía del seguidor chavista.
Feinzaig, pa’ darle crédito, se quedó recontra sorprendido. No esperaba semejante recibimiento. Lo miraba como si hubiera visto un fantasma, tratando de asimilar lo que pasaba. Intentó mantener la calma, como buen político, pero se notaba que el susto lo tenía agarradito. Imagínate estar tú ahí, echando un rollo serio y de repente te caen encima con esos gritos…
Este incidente, como decía, llega en un momento clave de la campaña electoral. Feinzaig, buscando posicionarse como alternativa al gobierno actual, ha estado insistiendo mucho en la necesidad de revisar las regulaciones económicas para bajar los precios. Y vaya que la gente está sensible al tema, como vimos con esta reacción. Uno piensa que la economía anda apretada, ¿quién no siente eso en el bolsillo?
Y ojo que esto no es el primer encontronazo de este tipo. Se recuerdan otras situaciones similares, aunque quizá no tan explosivas. Álvaro Ramos, por ejemplo, tuvo problemas con una señora en otra ocasión. Laura Fernández tuvo que minimizar un enfrentamiento con una ciudadana. Parece que la tensión política está alta y la gente está expresando su frustración a diestra y siniestra.
La cosa es que este episodio pone de manifiesto la polarización que vivimos en el país. Unos ven a Feinzaig como un “vividor” más, otros como un rescatador de la economía nacional. Y en medio de todo, tenemos a los seguidores de Chaves, que defienden al presidente a capa y espada. Es un panorama complicado, donde el diálogo parece ser casi imposible. ¿Será que estamos condenados a vivir en una guerra constante de ideas y acusaciones?
Ahora me pregunto, ¿cree usted que este tipo de confrontamientos públicos son inevitables en una democracia vibrante como la nuestra, o deberíamos buscar formas más civilizadas de expresar nuestras diferencias políticas? Comparta su opinión en el foro – ¡quiero saber qué piensa la gente!
El tipo, que bueno, parece que tenía la vena política bien encendida, salió del anonimato como si fuera Superman, gritándole a Feinzaig cosas que ni nos vamos a creer. Cosas así como “¡Viva Rodrigo Chaves!” y “¡Hágale, vividores!”. Pa’ ponerle sabor, también le preguntó si no le daba vergüenza andar hablando de Bukele e Israel, ¡diay! Como si eso tuviera relación con la inflación, ¿eh?
El video, cortesía de Diego Porras, se viralizó rapidísimo en las redes. Uno porque, claro, ver a un político siendo confrontado así en medio del mercado es material jugoso pa’ TikTok, y dos porque la gente está polarizada como nevera y cada quien defiende su parche a morir. Ya van miles de comentarios, algunos defendiendo a Feinzaig diciendo que el tipo se pasó de la raya, otros aplaudiendo la valentía del seguidor chavista.
Feinzaig, pa’ darle crédito, se quedó recontra sorprendido. No esperaba semejante recibimiento. Lo miraba como si hubiera visto un fantasma, tratando de asimilar lo que pasaba. Intentó mantener la calma, como buen político, pero se notaba que el susto lo tenía agarradito. Imagínate estar tú ahí, echando un rollo serio y de repente te caen encima con esos gritos…
Este incidente, como decía, llega en un momento clave de la campaña electoral. Feinzaig, buscando posicionarse como alternativa al gobierno actual, ha estado insistiendo mucho en la necesidad de revisar las regulaciones económicas para bajar los precios. Y vaya que la gente está sensible al tema, como vimos con esta reacción. Uno piensa que la economía anda apretada, ¿quién no siente eso en el bolsillo?
Y ojo que esto no es el primer encontronazo de este tipo. Se recuerdan otras situaciones similares, aunque quizá no tan explosivas. Álvaro Ramos, por ejemplo, tuvo problemas con una señora en otra ocasión. Laura Fernández tuvo que minimizar un enfrentamiento con una ciudadana. Parece que la tensión política está alta y la gente está expresando su frustración a diestra y siniestra.
La cosa es que este episodio pone de manifiesto la polarización que vivimos en el país. Unos ven a Feinzaig como un “vividor” más, otros como un rescatador de la economía nacional. Y en medio de todo, tenemos a los seguidores de Chaves, que defienden al presidente a capa y espada. Es un panorama complicado, donde el diálogo parece ser casi imposible. ¿Será que estamos condenados a vivir en una guerra constante de ideas y acusaciones?
Ahora me pregunto, ¿cree usted que este tipo de confrontamientos públicos son inevitables en una democracia vibrante como la nuestra, o deberíamos buscar formas más civilizadas de expresar nuestras diferencias políticas? Comparta su opinión en el foro – ¡quiero saber qué piensa la gente!