¡Aguante ahí, mi gente! Resulta que el famoso Rubén Rodríguez, alias el 'Mae de los Perros', se topó con un paredón judicial que no esperaba. La Sala Cuarta, esos jueces que no andan con rodeos, le dieron una pulidazo bien duro por intentar meterle cámara a la Municipalidad de Vázquez de Coronado sin permiso. ¡Qué torta la suya!
Para refrescarles la memoria, todo este rollo empezó porque el mae, conocido por sus defensas de animalitos y sus protestas a diestra y siniestra, quiso filmar adentro del ayuntamiento. Según él, era un ejercicio legítimo del derecho a la información, pero parece que la ley no vio las cosas así. El recurso de amparo que presentó contra la Municipalidad, pa’ defenderse, se fue directo al bote.
Imagínense la escena: Rubén, con su cámara lista, queriendo capturar cada detalle del funcionamiento municipal. Pero ahí apareció Alberto Solano, el encargado del soporte técnico, negándose rotundamente a salir en pantalla. Argumentó que su trabajo era interno, no parte de un acto público. Y la Municipalidad, apoyando a Solano, dijo que el 'mae' podía grabar la sesión, sí, pero sin enfocar la cámara directamente a los empleados. ¡Un brete, vamos!
Rodríguez, como buen luchador social, acusó a los funcionarios de amenazarlo, insultarlo – incluso llegaron a soltarle calificativos bastante fuertes, dicen que hasta le llamaron “marica”– e incluso llamó a la policía para sacarlo del lugar. ¡Tremendo escándalo, eh! Pero la Sala Constitucional, después de analizar el caso a fondo, llegó a la conclusión de que no había pruebas sólidas de estas acusaciones. ¿Se imaginan el fiestón que se armó en la Municipalidad?
Y ojo, porque el propio video que subió el 'mae' a sus redes sociales, mostrando la sesión completa del Concejo, terminó jugando en su contra. En el material quedó claro que nadie le prohibió hacer su trabajo, simplemente le pidieron respeto a los funcionarios. Como dice el dicho, ‘uno se lleva la película’ y en este caso, la película salió cara para el defensor de animales.
La resolución de la Sala IV fue clara: el derecho a la información no es carta blanca para andar grabando a diestra y siniestra sin pedir permiso. No todo vale, mi pana. Hay que respetar la privacidad de las personas y seguir los canales establecidos. Esta jugada judicial le sirvió a Rubén para darse cuenta de que la transparencia no se conquista con una cámara, sino con el debido proceso y el respeto a las normas.
Este caso nos recuerda que el mundo de la información, hoy día, es más complicado que preparar un gallito pío. Con tanta red social y tanta cámara en mano, hay que tener cuidado de no pisarle los dedos a la ley. El 'Mae de los Perros', que se creía el rey del mambo, tuvo que tragarse este sapo y aceptar que a veces, la justicia te pone en cintura... aunque te duela en el trasero.
Bueno, mi gente, después de tanto rollo, me pregunto: ¿Hasta dónde llega realmente el derecho a la información en estos tiempos donde todos tenemos un teléfono celular con cámara? ¿Deberíamos tener más restricciones a la hora de grabar en espacios públicos o el 'mae' tenía razón al querer documentar el trabajo de los funcionarios municipales? Déjenme sus opiniones en el foro, ¡quiero saber qué piensan ustedes!
Para refrescarles la memoria, todo este rollo empezó porque el mae, conocido por sus defensas de animalitos y sus protestas a diestra y siniestra, quiso filmar adentro del ayuntamiento. Según él, era un ejercicio legítimo del derecho a la información, pero parece que la ley no vio las cosas así. El recurso de amparo que presentó contra la Municipalidad, pa’ defenderse, se fue directo al bote.
Imagínense la escena: Rubén, con su cámara lista, queriendo capturar cada detalle del funcionamiento municipal. Pero ahí apareció Alberto Solano, el encargado del soporte técnico, negándose rotundamente a salir en pantalla. Argumentó que su trabajo era interno, no parte de un acto público. Y la Municipalidad, apoyando a Solano, dijo que el 'mae' podía grabar la sesión, sí, pero sin enfocar la cámara directamente a los empleados. ¡Un brete, vamos!
Rodríguez, como buen luchador social, acusó a los funcionarios de amenazarlo, insultarlo – incluso llegaron a soltarle calificativos bastante fuertes, dicen que hasta le llamaron “marica”– e incluso llamó a la policía para sacarlo del lugar. ¡Tremendo escándalo, eh! Pero la Sala Constitucional, después de analizar el caso a fondo, llegó a la conclusión de que no había pruebas sólidas de estas acusaciones. ¿Se imaginan el fiestón que se armó en la Municipalidad?
Y ojo, porque el propio video que subió el 'mae' a sus redes sociales, mostrando la sesión completa del Concejo, terminó jugando en su contra. En el material quedó claro que nadie le prohibió hacer su trabajo, simplemente le pidieron respeto a los funcionarios. Como dice el dicho, ‘uno se lleva la película’ y en este caso, la película salió cara para el defensor de animales.
La resolución de la Sala IV fue clara: el derecho a la información no es carta blanca para andar grabando a diestra y siniestra sin pedir permiso. No todo vale, mi pana. Hay que respetar la privacidad de las personas y seguir los canales establecidos. Esta jugada judicial le sirvió a Rubén para darse cuenta de que la transparencia no se conquista con una cámara, sino con el debido proceso y el respeto a las normas.
Este caso nos recuerda que el mundo de la información, hoy día, es más complicado que preparar un gallito pío. Con tanta red social y tanta cámara en mano, hay que tener cuidado de no pisarle los dedos a la ley. El 'Mae de los Perros', que se creía el rey del mambo, tuvo que tragarse este sapo y aceptar que a veces, la justicia te pone en cintura... aunque te duela en el trasero.
Bueno, mi gente, después de tanto rollo, me pregunto: ¿Hasta dónde llega realmente el derecho a la información en estos tiempos donde todos tenemos un teléfono celular con cámara? ¿Deberíamos tener más restricciones a la hora de grabar en espacios públicos o el 'mae' tenía razón al querer documentar el trabajo de los funcionarios municipales? Déjenme sus opiniones en el foro, ¡quiero saber qué piensan ustedes!