¡Ay, Dios mío! Parece que la polémica sigue dando tumbos con este tema de meter a todas las cabecillas de las bandas en La Reforma. El ministro Mario Zamora dice que es pa' evitar que las bandas se expandan como maleza por todo el país, pero el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT) le revienta diciendo que eso solo les da más oportunidad de hacer tratos y reclutar nuevos matones. Un brete, vamos.
Todo esto salió a la luz durante una presentación en la Asamblea Legislativa, donde los representantes del MNPT echaron humo con sus cuestionamientos a los regímenes de alta contención. Según ellos, aislar a los peces gordos sin ofrecerles nada más, solo los hace más dependientes de sus contactos del bajo mundo y aumenta las posibilidades de que se vayan al traste tratando de sacar adelante sus negocios ilícitos desde la cárcel. ¡Menuda vara!
Zamora, con toda la calma del mundo, respondió que la idea es precisamente esa: juntarlos todos en un lugar pa' controlar mejor la situación y evitar que cada banda tenga su propia base de operaciones en diferentes partes del país. Da ejemplos de cómo la cárcel de Liberia permitió que bandas limonenses se metieran hasta acá en Guanacaste, aprendiendo los alrededores y echando raíces para empezar a operar aquí. Ya saben, familiarizarse con el terreno, ver qué tan fácil es mover mercancía... ¡Un problemón!
El ministro contó que gracias a esas visitas, unos vándalos se familiarizaron tanto con Liberia que decidieron empezar a desarrollar actividades delincuenciales en la zona. Una vez que estuvieron prendidos ahí, se dedicaron a incrementar la inseguridad. Dice que esto ha pasado varias veces en otros lugares, así que ahora quieren cambiar la estrategia. Qué carga andar pendiente de que los malos estén planeando cosas desde la cárcel, diay.
Pero el MNPT no se queda callado, argumentando que, si no hay programas de apoyo y rehabilitación, estos cabecillas van a seguir siendo cabecillas, aunque estén encerrados. Agregan que la experiencia internacional demuestra que el aislamiento prolongado puede llevar a la reincidencia e incluso facilita que los líderes de las bandas se conozcan y pongan trabas entre ellos para planear nuevas estrategias de escape o venganza. ¡Y pensar que estamos gastando plata en mantenerlos ahí!
Ahora bien, recordando unas declaraciones que dio Michael Soto, el jefe del OIJ, él también expresó preocupación por la posibilidad de tener a todos estos personajes peligrosos reunidos en un solo sitio. Él también había alertado sobre los riesgos de facilitar la comunicación y coordinación entre bandas rivales, creando un escenario aún más complejo y peligroso. ¡Más vale prevenir que lamentar, dicen!
Gerald Campos, el ministro de Justicia, aparentemente está convencido de que esta medida es una jugada maestra para mejorar la seguridad. Dice que es una decisión estratégica que va a ayudar a frenar la proliferación de bandas criminales en todo el país. Esperemos que sí, porque si no, nos vamos a ir al traste con tanta inseguridad. Veremos si realmente funciona o si esto termina siendo otro fiasco. ¡Qué torta sería que no diera resultado!
Entonces, ¿será realmente efectiva esta estrategia de concentrar a las cabecillas en La Reforma? ¿Estamos ante una solución innovadora para combatir el crimen organizado o simplemente crearemos un semillero para futuras bandas más poderosas? ¿Ustedes creen que el gobierno está haciendo lo correcto, o deberían buscar alternativas más enfocadas en la rehabilitación y reinserción social? ¡Déjennos saber sus opiniones en los comentarios!
Todo esto salió a la luz durante una presentación en la Asamblea Legislativa, donde los representantes del MNPT echaron humo con sus cuestionamientos a los regímenes de alta contención. Según ellos, aislar a los peces gordos sin ofrecerles nada más, solo los hace más dependientes de sus contactos del bajo mundo y aumenta las posibilidades de que se vayan al traste tratando de sacar adelante sus negocios ilícitos desde la cárcel. ¡Menuda vara!
Zamora, con toda la calma del mundo, respondió que la idea es precisamente esa: juntarlos todos en un lugar pa' controlar mejor la situación y evitar que cada banda tenga su propia base de operaciones en diferentes partes del país. Da ejemplos de cómo la cárcel de Liberia permitió que bandas limonenses se metieran hasta acá en Guanacaste, aprendiendo los alrededores y echando raíces para empezar a operar aquí. Ya saben, familiarizarse con el terreno, ver qué tan fácil es mover mercancía... ¡Un problemón!
El ministro contó que gracias a esas visitas, unos vándalos se familiarizaron tanto con Liberia que decidieron empezar a desarrollar actividades delincuenciales en la zona. Una vez que estuvieron prendidos ahí, se dedicaron a incrementar la inseguridad. Dice que esto ha pasado varias veces en otros lugares, así que ahora quieren cambiar la estrategia. Qué carga andar pendiente de que los malos estén planeando cosas desde la cárcel, diay.
Pero el MNPT no se queda callado, argumentando que, si no hay programas de apoyo y rehabilitación, estos cabecillas van a seguir siendo cabecillas, aunque estén encerrados. Agregan que la experiencia internacional demuestra que el aislamiento prolongado puede llevar a la reincidencia e incluso facilita que los líderes de las bandas se conozcan y pongan trabas entre ellos para planear nuevas estrategias de escape o venganza. ¡Y pensar que estamos gastando plata en mantenerlos ahí!
Ahora bien, recordando unas declaraciones que dio Michael Soto, el jefe del OIJ, él también expresó preocupación por la posibilidad de tener a todos estos personajes peligrosos reunidos en un solo sitio. Él también había alertado sobre los riesgos de facilitar la comunicación y coordinación entre bandas rivales, creando un escenario aún más complejo y peligroso. ¡Más vale prevenir que lamentar, dicen!
Gerald Campos, el ministro de Justicia, aparentemente está convencido de que esta medida es una jugada maestra para mejorar la seguridad. Dice que es una decisión estratégica que va a ayudar a frenar la proliferación de bandas criminales en todo el país. Esperemos que sí, porque si no, nos vamos a ir al traste con tanta inseguridad. Veremos si realmente funciona o si esto termina siendo otro fiasco. ¡Qué torta sería que no diera resultado!
Entonces, ¿será realmente efectiva esta estrategia de concentrar a las cabecillas en La Reforma? ¿Estamos ante una solución innovadora para combatir el crimen organizado o simplemente crearemos un semillero para futuras bandas más poderosas? ¿Ustedes creen que el gobierno está haciendo lo correcto, o deberían buscar alternativas más enfocadas en la rehabilitación y reinserción social? ¡Déjennos saber sus opiniones en los comentarios!
