¡Ay, Dios mío! Esto se puso caliente, ¿eh? Resulta que César Zúñiga, el mae que quiere entrarle al Congreso por Nueva República, anda metido en un brete bastante turbio. Parece que el Congreso le abrió una investigación porque anduvo reposteando cosas en Facebook relacionadas con la vieja rosca de Fabricio Alvarado y la denunciante. ¡Quién lo diría!
Para ponerlos al día rapidito, la movida viene de allá lejitos, del año 2006, cuando la licenciada Castillo denunció a Fabricio por supuestos abusos cuando ella era una chiquitina de 13 años. Un caso delicadísimo que siempre ha tenido a muchos sacudiéndose la cabeza. Pues resulta que Zúñiga, pa’ darle más sabor a la cosa, decidió compartir esas publicacions en su página de Facebook el martes pasado. ¡Dos veces, encima! Una a las seis y media de la mañana y otra a las siete y diez.
Lo que preocupa ahora es si esto pasó mientras él estaba cumpliendo horario laboral. La gerencia general del Congreso ya elevó el caso al Área de Asesoría Legal para investigar si Zúñiga estaba trabajando cuando hizo esos reposteos. ¡Imagínate la bronca si resultó que sí! Porque eso sería meterle las manos en el asunto y demostrar que usó los recursos de la Asamblea para meterse en una polémicota así.
Y ojo, que no es el único que anda buscando una curul desde adentro del Congreso. Hay 45 asesores intentando meterle a la diputación en estas próximas elecciones, ¡una barbaridad! De esos, 19 ya tienen puesto elegible y nueve están encabezando listas en diferentes provincias, incluyendo nuestro querido Zúñiga en San José. Claramente, está aprovechando cualquier oportunidad para hacerse notar, aunque parezca que se esté jalando una torta con este asunto.
La Asamblea Legislativa, viendo venir la vaina, ya había pedido a Recursos Humanos y al Área de Asesoría Legal que definieran unas reglas claras sobre cómo pueden usar las redes sociales los funcionarios en horario laboral. También quieren que estudien cómo valorar las pruebas que se encuentran en internet, porque ahora todo el mundo pone de todo en Facebook y Twitter, ¡qué chimba! Así, evitar que otros hagan lo mismo que Zúñiga, o peor aún, que nos saquen más sobresaltos.
Por supuesto, el señor Zúñiga salió a defenderse diciendo que todavía no le han notificado formalmente la investigación. Y promete que, cuando le llegue la notificación, va a dar todas las explicaciones necesarias y hasta va a presentar pruebas para limpiar su nombre. “Aún no he recibido la notificación formal de la investigación. Sin embargo, estoy listo para brindar las explicaciones y las pruebas pertinentes”, escribió en un mensaje de WhatsApp. Pero bueno, dice que tampoco publicó en horas laborales, ¡eso claro que sí! Todos dicen eso ahora, ¿verdad?
Ahora, la pregunta que todos nos hacemos: ¿Hasta dónde puede llegar la influencia de Fabricio Alvarado en estos casos? Su partido siempre ha estado envuelto en polémica, y parece que sus seguidores no aprenden la lección. Además, ¿deberían haber límites más estrictos sobre el uso de redes sociales por parte de los funcionarios públicos, especialmente aquellos que buscan una curul? Y, sinceramente, ¿creen que este caso afectará las chances de Zúñiga de entrar al Congreso? ¡Esta vaina se puso interesante, mándale fuego!
En fin, qué salada se está poniendo la cosa en la política nacional. Este caso de Zúñiga demuestra que el Congreso no es inmune a los problemas y que hay mucho por limpiar. A ver qué sale de esta investigación... ¡Pero ay, Dios mío, qué despiche!
Para ponerlos al día rapidito, la movida viene de allá lejitos, del año 2006, cuando la licenciada Castillo denunció a Fabricio por supuestos abusos cuando ella era una chiquitina de 13 años. Un caso delicadísimo que siempre ha tenido a muchos sacudiéndose la cabeza. Pues resulta que Zúñiga, pa’ darle más sabor a la cosa, decidió compartir esas publicacions en su página de Facebook el martes pasado. ¡Dos veces, encima! Una a las seis y media de la mañana y otra a las siete y diez.
Lo que preocupa ahora es si esto pasó mientras él estaba cumpliendo horario laboral. La gerencia general del Congreso ya elevó el caso al Área de Asesoría Legal para investigar si Zúñiga estaba trabajando cuando hizo esos reposteos. ¡Imagínate la bronca si resultó que sí! Porque eso sería meterle las manos en el asunto y demostrar que usó los recursos de la Asamblea para meterse en una polémicota así.
Y ojo, que no es el único que anda buscando una curul desde adentro del Congreso. Hay 45 asesores intentando meterle a la diputación en estas próximas elecciones, ¡una barbaridad! De esos, 19 ya tienen puesto elegible y nueve están encabezando listas en diferentes provincias, incluyendo nuestro querido Zúñiga en San José. Claramente, está aprovechando cualquier oportunidad para hacerse notar, aunque parezca que se esté jalando una torta con este asunto.
La Asamblea Legislativa, viendo venir la vaina, ya había pedido a Recursos Humanos y al Área de Asesoría Legal que definieran unas reglas claras sobre cómo pueden usar las redes sociales los funcionarios en horario laboral. También quieren que estudien cómo valorar las pruebas que se encuentran en internet, porque ahora todo el mundo pone de todo en Facebook y Twitter, ¡qué chimba! Así, evitar que otros hagan lo mismo que Zúñiga, o peor aún, que nos saquen más sobresaltos.
Por supuesto, el señor Zúñiga salió a defenderse diciendo que todavía no le han notificado formalmente la investigación. Y promete que, cuando le llegue la notificación, va a dar todas las explicaciones necesarias y hasta va a presentar pruebas para limpiar su nombre. “Aún no he recibido la notificación formal de la investigación. Sin embargo, estoy listo para brindar las explicaciones y las pruebas pertinentes”, escribió en un mensaje de WhatsApp. Pero bueno, dice que tampoco publicó en horas laborales, ¡eso claro que sí! Todos dicen eso ahora, ¿verdad?
Ahora, la pregunta que todos nos hacemos: ¿Hasta dónde puede llegar la influencia de Fabricio Alvarado en estos casos? Su partido siempre ha estado envuelto en polémica, y parece que sus seguidores no aprenden la lección. Además, ¿deberían haber límites más estrictos sobre el uso de redes sociales por parte de los funcionarios públicos, especialmente aquellos que buscan una curul? Y, sinceramente, ¿creen que este caso afectará las chances de Zúñiga de entrar al Congreso? ¡Esta vaina se puso interesante, mándale fuego!
En fin, qué salada se está poniendo la cosa en la política nacional. Este caso de Zúñiga demuestra que el Congreso no es inmune a los problemas y que hay mucho por limpiar. A ver qué sale de esta investigación... ¡Pero ay, Dios mío, qué despiche!