¡Ay, Dios mío! Parece que seguimos sacando pepitas de oro del Caso Guarumal, ¿eh? Resulta que los pelones detrás de toda esta movida de traer droga desde Colombia hasta acá tenían un juguetito escondido en La Palma de Osa. Un viejísimo hotel que estaban acondicionando para convertirlo en un resort… ¡pero no precisamente para turistas buscando relajación!
Según nos cuentan fuentes cercanas a la investigación, este lugar era mucho más que unas cabañas bonitas con piscina. Se trataba de un centro neurálgico para sus operaciones financieras y logísticas. Ahí mismo, se le agarró con las manos en la masa a un tipo de apellido Sinisterra, el responsable de mover la plata y vigilar todo lo que pasaba en esa área. Este Sinisterra, pa' que les quede claro, no era ningún vendedor de raspao, sino un operador clave de los hermanos Bedoya, esos que hacían la conexión entre la droga que llegaba desde el sur y la distribución aquí adentro.
Imagínense el brete: un lugar aparentemente tranquilo en medio del paraíso de Osa, pero funcionando como una oficina secreta para un cartel internacional. Las autoridades encontraron tres cabinas, una piscina bien bonita, y montones de terrenos donde planeaban construir otras cosas. Estaban remodelando la nave principal y levantando una barda nueva, todo para darle un toque más “profesional” al negocio ilícito. ¡Qué ojo para los detalles, mae!
Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, soltó la bomba: “Estos tipos invirtieron unos 250 millones de colones en propiedades por todo el país, además de todo lo que tenían metido en Colombia.” Eso sí que es billete, ¿verdad? Y no solo ahí se quedaron; parece que también usaban casas en Belén de Heredia y Turrúcares de Alajuela para recibir los cargamentos que venían del sur. Uno se pregunta qué más estaban haciendo estos parcero en secreto…
Pero la cereza del pastel fue encontrar casi una tonelada de cocaína en una de esas propiedades en Heredia. ¡Una tonelada, diay! Por eso, ahora el SERT anda cuidando esa mercancía ilegal mientras la trasladan a las bodegas del OIJ. Que tengan cuidado porque ahí hay narices resentidas, como dicen por ahí.
Para desarticular a esta banda, el OIJ tuvo que ponerle ganas: hicieron once allanamientos y capturaron a seis colombianos y dos costarricenses en varios puntos del país: Heredia, Alajuela, San José y, por supuesto, La Palma de Osa. La investigación empezó en el 2023, gracias a unas pistas confidenciales que recibieron de otros países. Parece que la red de contactos de estos señores era bastante extensa.
Ahora, con todos estos datos saliendo a la luz, uno piensa en cuánta gente pudo estar involucrada en esta operación. ¿Cuántos funcionarios corruptos ayudaron a que esto funcionara? ¿Cuántas comunidades sufrieron por el daño causado por este narcotráfico? Es un tema que nos toca la fibra sensible a todos los ticos. Esta vainera me hace pensar en cómo afecta esto a nuestro país.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿cree usted que las autoridades realmente han logrado desmantelar por completo esta organización criminal, o simplemente han cortado una rama de un árbol muy grande? ¿Deberíamos exigir una auditoría completa de todas las propiedades y negocios relacionados con los hermanos Bedoya para asegurarnos de que no queden cabos sueltos?
Según nos cuentan fuentes cercanas a la investigación, este lugar era mucho más que unas cabañas bonitas con piscina. Se trataba de un centro neurálgico para sus operaciones financieras y logísticas. Ahí mismo, se le agarró con las manos en la masa a un tipo de apellido Sinisterra, el responsable de mover la plata y vigilar todo lo que pasaba en esa área. Este Sinisterra, pa' que les quede claro, no era ningún vendedor de raspao, sino un operador clave de los hermanos Bedoya, esos que hacían la conexión entre la droga que llegaba desde el sur y la distribución aquí adentro.
Imagínense el brete: un lugar aparentemente tranquilo en medio del paraíso de Osa, pero funcionando como una oficina secreta para un cartel internacional. Las autoridades encontraron tres cabinas, una piscina bien bonita, y montones de terrenos donde planeaban construir otras cosas. Estaban remodelando la nave principal y levantando una barda nueva, todo para darle un toque más “profesional” al negocio ilícito. ¡Qué ojo para los detalles, mae!
Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, soltó la bomba: “Estos tipos invirtieron unos 250 millones de colones en propiedades por todo el país, además de todo lo que tenían metido en Colombia.” Eso sí que es billete, ¿verdad? Y no solo ahí se quedaron; parece que también usaban casas en Belén de Heredia y Turrúcares de Alajuela para recibir los cargamentos que venían del sur. Uno se pregunta qué más estaban haciendo estos parcero en secreto…
Pero la cereza del pastel fue encontrar casi una tonelada de cocaína en una de esas propiedades en Heredia. ¡Una tonelada, diay! Por eso, ahora el SERT anda cuidando esa mercancía ilegal mientras la trasladan a las bodegas del OIJ. Que tengan cuidado porque ahí hay narices resentidas, como dicen por ahí.
Para desarticular a esta banda, el OIJ tuvo que ponerle ganas: hicieron once allanamientos y capturaron a seis colombianos y dos costarricenses en varios puntos del país: Heredia, Alajuela, San José y, por supuesto, La Palma de Osa. La investigación empezó en el 2023, gracias a unas pistas confidenciales que recibieron de otros países. Parece que la red de contactos de estos señores era bastante extensa.
Ahora, con todos estos datos saliendo a la luz, uno piensa en cuánta gente pudo estar involucrada en esta operación. ¿Cuántos funcionarios corruptos ayudaron a que esto funcionara? ¿Cuántas comunidades sufrieron por el daño causado por este narcotráfico? Es un tema que nos toca la fibra sensible a todos los ticos. Esta vainera me hace pensar en cómo afecta esto a nuestro país.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿cree usted que las autoridades realmente han logrado desmantelar por completo esta organización criminal, o simplemente han cortado una rama de un árbol muy grande? ¿Deberíamos exigir una auditoría completa de todas las propiedades y negocios relacionados con los hermanos Bedoya para asegurarnos de que no queden cabos sueltos?