¡Ay, Dios mío, qué despiche! Resulta que la Unidad de Recuperación de Activos (URA) anduvo chambeando duro y sacó a remate 63 cabezas de ganado que le confiscaron al Cártel del Caribe Sur, esos mismos del caso ‘Traición’. Imagínate, ¡ese cartel andaba metido en el negocio pecuario! Y pa’ colmo, lo hicieron en la subasta El Blanco en Guápiles, una cifra récord:
El resultado final fue un buen pellizco de ¢21 millones y pico. Claro, restándole unos gastitos administrativos que siempre salen a flote. Pero bueno, la ley dice que así es el rollo, hasta que se termine el juicio y quede sentenciado. Si los dueños terminan presos, el ganado y el dinerito pasa al Estado. Si salen libres, pues ahí les toca recuperar su plata. Pero eso, como dicen, ¡agua pasada!
Lo curioso es que, aparte de vacas y reses, la poli judicial encontró hasta dos ponis en medio de todo este lío. Y resulta que el jefazo del cartel, Luis Manuel Picado Grijalba, alias 'Shock', tenía hasta una marca registrada, 'L E M'. Parece que quería darle un toque de formalidad a sus negocios turbios, registrando una empresa llamada Celajes de York CD y S.A. como productor agropecuario pequeño, aunque la verdad es que se estaba frotando las manos con la venta de ganado.
Este 'Shock' tenía una conexión directa con la subasta de Guápiles, usando ese lugar para lavar millones con la venta de reses. Entre el 2022 y el 2024, generó unas ¢127 millones y tantos solo con la venta de becerras y vacas. ¡Una verdadera fortuna! Anita McDonald, suegra de 'Shock' y exdirectiva de Incopesca, se encargaba de ayudarlo a meter los papeles de la feria ganadera, pa’ que todo estuviera bien arreglado. ¡Qué maquina! Parecía un tinglado bien organizado, con permisos, marcas... todo para que nadie levantara sospechas.
Pero la cosa no termina ahí, porque la Fiscalía Adjunta contra la Delincuencia Organizada (FAEDO) anda detrás de unos 75 vehículos, ¡y ojo!, con un valor que supera los ¢735 millones. Hasta ahora han recibido solo 23, incluyendo un camión, unas motoconchas, un cuadriciclo y varios carros, algunos nuevecitos y otros más antiguos. Lo que sí quedó claro es que estos señores tenían el bolsillo bien hondo, comprándose vehículos de lujo y usándolos para cosas turbias, como transportar droga. ¡Imagínate la vida que llevaban!
Hablando de carros, ¡menuda flota! Desde máquinas del 92 hasta modelos del 2022, con precios que iban desde unos ¢3 millones hasta casi ¢53 millones. El más caro de todos es un Mercedes-Benz GLE Coupé, ¡una joya de más de ¢53 millones! Le siguen un BMW X6 y otro Mercedes-Benz, ambos rondando los ¢45 millones. Y ni hablar de las camionetas Chevrolet Silverado, los Toyotas Land Cruiser, Fortuner e Hilux… ¡tenían de todo para moverse como reyes!
Al parecer, todos esos carros servían para muchas cositas más que ir de paseo. Según el expediente, los usaban para mover droga, para vigilar lugares, hasta como escondites. ¡Qué poca vergüenza! Un Kia Sportage incluso custodiaba al Toyota Fortuner en el que se movía 'Shock'. Un día, la policía judicial vio cómo el Sportage acompañaba al Toyota hasta el Mall Paseo Metrópoli. Es evidente que estos tipos andaban cuidando mucho sus espaldas y buscando formas de evadir la justicia.
Ahora, con todo este panorama, me pregunto: ¿Cómo es posible que hayan podido operar tan abiertamente por tanto tiempo, sin levantar tantas alarmas? ¿Qué medidas debería tomar el gobierno para evitar que casos como este se repitan en el futuro y fortalecer la lucha contra el crimen organizado en Costa Rica?
El resultado final fue un buen pellizco de ¢21 millones y pico. Claro, restándole unos gastitos administrativos que siempre salen a flote. Pero bueno, la ley dice que así es el rollo, hasta que se termine el juicio y quede sentenciado. Si los dueños terminan presos, el ganado y el dinerito pasa al Estado. Si salen libres, pues ahí les toca recuperar su plata. Pero eso, como dicen, ¡agua pasada!
Lo curioso es que, aparte de vacas y reses, la poli judicial encontró hasta dos ponis en medio de todo este lío. Y resulta que el jefazo del cartel, Luis Manuel Picado Grijalba, alias 'Shock', tenía hasta una marca registrada, 'L E M'. Parece que quería darle un toque de formalidad a sus negocios turbios, registrando una empresa llamada Celajes de York CD y S.A. como productor agropecuario pequeño, aunque la verdad es que se estaba frotando las manos con la venta de ganado.
Este 'Shock' tenía una conexión directa con la subasta de Guápiles, usando ese lugar para lavar millones con la venta de reses. Entre el 2022 y el 2024, generó unas ¢127 millones y tantos solo con la venta de becerras y vacas. ¡Una verdadera fortuna! Anita McDonald, suegra de 'Shock' y exdirectiva de Incopesca, se encargaba de ayudarlo a meter los papeles de la feria ganadera, pa’ que todo estuviera bien arreglado. ¡Qué maquina! Parecía un tinglado bien organizado, con permisos, marcas... todo para que nadie levantara sospechas.
Pero la cosa no termina ahí, porque la Fiscalía Adjunta contra la Delincuencia Organizada (FAEDO) anda detrás de unos 75 vehículos, ¡y ojo!, con un valor que supera los ¢735 millones. Hasta ahora han recibido solo 23, incluyendo un camión, unas motoconchas, un cuadriciclo y varios carros, algunos nuevecitos y otros más antiguos. Lo que sí quedó claro es que estos señores tenían el bolsillo bien hondo, comprándose vehículos de lujo y usándolos para cosas turbias, como transportar droga. ¡Imagínate la vida que llevaban!
Hablando de carros, ¡menuda flota! Desde máquinas del 92 hasta modelos del 2022, con precios que iban desde unos ¢3 millones hasta casi ¢53 millones. El más caro de todos es un Mercedes-Benz GLE Coupé, ¡una joya de más de ¢53 millones! Le siguen un BMW X6 y otro Mercedes-Benz, ambos rondando los ¢45 millones. Y ni hablar de las camionetas Chevrolet Silverado, los Toyotas Land Cruiser, Fortuner e Hilux… ¡tenían de todo para moverse como reyes!
Al parecer, todos esos carros servían para muchas cositas más que ir de paseo. Según el expediente, los usaban para mover droga, para vigilar lugares, hasta como escondites. ¡Qué poca vergüenza! Un Kia Sportage incluso custodiaba al Toyota Fortuner en el que se movía 'Shock'. Un día, la policía judicial vio cómo el Sportage acompañaba al Toyota hasta el Mall Paseo Metrópoli. Es evidente que estos tipos andaban cuidando mucho sus espaldas y buscando formas de evadir la justicia.
Ahora, con todo este panorama, me pregunto: ¿Cómo es posible que hayan podido operar tan abiertamente por tanto tiempo, sin levantar tantas alarmas? ¿Qué medidas debería tomar el gobierno para evitar que casos como este se repitan en el futuro y fortalecer la lucha contra el crimen organizado en Costa Rica?