¡Pero qué vaina, raza! Resulta que el otrora exdiputado y abogado Leonel Villalobos Salazar, ese que siempre anda metido en líos, quiso hacer de las suyas este fin de semana tratando de ingresar un teléfono celular a la cárcel de mujeres El Buen Pastor. ¡Imagínate la escena! Como si no tuviera suficiente con todo lo demás, ahora quiere mandar mensajes desde la cárcel, diay.
Según nos cuentan desde el Ministerio de Justicia, el hecho se descubrió este domingo por la mañana, tal como ya había adelantado CRHoy. Parece ser que Don Leonel, con toda su pinta de jurista respetable, llevó el chunche dentro de un bolso personal. Un bolso, vamos… ¡qué morbo! Lo curioso es que también le encontraron un chip de telefonía encima, así que no era precisamente para llamar a sus abuelitas. Ya se puede imaginar el alboroto que causó, pues eso es pura irregularidad.
La Policía Penitenciaria, que está bien atenta últimamente, no tardó en reaccionar y mandaron al señor Villalobos directamente a la Fiscalía de Flagrancia de Goicoechea. Ahí lo van a procesar, claro, porque tratar de contrabandear un celular a una cárcel no es precisamente un acto de civismo. Uno se pregunta, ¿qué estará tramando este señor? ¿Será que tiene algún plan maestro desde la sombra?
Y hablando de sombras, recordemos que Villalobos no es ajeno a controversias. Este mae lleva décadas ligado a historias turbias de narcotráfico y crimen organizado. Tiene un historial plagado de señalamientos y procesos judiciales, algunos más graves que otros. Es un caso que da para analizar, porque parece que este señor nunca aprende la lección.
Lo más curioso de todo es cómo llegó a estar en libertad. Gracias a un beneficio carcelario, después de haber sido condenado a tres años de ejecución condicional por robarle unos pesos a un operativo antidrogas. Tres años, diay... ¿y ahora esto? Parece que esa ejecución condicional no le sirvió de mucho para reflexionar sobre sus actos. Definitivamente, la justicia parece tenerle debilidad.
Ahora, muchos se preguntan cómo pudo pasar esto. ¿Hubo alguna falla en el protocolo de seguridad? ¿Alguien hizo la vista gorda? Estas son preguntas que seguramente la fiscalía investigará a fondo. Porque permitir que alguien como Villalobos ingrese un celular a la cárcel, es poner en riesgo la seguridad de otras personas privadas de libertad, y eso, obviamente, no se puede tolerar. Además, abre puerta a cosas peores, como coordinar actividades ilícitas desde adentro.
Este caso, además de levantar ampollas en la opinión pública, pone de manifiesto algunas carencias en nuestro sistema penitenciario. Necesitamos fortalecer los controles y garantizar que estas situaciones no se vuelvan a repetir. No podemos permitir que personajes con un historial como el de Villalobos puedan seguir aprovechándose de cualquier resquicio legal para cometer actos irregulares. Es hora de darle duro al problema y buscar soluciones efectivas, porque esto ya va superando los límites de la vergüenza. Así estamos nosotros, siempre buscando la manera de salir adelante, pero con gente como esta complicándonos la vida.
En fin, un nuevo capítulo en la novela de Leonel Villalobos. ¿Ustedes creen que este incidente afectará la imagen del sistema penitenciario o simplemente será otro episodio más en la larga lista de escándalos relacionados con figuras públicas? Déjenme sus opiniones en los comentarios; ¡quiero saber qué piensan ustedes de este brete!
Según nos cuentan desde el Ministerio de Justicia, el hecho se descubrió este domingo por la mañana, tal como ya había adelantado CRHoy. Parece ser que Don Leonel, con toda su pinta de jurista respetable, llevó el chunche dentro de un bolso personal. Un bolso, vamos… ¡qué morbo! Lo curioso es que también le encontraron un chip de telefonía encima, así que no era precisamente para llamar a sus abuelitas. Ya se puede imaginar el alboroto que causó, pues eso es pura irregularidad.
La Policía Penitenciaria, que está bien atenta últimamente, no tardó en reaccionar y mandaron al señor Villalobos directamente a la Fiscalía de Flagrancia de Goicoechea. Ahí lo van a procesar, claro, porque tratar de contrabandear un celular a una cárcel no es precisamente un acto de civismo. Uno se pregunta, ¿qué estará tramando este señor? ¿Será que tiene algún plan maestro desde la sombra?
Y hablando de sombras, recordemos que Villalobos no es ajeno a controversias. Este mae lleva décadas ligado a historias turbias de narcotráfico y crimen organizado. Tiene un historial plagado de señalamientos y procesos judiciales, algunos más graves que otros. Es un caso que da para analizar, porque parece que este señor nunca aprende la lección.
Lo más curioso de todo es cómo llegó a estar en libertad. Gracias a un beneficio carcelario, después de haber sido condenado a tres años de ejecución condicional por robarle unos pesos a un operativo antidrogas. Tres años, diay... ¿y ahora esto? Parece que esa ejecución condicional no le sirvió de mucho para reflexionar sobre sus actos. Definitivamente, la justicia parece tenerle debilidad.
Ahora, muchos se preguntan cómo pudo pasar esto. ¿Hubo alguna falla en el protocolo de seguridad? ¿Alguien hizo la vista gorda? Estas son preguntas que seguramente la fiscalía investigará a fondo. Porque permitir que alguien como Villalobos ingrese un celular a la cárcel, es poner en riesgo la seguridad de otras personas privadas de libertad, y eso, obviamente, no se puede tolerar. Además, abre puerta a cosas peores, como coordinar actividades ilícitas desde adentro.
Este caso, además de levantar ampollas en la opinión pública, pone de manifiesto algunas carencias en nuestro sistema penitenciario. Necesitamos fortalecer los controles y garantizar que estas situaciones no se vuelvan a repetir. No podemos permitir que personajes con un historial como el de Villalobos puedan seguir aprovechándose de cualquier resquicio legal para cometer actos irregulares. Es hora de darle duro al problema y buscar soluciones efectivas, porque esto ya va superando los límites de la vergüenza. Así estamos nosotros, siempre buscando la manera de salir adelante, pero con gente como esta complicándonos la vida.
En fin, un nuevo capítulo en la novela de Leonel Villalobos. ¿Ustedes creen que este incidente afectará la imagen del sistema penitenciario o simplemente será otro episodio más en la larga lista de escándalos relacionados con figuras públicas? Déjenme sus opiniones en los comentarios; ¡quiero saber qué piensan ustedes de este brete!
