Mano, acá te va la data. Resulta que Bank of America, esos gringos que andan viendo cómo le va a Costa Rica, nos dieron un batacazo tremendo. Recordemos aquella época en 2024, cuando nos bautizaron como la ‘economía jaguar’ – un nombre que pegó como pega macana y ahora lo vemos en pines, banderas e incluso imitándolo con el hocico como si fuéramos felinos. Parecía que íbamos a comer gallito, ¿verdad?
Pero parece que la cosa cambió, changui. El bicho que nos decían ‘jaguar’ anda con cuidado porque la inflación, que parecía un sueño lejano, quiere jugarnos una mala pasada. Después de casi tres años de verla abajo, BofA nos avisa que hay que echarle ojo a los precios, porque pueden subir rapidísimo. ¡Y eso que estamos apenas empezando a respirar tranquilo!
Para entender qué onda, hay que recordar cómo llegó la cosa. En 2024, Bank of America nos dio esa bonita etiqueta de ‘jaguar’ porque estábamos creciendo como espuma, con las exportaciones a tope y la inflación en baja. Todo pintaba rositas, parecíamos los tigres asiáticos de antes. Nos hacían sentir que éramos imbatibles, que teníamos el control de la vara.
Lo curioso es que la deflación, esa cosa rara que vimos por tantos meses, BofA la catalogó como ‘temporal’. Dijeron que estábamos creciendo gracias a las exportaciones, y que eso explicaría el aparente milagro económico. Pero, ay, mano… ¡ese milagro se demoró mucho en consolidarse!
Ahora, diecinueve meses después, la deflación se ha quedado con nosotros, empeñada en no irse. El Banco Central de Costa Rica (BCCR) ni siquiera sabe cuándo vamos a volver a ver la inflación dentro del rango normal – entre el 2% y el 4%. Parece que vamos a seguir esperando, mientras tanto, el bicho de la inflación nos acecha al lado, listo para dar un zarpazo.
Y lo peor es que los precios internacionales de los combustibles, que hasta ahora nos habían estado dando un respiro, podrían empezar a subir. BofA calcula que para finales de 2026, el precio del barril podría aumentar un 13%. Eso sí que duele, porque afecta todo, desde la gasolina hasta el pan. ¡Una verdadera carga para el bolsillo!
Pero no todo está perdido, chunche. Por lo pronto, seguimos aprovechándonos de los precios bajos de los productos agrícolas. Aunque, ojo, BofA advierte que para 2026, los precios del maíz, el azúcar y el trigo podrían empezar a moderarse. Así que hay que prepararse para lo peor, aunque esperemos que no sea tan malo. Al final, todo esto pinta como una montaña rusa, diay. Un día arriba, al siguiente abajo.
En fin, señores, parece que la ‘economía jaguar’ necesita una checa urgente. ¿Será que nos emocionamos demasiado con el nombre y olvidamos ponerle candado a la inflación? O, ¿será que simplemente estamos ante cambios económicos globales que escapan a nuestro control? ¿Ustedes creen que el Gobierno está preparado para enfrentar estos nuevos desafíos, o seguiremos arrastrándonos como gatitos asustados? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, necesito saber qué piensan mis compas!
Pero parece que la cosa cambió, changui. El bicho que nos decían ‘jaguar’ anda con cuidado porque la inflación, que parecía un sueño lejano, quiere jugarnos una mala pasada. Después de casi tres años de verla abajo, BofA nos avisa que hay que echarle ojo a los precios, porque pueden subir rapidísimo. ¡Y eso que estamos apenas empezando a respirar tranquilo!
Para entender qué onda, hay que recordar cómo llegó la cosa. En 2024, Bank of America nos dio esa bonita etiqueta de ‘jaguar’ porque estábamos creciendo como espuma, con las exportaciones a tope y la inflación en baja. Todo pintaba rositas, parecíamos los tigres asiáticos de antes. Nos hacían sentir que éramos imbatibles, que teníamos el control de la vara.
Lo curioso es que la deflación, esa cosa rara que vimos por tantos meses, BofA la catalogó como ‘temporal’. Dijeron que estábamos creciendo gracias a las exportaciones, y que eso explicaría el aparente milagro económico. Pero, ay, mano… ¡ese milagro se demoró mucho en consolidarse!
Ahora, diecinueve meses después, la deflación se ha quedado con nosotros, empeñada en no irse. El Banco Central de Costa Rica (BCCR) ni siquiera sabe cuándo vamos a volver a ver la inflación dentro del rango normal – entre el 2% y el 4%. Parece que vamos a seguir esperando, mientras tanto, el bicho de la inflación nos acecha al lado, listo para dar un zarpazo.
Y lo peor es que los precios internacionales de los combustibles, que hasta ahora nos habían estado dando un respiro, podrían empezar a subir. BofA calcula que para finales de 2026, el precio del barril podría aumentar un 13%. Eso sí que duele, porque afecta todo, desde la gasolina hasta el pan. ¡Una verdadera carga para el bolsillo!
Pero no todo está perdido, chunche. Por lo pronto, seguimos aprovechándonos de los precios bajos de los productos agrícolas. Aunque, ojo, BofA advierte que para 2026, los precios del maíz, el azúcar y el trigo podrían empezar a moderarse. Así que hay que prepararse para lo peor, aunque esperemos que no sea tan malo. Al final, todo esto pinta como una montaña rusa, diay. Un día arriba, al siguiente abajo.
En fin, señores, parece que la ‘economía jaguar’ necesita una checa urgente. ¿Será que nos emocionamos demasiado con el nombre y olvidamos ponerle candado a la inflación? O, ¿será que simplemente estamos ante cambios económicos globales que escapan a nuestro control? ¿Ustedes creen que el Gobierno está preparado para enfrentar estos nuevos desafíos, o seguiremos arrastrándonos como gatitos asustados? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, necesito saber qué piensan mis compas!