¡Ay, Dios mío! El caso del director del OIJ, Randall Zúñiga, sigue dando de qué hablar y ahora la exprimera, Laura Chinchilla, metió leña al fuego. Resulta que la exmandataria anduvo soltando que hay que aplicar la famosa 'malicia indígena' para entender bien qué onda con todo esto. ¡Un brete!
Para refrescar la memoria, Zúñiga enfrenta tres denuncias por supuestas violaciones, y todo se puso más raro cuando salió a la luz que unas funcionarias del Inamu habrían intentado comprar el silencio de algunas mujeres ofreciéndoles becas y otros ‘chunches’ a cambio de declarar en su contra. Yerlín Zúñiga, la jefa del Inamu, salió negándolo todo, pero el abogado del director del OIJ, Federico Campos, dice tener pruebas de que sí hubo ofertas jugosas.
Campos, con toda la calma del mundo, contó que al menos dos mujeres recibieron llamadas de funcionarios del IMAS y del Inamu, proponiéndoles estudios y otras cositas para que armaran una denuncia ya lista para firmar. ¡Imagínate el papelón! Una de estas denuncias ya estaba presentada en Turrialba, y la otra, dicen, anda camino a la Fiscalía. Esto huele a podrido, diay.
Y ahí es donde entra la exprimera. En lugar de meterse en líos, Chinchilla, a través de sus redes sociales, le pidió a los ticos que usáramos la ‘malicia indígena’, esa habilidad nuestra de ver las cosas más allá de lo que parece. Dijo que todos deberían estar pensando qué demonios pasa que tanto interés hay en tumbar a Zúñiga, considerando que él ha sido clave en el combate contra el narcotráfico y las pandillas. ¡Una vara tremenda!
Chinchilla argumentó que nadie debería descartar una denuncia, claro, pero tampoco ignorar el hecho de que Zúñiga es considerado uno de los mejores funcionarios públicos del país. Señaló que si alguien está metiendo pata, sería bueno investigarlo a fondo. Obviamente, la exprimera anda defendiendo al director del OIJ, aunque diga que solo quiere que se haga justicia… Vamos, nos entendemos, ¿no?
Lo curioso es que, mientras tanto, el Ministerio Público está picando piedra tratando de aclarar todo este embrollo. Están tomando declaraciones y buscando pruebas, pero entre tanto negacionismo y versiones contradictorias, la verdad se les está yendo al traste. El caso se complica más cada día, y la ciudadanía, pues, está hecha polvo tratando de entender quién está diciendo la verdad y quién está mintiendo.
Muchos se preguntan si esto es una venganza política, una jugada para desprestigiar al OIJ, o simplemente una trama personal que se salió de control. Lo cierto es que la confianza en las instituciones está golpeada, y este tipo de escándalos no ayudan precisamente. Y ni hablar de cómo esto alimenta las teorías conspirativas... ¡Qué despiche!
En fin, este caso pinta para largo y seguirá dando dolores de cabeza a todos. Con tanta información circulando, es difícil saber qué creer. Entonces, ¿ustedes creen que realmente hay una conspiración detrás de las denuncias contra Randall Zúñiga, o estamos frente a un caso de corrupción simple? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quisiera saber qué piensan mis panas del Foro!
Para refrescar la memoria, Zúñiga enfrenta tres denuncias por supuestas violaciones, y todo se puso más raro cuando salió a la luz que unas funcionarias del Inamu habrían intentado comprar el silencio de algunas mujeres ofreciéndoles becas y otros ‘chunches’ a cambio de declarar en su contra. Yerlín Zúñiga, la jefa del Inamu, salió negándolo todo, pero el abogado del director del OIJ, Federico Campos, dice tener pruebas de que sí hubo ofertas jugosas.
Campos, con toda la calma del mundo, contó que al menos dos mujeres recibieron llamadas de funcionarios del IMAS y del Inamu, proponiéndoles estudios y otras cositas para que armaran una denuncia ya lista para firmar. ¡Imagínate el papelón! Una de estas denuncias ya estaba presentada en Turrialba, y la otra, dicen, anda camino a la Fiscalía. Esto huele a podrido, diay.
Y ahí es donde entra la exprimera. En lugar de meterse en líos, Chinchilla, a través de sus redes sociales, le pidió a los ticos que usáramos la ‘malicia indígena’, esa habilidad nuestra de ver las cosas más allá de lo que parece. Dijo que todos deberían estar pensando qué demonios pasa que tanto interés hay en tumbar a Zúñiga, considerando que él ha sido clave en el combate contra el narcotráfico y las pandillas. ¡Una vara tremenda!
Chinchilla argumentó que nadie debería descartar una denuncia, claro, pero tampoco ignorar el hecho de que Zúñiga es considerado uno de los mejores funcionarios públicos del país. Señaló que si alguien está metiendo pata, sería bueno investigarlo a fondo. Obviamente, la exprimera anda defendiendo al director del OIJ, aunque diga que solo quiere que se haga justicia… Vamos, nos entendemos, ¿no?
Lo curioso es que, mientras tanto, el Ministerio Público está picando piedra tratando de aclarar todo este embrollo. Están tomando declaraciones y buscando pruebas, pero entre tanto negacionismo y versiones contradictorias, la verdad se les está yendo al traste. El caso se complica más cada día, y la ciudadanía, pues, está hecha polvo tratando de entender quién está diciendo la verdad y quién está mintiendo.
Muchos se preguntan si esto es una venganza política, una jugada para desprestigiar al OIJ, o simplemente una trama personal que se salió de control. Lo cierto es que la confianza en las instituciones está golpeada, y este tipo de escándalos no ayudan precisamente. Y ni hablar de cómo esto alimenta las teorías conspirativas... ¡Qué despiche!
En fin, este caso pinta para largo y seguirá dando dolores de cabeza a todos. Con tanta información circulando, es difícil saber qué creer. Entonces, ¿ustedes creen que realmente hay una conspiración detrás de las denuncias contra Randall Zúñiga, o estamos frente a un caso de corrupción simple? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quisiera saber qué piensan mis panas del Foro!