¡Ay, Dios mío, qué torta nos tocó vivir a los vecinos de Barrio Dent! Esta mañana amanecimos viendo cómo el agua había hecho de las suyas, dejando casas inundadas hasta la cintura y un panorama digno de película, aunque ni tantito divertido para quienes lo estaban viviendo en carne propia. La calle 39 parecía un río desbordado y la gente tratando de salvar lo que podía, unos con chanclas y otros con botas de hule. ¡Un brete!
Según los lugareños, la cosa empezó a picar anoche con unas gotitas que luego se convirtieron en un chaparrón que no paraba. Al principio, nadie le dio mayor importancia, pero a medida que pasaban las horas, la cantidad de agua iba aumentando y la quebrada que pasa cerca del condominio empezó a crecer. Dicen que la lluvia fue de esas que te dejan boquiabierto, ¡una verdadera descarga!
Luis Guillermo Lizano, uno de los afectados, nos contó que la situación se puso fea rapidísimo. "Era tanta el agua que se desbordó por la tapia...", dice todavía medio aturdido. "En cuestión de minutos, el agua adentro ya estaba al nivel de afuera. ¡Fue muy rápido! Uno no alcanzaba a registrarlo". De hecho, el señor Luis Guillermo grabó desde su ventana del segundo piso la magnitud del fenómeno, mostrando calles convertidas en ríos y vehículos atrapados en la corriente.
Aunque el condominio cuenta con sistemas de drenaje y protecciones, parece que la fuerza del agua fue demasiada. "No hubo manera de evitar que entrara, se me pasó por encima de todo. No hicimos nada, simplemente observábamos impotentes cómo el agua se llevaba todo", lamentó. Y no sólo eso, porque según varios vecinos, el agua subió hasta casi tocar el techo del estacionamiento subterráneo, una ‘vara’ bien preocupante.
Lo más triste de esta historia es que algunos vecinos, especialmente de los apartamentos de abajo, perdieron prácticamente todo. “Me dijeron que se llevaron todos los muebles, la tele, la nevera… ¡todo!”, exclamó con evidente tristeza. La escena era desesperanzadora: calles llenas de lodo, ramas, basura y objetos personales flotando a su alrededor. Un verdadero paisaje deprimente, diay.
Ahora, la comunidad entera se ha unido para empezar a levantar las consecuencias. Desde temprano, la gente salió a limpiar, a remover el lodo y a tratar de secar las pertenencias dañadas. Varios voluntarios se ofrecieron a ayudar, trajeron herramientas y alimentos para los damnificados. Se nota que en Costa Rica, aunque la ‘vara’ esté complicada, siempre hay alguien dispuesto a echarle una mano al prójimo. ¡Eso es lo que nos hace únicos!
Las autoridades locales aún no han emitido un comunicado oficial sobre la situación, pero se espera que en las próximas horas lleguen equipos de emergencia para evaluar los daños y brindar apoyo a los afectados. Algunos vecinos expresan su frustración por la falta de respuesta inmediata, diciendo que esto podría haberse evitado si se hubieran mantenido adecuadamente los canales de drenaje. Sin embargo, ahora toca enfocarse en la recuperación y buscar soluciones a largo plazo para prevenir futuras inundaciones de esta magnitud. Porque, a ver, ¿cuántas veces nos hemos visto en esta situación?
Después de este embate de la naturaleza, queda claro que necesitamos revisar nuestros planes de contingencia y fortalecer la infraestructura para enfrentar estos fenómenos climáticos extremos. Pero dime, ¿crees que las autoridades deberían invertir más en sistemas de alerta temprana y en mantenimiento de los sistemas de drenaje, o consideras que la responsabilidad recae principalmente en cada propietario para proteger su vivienda?
Según los lugareños, la cosa empezó a picar anoche con unas gotitas que luego se convirtieron en un chaparrón que no paraba. Al principio, nadie le dio mayor importancia, pero a medida que pasaban las horas, la cantidad de agua iba aumentando y la quebrada que pasa cerca del condominio empezó a crecer. Dicen que la lluvia fue de esas que te dejan boquiabierto, ¡una verdadera descarga!
Luis Guillermo Lizano, uno de los afectados, nos contó que la situación se puso fea rapidísimo. "Era tanta el agua que se desbordó por la tapia...", dice todavía medio aturdido. "En cuestión de minutos, el agua adentro ya estaba al nivel de afuera. ¡Fue muy rápido! Uno no alcanzaba a registrarlo". De hecho, el señor Luis Guillermo grabó desde su ventana del segundo piso la magnitud del fenómeno, mostrando calles convertidas en ríos y vehículos atrapados en la corriente.
Aunque el condominio cuenta con sistemas de drenaje y protecciones, parece que la fuerza del agua fue demasiada. "No hubo manera de evitar que entrara, se me pasó por encima de todo. No hicimos nada, simplemente observábamos impotentes cómo el agua se llevaba todo", lamentó. Y no sólo eso, porque según varios vecinos, el agua subió hasta casi tocar el techo del estacionamiento subterráneo, una ‘vara’ bien preocupante.
Lo más triste de esta historia es que algunos vecinos, especialmente de los apartamentos de abajo, perdieron prácticamente todo. “Me dijeron que se llevaron todos los muebles, la tele, la nevera… ¡todo!”, exclamó con evidente tristeza. La escena era desesperanzadora: calles llenas de lodo, ramas, basura y objetos personales flotando a su alrededor. Un verdadero paisaje deprimente, diay.
Ahora, la comunidad entera se ha unido para empezar a levantar las consecuencias. Desde temprano, la gente salió a limpiar, a remover el lodo y a tratar de secar las pertenencias dañadas. Varios voluntarios se ofrecieron a ayudar, trajeron herramientas y alimentos para los damnificados. Se nota que en Costa Rica, aunque la ‘vara’ esté complicada, siempre hay alguien dispuesto a echarle una mano al prójimo. ¡Eso es lo que nos hace únicos!
Las autoridades locales aún no han emitido un comunicado oficial sobre la situación, pero se espera que en las próximas horas lleguen equipos de emergencia para evaluar los daños y brindar apoyo a los afectados. Algunos vecinos expresan su frustración por la falta de respuesta inmediata, diciendo que esto podría haberse evitado si se hubieran mantenido adecuadamente los canales de drenaje. Sin embargo, ahora toca enfocarse en la recuperación y buscar soluciones a largo plazo para prevenir futuras inundaciones de esta magnitud. Porque, a ver, ¿cuántas veces nos hemos visto en esta situación?
Después de este embate de la naturaleza, queda claro que necesitamos revisar nuestros planes de contingencia y fortalecer la infraestructura para enfrentar estos fenómenos climáticos extremos. Pero dime, ¿crees que las autoridades deberían invertir más en sistemas de alerta temprana y en mantenimiento de los sistemas de drenaje, o consideras que la responsabilidad recae principalmente en cada propietario para proteger su vivienda?
