¡Ay, Dios mío! Resulta que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), pa' darle un respiro a las cosas, va a meterle mano a sus lavanderías hospitalarias. Sí, esas donde lavan toda la ropa sucia… literalmente. Después de años de estar medio así, así nomás, parece que finalmente van a ponerle orden al brete.
La Junta Directiva, después de mucho rifirrafe, aprobó un plan pa' invertir, comprar cositas nuevas y reacomodar los centros de lavado en todo el país. Según la presidenta ejecutiva, la maestra Mónica Taylor Hernández, esto es crucial para asegurar que la ropa salga limpia, segura y de buena onda, protegiendo tanto a los trabajadores como a los pacientes. ¡Qué alivio, mae!
La verdad es que la situación actual no estaba precisamente pintada de color rosa. De las 24 lavanderías que tiene la CCSS, ¡más de la mitad están regadas! Un 37.5% están en “condición roja” – lo que significa que están a punto de explotar – y otro 41.6% en “amarilla”. ¡Solo el 20.8% están funcionando bien! Imagínate, casi la mayoría andan al borde del colapso. ¡Una torta!
Pa' solucionar este problemón, el Dr. Esteban Vega de la O, gerente de Logística de la Caja, dice que quieren llevar 12 lavanderías a niveles óptimos de eficiencia y bioseguridad. Esto incluye una lavandería grande en Brunca, que va a atender a varios hospitales de la zona. También van a seguir trabajando en Upala, Chorotega, Tony Facio y Max Peralta. ¡Se le pone serio al asunto!
Y eso no es todo, churri. La CCSS planea comprar cinco camiones nuevos pa’ transportar la ropa y hasta construir una ‘EcoLavandería’ súper moderna en la Central, capaz de lavar hasta 72,000 kilos de ropa diaria en 2030. ¡Eso sí es nivel! Con estos planes, esperan que todo esté más organizado, eficiente y con tecnología de punta. ¡A ver si ahora sí dejan de salir accidentes!
Vega de la O explica que este cambio no es solo poner máquinas nuevas, sino también cambiar la forma de trabajar. Van a estandarizar procesos, asegurándose de que sepan dónde está cada prenda en todo momento (trazabilidad), y hacer todo más sostenible, pensando en el medio ambiente. Una verdadera reorganización general, diay.
Ahora, pa’ que todo esto funcione, la Junta Directiva le dijo a los jefes de la Caja que hagan los estudios necesarios: técnicos, financieros y hasta analizar cuánta gente necesitan. Todo esto para tener claro cómo va a funcionar la lavandería a corto, mediano y largo plazo. Se trata de pensar en el futuro, vamos.
Así que ya saben, la CCSS le está metiendo turbo a las lavanderías. Parece que finalmente le van a quitar la mala fama que tenían. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que estas inversiones realmente harán la diferencia y evitarán futuros problemas en el sistema de salud, o simplemente estamos parcheando una situación que necesita una solución más profunda?
La Junta Directiva, después de mucho rifirrafe, aprobó un plan pa' invertir, comprar cositas nuevas y reacomodar los centros de lavado en todo el país. Según la presidenta ejecutiva, la maestra Mónica Taylor Hernández, esto es crucial para asegurar que la ropa salga limpia, segura y de buena onda, protegiendo tanto a los trabajadores como a los pacientes. ¡Qué alivio, mae!
La verdad es que la situación actual no estaba precisamente pintada de color rosa. De las 24 lavanderías que tiene la CCSS, ¡más de la mitad están regadas! Un 37.5% están en “condición roja” – lo que significa que están a punto de explotar – y otro 41.6% en “amarilla”. ¡Solo el 20.8% están funcionando bien! Imagínate, casi la mayoría andan al borde del colapso. ¡Una torta!
Pa' solucionar este problemón, el Dr. Esteban Vega de la O, gerente de Logística de la Caja, dice que quieren llevar 12 lavanderías a niveles óptimos de eficiencia y bioseguridad. Esto incluye una lavandería grande en Brunca, que va a atender a varios hospitales de la zona. También van a seguir trabajando en Upala, Chorotega, Tony Facio y Max Peralta. ¡Se le pone serio al asunto!
Y eso no es todo, churri. La CCSS planea comprar cinco camiones nuevos pa’ transportar la ropa y hasta construir una ‘EcoLavandería’ súper moderna en la Central, capaz de lavar hasta 72,000 kilos de ropa diaria en 2030. ¡Eso sí es nivel! Con estos planes, esperan que todo esté más organizado, eficiente y con tecnología de punta. ¡A ver si ahora sí dejan de salir accidentes!
Vega de la O explica que este cambio no es solo poner máquinas nuevas, sino también cambiar la forma de trabajar. Van a estandarizar procesos, asegurándose de que sepan dónde está cada prenda en todo momento (trazabilidad), y hacer todo más sostenible, pensando en el medio ambiente. Una verdadera reorganización general, diay.
Ahora, pa’ que todo esto funcione, la Junta Directiva le dijo a los jefes de la Caja que hagan los estudios necesarios: técnicos, financieros y hasta analizar cuánta gente necesitan. Todo esto para tener claro cómo va a funcionar la lavandería a corto, mediano y largo plazo. Se trata de pensar en el futuro, vamos.
Así que ya saben, la CCSS le está metiendo turbo a las lavanderías. Parece que finalmente le van a quitar la mala fama que tenían. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que estas inversiones realmente harán la diferencia y evitarán futuros problemas en el sistema de salud, o simplemente estamos parcheando una situación que necesita una solución más profunda?