¡Ay, Dios mío! Esto del cierre del gobierno en Estados Unidos se nos está poniendo bien complicado, parce. Resulta que tienen planeado cancelar vuelos a diestra y siniestra, como cuatro mil diarias, en cuarenta aeropuertos. Imagínate la bronca que eso le va a causar a la gente, y ahí empieza la preocupación por si esto nos llega a tocar a nosotros acá en Costa Rica.
Según el Secretario de Transporte, Sean Duffy – un nombre que suena a caricatura, digo–, la movida es para proteger la seguridad aérea. Parece que los controladores aéreos y demás personal esencial andan aguantando palo sin cobrarles, y eso pone en riesgo todo el sistema. Ya van como cinco semanas de cierre, superando hasta el record que tuvieron hace unos años. ¡Una torta!
La razón oficial es que les faltan como dos mil controladores para mantener todo funcionando a toda máquina. Duffy dice que la medida es 'técnicamente necesaria', pero bueno, todos sabemos que cuando hay cierre de gobierno, la cosa se pone turbia. Lo que más me preocupa es cómo afecta esto a los pasajeros, porque a nadie le gusta estar varado en un aeropuerto, especialmente cuando tienes planes hechos. Verás viajes arruinados, conexiones perdidas… ¡qué sal!
No han dado nombres de los aeropuertos afectados todavía, pero dicen que se basarán en qué tan cargado está cada lugar, no importa si es un aeropuerto grandote o uno chiquito. Eso quiere decir que aeropuertos importantes como Nueva York, Atlanta, Chicago, Los Ángeles, e incluso Miami podrían sufrir bastante. Ahí es donde la cosa se complica, porque si esos lugares fallan, todo el mundo lo siente.
Y ojo, parce, que esto no solo afecta a los viajeros. Economistas advierten que si la cosa se prolonga, el turismo, las cadenas de suministro y hasta la confianza de la gente pueden resentirse. Las aerolíneas ya están perdiendo la cuenta de cuánto les está costando todo esto en retrasos y cancelaciones. De verdad, parece que estamos entrando en una tormenta perfecta, aunque digan que es ‘basado en datos’.
Ahora, claro, Trump no se queda atrás echándole salsa al asunto. Acusa a los demócratas de querer llevar al país al comunismo, como siempre, y dice que prefieren hundir la economía antes que ceder. La Casa Blanca responde que la culpa es del Congreso, porque ellos son los que no quieren llegar a un acuerdo. ¡Qué brete!, una pelea de gallos así, cuando lo que necesitamos es soluciones.
Por acá, la expectativa es alta, más aún considerando nuestra dependencia del turismo. Mucha gente depende del transporte aéreo para conectarse con el resto del mundo, tanto para negocios como para placer. Y si Estados Unidos se cae, nos cae a nosotros también, no hay duda. Hay que estar pendientes y esperar que lleguen a buen término, porque esta bronca está lejos de terminar. Ya se ven los estragos y espero que no empeoren.
En fin, entre tanta incertidumbre y posibles cancelaciones, quiero saber qué piensan ustedes, compadres: ¿creen que Costa Rica sufrirá directamente las consecuencias de estos problemas aéreos en EE.UU.? ¿Será prudente cambiar reservas o simplemente esperar a ver cómo evoluciona la situación?
Según el Secretario de Transporte, Sean Duffy – un nombre que suena a caricatura, digo–, la movida es para proteger la seguridad aérea. Parece que los controladores aéreos y demás personal esencial andan aguantando palo sin cobrarles, y eso pone en riesgo todo el sistema. Ya van como cinco semanas de cierre, superando hasta el record que tuvieron hace unos años. ¡Una torta!
La razón oficial es que les faltan como dos mil controladores para mantener todo funcionando a toda máquina. Duffy dice que la medida es 'técnicamente necesaria', pero bueno, todos sabemos que cuando hay cierre de gobierno, la cosa se pone turbia. Lo que más me preocupa es cómo afecta esto a los pasajeros, porque a nadie le gusta estar varado en un aeropuerto, especialmente cuando tienes planes hechos. Verás viajes arruinados, conexiones perdidas… ¡qué sal!
No han dado nombres de los aeropuertos afectados todavía, pero dicen que se basarán en qué tan cargado está cada lugar, no importa si es un aeropuerto grandote o uno chiquito. Eso quiere decir que aeropuertos importantes como Nueva York, Atlanta, Chicago, Los Ángeles, e incluso Miami podrían sufrir bastante. Ahí es donde la cosa se complica, porque si esos lugares fallan, todo el mundo lo siente.
Y ojo, parce, que esto no solo afecta a los viajeros. Economistas advierten que si la cosa se prolonga, el turismo, las cadenas de suministro y hasta la confianza de la gente pueden resentirse. Las aerolíneas ya están perdiendo la cuenta de cuánto les está costando todo esto en retrasos y cancelaciones. De verdad, parece que estamos entrando en una tormenta perfecta, aunque digan que es ‘basado en datos’.
Ahora, claro, Trump no se queda atrás echándole salsa al asunto. Acusa a los demócratas de querer llevar al país al comunismo, como siempre, y dice que prefieren hundir la economía antes que ceder. La Casa Blanca responde que la culpa es del Congreso, porque ellos son los que no quieren llegar a un acuerdo. ¡Qué brete!, una pelea de gallos así, cuando lo que necesitamos es soluciones.
Por acá, la expectativa es alta, más aún considerando nuestra dependencia del turismo. Mucha gente depende del transporte aéreo para conectarse con el resto del mundo, tanto para negocios como para placer. Y si Estados Unidos se cae, nos cae a nosotros también, no hay duda. Hay que estar pendientes y esperar que lleguen a buen término, porque esta bronca está lejos de terminar. Ya se ven los estragos y espero que no empeoren.
En fin, entre tanta incertidumbre y posibles cancelaciones, quiero saber qué piensan ustedes, compadres: ¿creen que Costa Rica sufrirá directamente las consecuencias de estos problemas aéreos en EE.UU.? ¿Será prudente cambiar reservas o simplemente esperar a ver cómo evoluciona la situación?
