¡Ay, Dios mío, qué panorama nos espera! Con la elección presidencial a la vuelta de la esquina, los candidatos andan sacando sus cartas, prometiendo soluciones mágicas a los problemas que nos comen hasta los sesos. Pero vamos, ¿en qué se diferencian realmente? Diario Extra le echó lupa a los planes de gobierno presentados al TSE y, créeme, hay de todo, desde ideas que te hacen pensar '¡qué chiva!' hasta otras que te dejan con cara de ‘¡qué torta!’
La seguridad, como siempre, es el tema candente. Ya saben cómo va la cosa: delincuentes a lo loco, familias viviendo con miedo y políticos buscando votos con promesas vacías. Resulta que cada candidato tiene su propia receta para combatir el problema. Algunos proponen intervención directa, otros apuestan por alianzas público-privadas… parece novela, ¿verdad? Lo que sí es seguro es que necesitamos un cambio radical, porque seguirle dando vueltas al asunto no nos lleva a ninguna parte.
Pero la seguridad no es el único dolor de cabeza. La educación, mi querida gente, está hecha trizas. Aulas superpobladas, maestros desmotivados, currículos obsoletos… ¡un brete! Por eso, no sorprende que los candidatos también tengan propuestas para rescatar nuestro sistema educativo. Desde invertir en tecnología hasta cambiar la forma en que enseñamos matemáticas, pasando por rescatar escuelas abandonadas... suena ambicioso, pero ¿será suficiente?
Empezando con Eliecer Feinzaig, el del PLP, propone meter mano a la infraestructura educativa, concesionarla, declararla en estado de emergencia… ¡qué nivel! Quiere ponerle pilas a los laboratorios y financiar posgrados en carreras STEM. Suena potente, pero a veces estas cosas quedan en papel mojado. Falta ver si tiene el músculo político para hacer realidad sus promesas. Además, ¿quién vigila que esas concesiones no se vayan al traste?
Luego tenemos a Natalia Díaz, de Unidos Podemos, que quiere rescatar las escuelas en mal estado y crear una red pública de internet. Una idea interesante, para atraer a los jóvenes a los colegios. También habla de formación técnica y aulas móviles, lo que podría ser útil para llegar a zonas rurales alejadas. Pero, ¿tiene los recursos necesarios para llevar a cabo semejante plan? El tiempo dirá.
Fernando Zamora, del Nueva Generación, apuesta por una educación más humanista, introduciendo filosofía y ética desde temprano. Quiere evitar la repetición de contenidos superficiales y fortalecer la identidad nacional. Suena bien en teoría, pero ¿cómo va a equilibrar esto con las necesidades prácticas del mercado laboral? Un buen educador debe formar mentes críticas, sí, pero también preparar a los jóvenes para encontrar un chunche.
Ana Virginia Calzada, del Centro Democrático y Social, promete recuperar la inversión en educación hasta alcanzar el 8% del PIB. Declara la educación como prioridad nacional y plantea un acuerdo transversal para garantizar la continuidad de las políticas. Idea ambiciosa que requiere el apoyo de todos los actores involucrados. José Aguilar Berrocal, de Avanza, quiere un presupuesto extraordinario para seguridad y formalizar alianzas público-privadas, además de incorporar inteligencia artificial en la educación. Ahí viene la pregunta: ¿hasta dónde queremos llegar con la tecnología en las aulas? ¿No estaremos perdiendo de vista el contacto humano fundamental en el proceso de aprendizaje?
Y ahí quedó la cosa, mis queridos lectores. Cada candidato con su propuesta, cada uno buscando el voto del pueblo. Pero la verdad es que nadie tiene la fórmula mágica para solucionar todos nuestros problemas de golpe. Necesitamos compromisos sólidos, voluntad política y, sobre todo, ciudadanos informados y exigentes. Así que, dime tú, ¿cuál de estos planes te parece más viable para sacar a Costa Rica de este brete? ¿Crees que alguno de estos candidatos realmente tiene la capacidad de transformar nuestro país?
La seguridad, como siempre, es el tema candente. Ya saben cómo va la cosa: delincuentes a lo loco, familias viviendo con miedo y políticos buscando votos con promesas vacías. Resulta que cada candidato tiene su propia receta para combatir el problema. Algunos proponen intervención directa, otros apuestan por alianzas público-privadas… parece novela, ¿verdad? Lo que sí es seguro es que necesitamos un cambio radical, porque seguirle dando vueltas al asunto no nos lleva a ninguna parte.
Pero la seguridad no es el único dolor de cabeza. La educación, mi querida gente, está hecha trizas. Aulas superpobladas, maestros desmotivados, currículos obsoletos… ¡un brete! Por eso, no sorprende que los candidatos también tengan propuestas para rescatar nuestro sistema educativo. Desde invertir en tecnología hasta cambiar la forma en que enseñamos matemáticas, pasando por rescatar escuelas abandonadas... suena ambicioso, pero ¿será suficiente?
Empezando con Eliecer Feinzaig, el del PLP, propone meter mano a la infraestructura educativa, concesionarla, declararla en estado de emergencia… ¡qué nivel! Quiere ponerle pilas a los laboratorios y financiar posgrados en carreras STEM. Suena potente, pero a veces estas cosas quedan en papel mojado. Falta ver si tiene el músculo político para hacer realidad sus promesas. Además, ¿quién vigila que esas concesiones no se vayan al traste?
Luego tenemos a Natalia Díaz, de Unidos Podemos, que quiere rescatar las escuelas en mal estado y crear una red pública de internet. Una idea interesante, para atraer a los jóvenes a los colegios. También habla de formación técnica y aulas móviles, lo que podría ser útil para llegar a zonas rurales alejadas. Pero, ¿tiene los recursos necesarios para llevar a cabo semejante plan? El tiempo dirá.
Fernando Zamora, del Nueva Generación, apuesta por una educación más humanista, introduciendo filosofía y ética desde temprano. Quiere evitar la repetición de contenidos superficiales y fortalecer la identidad nacional. Suena bien en teoría, pero ¿cómo va a equilibrar esto con las necesidades prácticas del mercado laboral? Un buen educador debe formar mentes críticas, sí, pero también preparar a los jóvenes para encontrar un chunche.
Ana Virginia Calzada, del Centro Democrático y Social, promete recuperar la inversión en educación hasta alcanzar el 8% del PIB. Declara la educación como prioridad nacional y plantea un acuerdo transversal para garantizar la continuidad de las políticas. Idea ambiciosa que requiere el apoyo de todos los actores involucrados. José Aguilar Berrocal, de Avanza, quiere un presupuesto extraordinario para seguridad y formalizar alianzas público-privadas, además de incorporar inteligencia artificial en la educación. Ahí viene la pregunta: ¿hasta dónde queremos llegar con la tecnología en las aulas? ¿No estaremos perdiendo de vista el contacto humano fundamental en el proceso de aprendizaje?
Y ahí quedó la cosa, mis queridos lectores. Cada candidato con su propuesta, cada uno buscando el voto del pueblo. Pero la verdad es que nadie tiene la fórmula mágica para solucionar todos nuestros problemas de golpe. Necesitamos compromisos sólidos, voluntad política y, sobre todo, ciudadanos informados y exigentes. Así que, dime tú, ¿cuál de estos planes te parece más viable para sacar a Costa Rica de este brete? ¿Crees que alguno de estos candidatos realmente tiene la capacidad de transformar nuestro país?