¡Ay, Dios mío! Resulta que la telenovela de Puerto Caldera sigue sin final. Ya van cuatro veces que le meten mano a la licitación para modernizarlo, y parece que esto se va a arrastrar más de lo que quisiéramos. La Contraloría recibió otro recurso de objeción, y ahí anda el proceso pa’l lote, esperando que le den luz verde… o no.
Para refrescarles la memoria a los que andan distraídos, este brete lleva rato dando vueltas. El Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop) quiere pasarle el balón a un operador privado para que ponga a punto el puerto, pero cada vez que creen que van a llegar a la meta, alguien les sale con un ‘¡Pero espere!’. Esta vez es Logística de Granos S.A., la que dice que hay algo raro en cómo quieren armar el negocio.
Según la empresa, el problema es que el Incop pretende regalar en concesión cosas que ya existen y funcionan, como los muelles que usamos todos los días. Eso, dicen, va en contra de la ley. José Pablo Chaves, el abogado de Logística de Granos, soltó que el plan del gobierno “ignora” que ya tenemos infraestructura operativa. Parece que alguien no le entendió bien la letra chica a la ley 7762, que es la que rige estas cosas.
Además de echarle piedra al tema de los muelles, también le pusieron atención al precio que pide el Incop. Dicen que es muy bajo, mucho menor a lo que pagan otras empresas por servicios similares. Y para colmo, critican que el nuevo concesionario podría estar tranquilo, explotando los activos sin tener que invertir un buen dinero durante los primeros treinta meses. ¡Imagínate! Un paseo pal parque si eso pasa, mientras nosotros seguimos pagando las consecuencias.
Ahora, la Contraloría dice que esto es normal, que las objeciones forman parte del juego. Pero claro, fácil es decir eso cuando tú estás sentado tranquilito en tu oficina, viendo cómo se atoran los proyectos. Aseguran que tienen hasta el seis de noviembre para resolver este lío, pero ya sabemos cómo suelen ir las cosas por acá. Lo que sí es cierto es que el tiempo apremia, porque el contrato actual termina en 2026 y no queremos quedarnos sin puerto, ¿eh?
Y ni hablar del pitazo que le dio el ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, quien acusó a la Contraloría de meterse con objeciones “frívolas”. Dijo que ya basta de trabas y que necesitan avanzar con la concesión urgente. ¡Quién lo iba a decir! El gobierno también buscando apurarle el paso a la Contraloría. Parece que la presión está subiendo y el ambiente se pone más cargado que café chorrol.
Esta no es la primera vez que esto sucede, amigos. Hemos visto cinco versiones de este cartel, cada una con sus propios problemas y objeciones. Y mientras tanto, Caldera se cae a pedazos, los barcos se esperan, y los empresarios se raspan la cabeza sin saber qué hacer. Las cámaras empresariales ya avisaron que la situación es crítica y que si no hacemos algo pronto, vamos a tener un colapso logístico que nos puede costar caro. ¡Qué despache!
En fin, el futuro de Puerto Caldera sigue siendo incierto, dependiendo totalmente de la decisión que tome la Contraloría. La pelota está en su tejado, y esperamos que tomen una buena decisión, pensando en el bienestar de todos los que dependemos del puerto. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que la Contraloría va a darle una solución rápida a este problema o seguiremos viendo cómo Caldera se hunde lentamente? Déjenme sus opiniones en el foro; quiero saber qué piensan al respecto, ¡compas!
Para refrescarles la memoria a los que andan distraídos, este brete lleva rato dando vueltas. El Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop) quiere pasarle el balón a un operador privado para que ponga a punto el puerto, pero cada vez que creen que van a llegar a la meta, alguien les sale con un ‘¡Pero espere!’. Esta vez es Logística de Granos S.A., la que dice que hay algo raro en cómo quieren armar el negocio.
Según la empresa, el problema es que el Incop pretende regalar en concesión cosas que ya existen y funcionan, como los muelles que usamos todos los días. Eso, dicen, va en contra de la ley. José Pablo Chaves, el abogado de Logística de Granos, soltó que el plan del gobierno “ignora” que ya tenemos infraestructura operativa. Parece que alguien no le entendió bien la letra chica a la ley 7762, que es la que rige estas cosas.
Además de echarle piedra al tema de los muelles, también le pusieron atención al precio que pide el Incop. Dicen que es muy bajo, mucho menor a lo que pagan otras empresas por servicios similares. Y para colmo, critican que el nuevo concesionario podría estar tranquilo, explotando los activos sin tener que invertir un buen dinero durante los primeros treinta meses. ¡Imagínate! Un paseo pal parque si eso pasa, mientras nosotros seguimos pagando las consecuencias.
Ahora, la Contraloría dice que esto es normal, que las objeciones forman parte del juego. Pero claro, fácil es decir eso cuando tú estás sentado tranquilito en tu oficina, viendo cómo se atoran los proyectos. Aseguran que tienen hasta el seis de noviembre para resolver este lío, pero ya sabemos cómo suelen ir las cosas por acá. Lo que sí es cierto es que el tiempo apremia, porque el contrato actual termina en 2026 y no queremos quedarnos sin puerto, ¿eh?
Y ni hablar del pitazo que le dio el ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, quien acusó a la Contraloría de meterse con objeciones “frívolas”. Dijo que ya basta de trabas y que necesitan avanzar con la concesión urgente. ¡Quién lo iba a decir! El gobierno también buscando apurarle el paso a la Contraloría. Parece que la presión está subiendo y el ambiente se pone más cargado que café chorrol.
Esta no es la primera vez que esto sucede, amigos. Hemos visto cinco versiones de este cartel, cada una con sus propios problemas y objeciones. Y mientras tanto, Caldera se cae a pedazos, los barcos se esperan, y los empresarios se raspan la cabeza sin saber qué hacer. Las cámaras empresariales ya avisaron que la situación es crítica y que si no hacemos algo pronto, vamos a tener un colapso logístico que nos puede costar caro. ¡Qué despache!
En fin, el futuro de Puerto Caldera sigue siendo incierto, dependiendo totalmente de la decisión que tome la Contraloría. La pelota está en su tejado, y esperamos que tomen una buena decisión, pensando en el bienestar de todos los que dependemos del puerto. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que la Contraloría va a darle una solución rápida a este problema o seguiremos viendo cómo Caldera se hunde lentamente? Déjenme sus opiniones en el foro; quiero saber qué piensan al respecto, ¡compas!
