¡Ay, mándale! La querida Carolina Monge, nuestra periodista favorita de Buen Día, nos dejó caer unas verdades bien profundas sobre su embarazo a través de sus redes sociales. Como si ya no fuera suficiente tenerla ahí levantándonos el ánimo todas las mañanas, ahora nos comparte este viaje personal que la tiene chambeando en su bienestar emocional.
La cosa es que la Monge contó que lleva un tiempo trabajando con una psicóloga súper buena, una experta que le abrió los ojos sobre cómo nuestro cuerpo guarda tooodas las emociones –las tristes, los enojos, hasta los miedos– como si fueran recuerdos tatuados en cada órgano y célula. Imagínate, ¡hasta la alegría y la seguridad tienen su lugarcito!
Y precisamente ahí radica la magia de este embarazo. Según Carolina, su cuerpo está vibrando a toda máquina con vida, no solo físicamente esperando a su bebé, sino a nivel celular, sintiendo puro amor. Un verdadero boom de energía positiva, ¡qué túanis!
Pero no todo es miel sobre hojuelas, claro. La periodista reconoce que llevar un embarazo a cuestas es todo un desafío, una montaña rusa llena de altibajos y experiencias únicas para cada mujer. “Sé que es retador”, dice, “y que cada historia es diferente”. Lo cierto es que muchos de nosotros podemos identificarnos con esa sensación de que a veces cuesta mantener la calma y cumplir con el rol de madre ejemplar que uno quiere ser.
Justamente, Carolina compartió que está aprendiendo a gestionar sus emociones, ese brete de querer estar tranquila y ser la guía para su hijita Mariana. Dice que a veces se le va la olla, pero se está esforzando por ser más consciente de sus reacciones y explicarle las cosas a su primogénita con cariño y paciencia. ¡Un ejemplo para todas nosotras!
Lo más interesante de todo es cómo Carolina ve este embarazo como una oportunidad de sanación, no porque la maternidad sea una cura milagrosa, sino porque le permite verse, sentirse y reconocerse bajo una luz totalmente nueva. Nos invita a reflexionar sobre cómo muchas veces acumulamos cargas emocionales sin siquiera darnos cuenta, y cómo un cambio tan grande en nuestras vidas como la maternidad puede ser el detonante para liberarlas.
Y hablando de liberar cargas, Carolina nos recuerda que tenemos que permitirnos ser vulnerables, admitir que a veces necesitamos ayuda y buscar apoyo en nuestros seres queridos. ¡Es normal sentirse abrumada! Lo importante es no quedarse callada y buscar herramientas que nos ayuden a navegar por este camino lleno de emociones intensas.
En fin, la experiencia de Carolina Monge nos deja una reflexión poderosa: la maternidad puede ser un catalizador para el crecimiento personal y la sanación interior. Pero, ¿ustedes qué piensan? ¿Han experimentado ustedes cambios significativos en su propia salud mental y emocional durante algún momento clave de sus vidas?
La cosa es que la Monge contó que lleva un tiempo trabajando con una psicóloga súper buena, una experta que le abrió los ojos sobre cómo nuestro cuerpo guarda tooodas las emociones –las tristes, los enojos, hasta los miedos– como si fueran recuerdos tatuados en cada órgano y célula. Imagínate, ¡hasta la alegría y la seguridad tienen su lugarcito!
Y precisamente ahí radica la magia de este embarazo. Según Carolina, su cuerpo está vibrando a toda máquina con vida, no solo físicamente esperando a su bebé, sino a nivel celular, sintiendo puro amor. Un verdadero boom de energía positiva, ¡qué túanis!
Pero no todo es miel sobre hojuelas, claro. La periodista reconoce que llevar un embarazo a cuestas es todo un desafío, una montaña rusa llena de altibajos y experiencias únicas para cada mujer. “Sé que es retador”, dice, “y que cada historia es diferente”. Lo cierto es que muchos de nosotros podemos identificarnos con esa sensación de que a veces cuesta mantener la calma y cumplir con el rol de madre ejemplar que uno quiere ser.
Justamente, Carolina compartió que está aprendiendo a gestionar sus emociones, ese brete de querer estar tranquila y ser la guía para su hijita Mariana. Dice que a veces se le va la olla, pero se está esforzando por ser más consciente de sus reacciones y explicarle las cosas a su primogénita con cariño y paciencia. ¡Un ejemplo para todas nosotras!
Lo más interesante de todo es cómo Carolina ve este embarazo como una oportunidad de sanación, no porque la maternidad sea una cura milagrosa, sino porque le permite verse, sentirse y reconocerse bajo una luz totalmente nueva. Nos invita a reflexionar sobre cómo muchas veces acumulamos cargas emocionales sin siquiera darnos cuenta, y cómo un cambio tan grande en nuestras vidas como la maternidad puede ser el detonante para liberarlas.
Y hablando de liberar cargas, Carolina nos recuerda que tenemos que permitirnos ser vulnerables, admitir que a veces necesitamos ayuda y buscar apoyo en nuestros seres queridos. ¡Es normal sentirse abrumada! Lo importante es no quedarse callada y buscar herramientas que nos ayuden a navegar por este camino lleno de emociones intensas.
En fin, la experiencia de Carolina Monge nos deja una reflexión poderosa: la maternidad puede ser un catalizador para el crecimiento personal y la sanación interior. Pero, ¿ustedes qué piensan? ¿Han experimentado ustedes cambios significativos en su propia salud mental y emocional durante algún momento clave de sus vidas?