¡Patético, diay! Quién iba a pensar que una emisora como Radio Sinfonía, que pegó tanto con la bolita de cristal y los concursos, se iría al traste por unos cuantos millones. Parece mentira, pero ahí la tienen, cerrando sus puertas después de casi seis décadas llenándonos los oídos con música y voces que marcaron época. El panorama está bien feo, compa, y esto golpea duro al corazón de muchos ticos.
Según el dueño, Don Carlos Lafuente, la Sutel les puso un clavo gigante con esos impuestos exorbitantes que ni el Banco Nacional da. Él dice que intentaron buscarle la vuelta, pidieron una prórroga de 18 meses –como les da derecho la ley– y hasta les dieron luz verde, pero otras emisoras, unas 20 o 22 según él, tienen dictámenes negativos y ahora el Estado quiere meterles mano. ¡Qué desenfreno, diay!
Don Carlos no se anda con rodeos y dice que la Sutel anduvo macuca evaluando la situación, metiendo números sin orden ni concierto. Según él, el Presidente, que es economista, seguro no sabía de estos planes tan aguados. “Yo siento que, de alguna forma, están confundiendo números,” soltó el hombre, visiblemente molesto. Y vaya que tiene razón, porque mandar a cerrar una emisora con tanta historia y tradición por cuestiones económicas, pues ahí hay algo que no cuadra, mae.
Pero la bronca no es solo económica, claro. También hay un tema de principios, como dice Don Carlos. Después de tanto tiempo cumpliendo con todo, respetando las leyes y siendo parte importante de la vida de los costarricenses, verse obligados a tirar la toalla por culpa de unos papeles… pues eso sí que duele, diay. Él enfatiza que Radio Sinfonola siempre abrió sus micrófonos a quien necesitara, apoyando causas sociales y ofreciendo un espacio para la comunidad.
Y hablando de la comunidad, ahí radica la verdadera pérdida. Porque Radio Sinfonola no era solo una emisora, era un punto de encuentro, un lugar donde la gente conectaba con sus raíces, escuchaba sus canciones favoritas y participaba en programas que formaron parte de su día a día. Ahora, quién va a llenar ese vacío, diay? Otros medios extranjeros entrando pa' agarrarle el huesito, puro chunche pa' afuera... queda uno preocupao'.
El personal de Radio Sinfonola, muchos con décadas de antigüedad en la empresa, también está pasando un brete. Imagínate, gente que dio lo mejor de sí todos estos años, viendo cómo su trabajo desaparece en un abrir y cerrar de ojos. Don Carlos asegura que son como familia para él y que está consciente de la incertidumbre que enfrentan. ¡Qué salada la jugada, eh! Hablando de eso, don Carlos dijo sentirse super agradecido por el cariño recibido, "no sé cómo agradecerlo jamás".
En un comunicado oficial, Radio Sinfonola responsabilizó directamente al Gobierno de la República por su cierre. Y lo hicieron con un mensaje lleno de nostalgia, recordando aquellos tiempos dorados desde 1966, cuando apenas encendieron ese modestísimo transmisor artesanal. Ya no habrá más melodías ni concursos en el 90.3, ahora ese espacio estará ocupado por un capital extranjero. ¡Imagínate, diay! Una pyme tica dando paso a un negocio gringo, por culpa de la plata.
La situación pinta negra, compa. Radio Sinfonola se va del aire, dejando un hueco enorme en la memoria colectiva de Costa Rica. Pero antes de que se apague la última canción, me pregunto: ¿Crees que el gobierno debería haber encontrado una solución diferente para evitar el cierre de emisoras históricas como Radio Sinfonola, o es inevitable que estas medidas afecten a las pequeñas empresas locales?
Según el dueño, Don Carlos Lafuente, la Sutel les puso un clavo gigante con esos impuestos exorbitantes que ni el Banco Nacional da. Él dice que intentaron buscarle la vuelta, pidieron una prórroga de 18 meses –como les da derecho la ley– y hasta les dieron luz verde, pero otras emisoras, unas 20 o 22 según él, tienen dictámenes negativos y ahora el Estado quiere meterles mano. ¡Qué desenfreno, diay!
Don Carlos no se anda con rodeos y dice que la Sutel anduvo macuca evaluando la situación, metiendo números sin orden ni concierto. Según él, el Presidente, que es economista, seguro no sabía de estos planes tan aguados. “Yo siento que, de alguna forma, están confundiendo números,” soltó el hombre, visiblemente molesto. Y vaya que tiene razón, porque mandar a cerrar una emisora con tanta historia y tradición por cuestiones económicas, pues ahí hay algo que no cuadra, mae.
Pero la bronca no es solo económica, claro. También hay un tema de principios, como dice Don Carlos. Después de tanto tiempo cumpliendo con todo, respetando las leyes y siendo parte importante de la vida de los costarricenses, verse obligados a tirar la toalla por culpa de unos papeles… pues eso sí que duele, diay. Él enfatiza que Radio Sinfonola siempre abrió sus micrófonos a quien necesitara, apoyando causas sociales y ofreciendo un espacio para la comunidad.
Y hablando de la comunidad, ahí radica la verdadera pérdida. Porque Radio Sinfonola no era solo una emisora, era un punto de encuentro, un lugar donde la gente conectaba con sus raíces, escuchaba sus canciones favoritas y participaba en programas que formaron parte de su día a día. Ahora, quién va a llenar ese vacío, diay? Otros medios extranjeros entrando pa' agarrarle el huesito, puro chunche pa' afuera... queda uno preocupao'.
El personal de Radio Sinfonola, muchos con décadas de antigüedad en la empresa, también está pasando un brete. Imagínate, gente que dio lo mejor de sí todos estos años, viendo cómo su trabajo desaparece en un abrir y cerrar de ojos. Don Carlos asegura que son como familia para él y que está consciente de la incertidumbre que enfrentan. ¡Qué salada la jugada, eh! Hablando de eso, don Carlos dijo sentirse super agradecido por el cariño recibido, "no sé cómo agradecerlo jamás".
En un comunicado oficial, Radio Sinfonola responsabilizó directamente al Gobierno de la República por su cierre. Y lo hicieron con un mensaje lleno de nostalgia, recordando aquellos tiempos dorados desde 1966, cuando apenas encendieron ese modestísimo transmisor artesanal. Ya no habrá más melodías ni concursos en el 90.3, ahora ese espacio estará ocupado por un capital extranjero. ¡Imagínate, diay! Una pyme tica dando paso a un negocio gringo, por culpa de la plata.
La situación pinta negra, compa. Radio Sinfonola se va del aire, dejando un hueco enorme en la memoria colectiva de Costa Rica. Pero antes de que se apague la última canción, me pregunto: ¿Crees que el gobierno debería haber encontrado una solución diferente para evitar el cierre de emisoras históricas como Radio Sinfonola, o es inevitable que estas medidas afecten a las pequeñas empresas locales?
