¡Ay, Dios mío, qué despiche! La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) anda bien caliente ahora, porque un juez le dijo que tenía que soltarle una buena cantidad de lana a un funcionario que la echó a perder hace unos años. Se trata de Isaac Villalta, un mae que trabajaba como asistente de pacientes y que, según la historia, terminó envuelto en un buen brete de acusaciones.
Todo empezó en el 2013, cuando aparecieron unas quejas en el Hospital San Vicente de Paúl en Heredia. Parece que don Isaac, estando de guardia en el servicio de medicina de mujeres, entró a la ducha donde se bañaba un paciente con dengue. El pobre señor, que necesitaba asistencia para bañarse, se encontró con una sorpresa desagradable: al parecer, llegó el mae y lo empezó a jabonar y rociarle con una manguera, ¡y encima le dijo que cumplía órdenes! Imagínate la bronca.
Obvio, esto desató una investigación, primero por irrespeto a la privacidad y luego como posible acoso sexual. La cosa se puso fea rapidito y el órgano director de la CCSS recomendó despedirlo sin responsabilidades para la institución. Pero ahí fue donde la tortilla se volteó, chunches. La Junta Nacional de Relaciones Laborales de la CCSS, viendo la vaina, dijo que no procedía el despido. Básicamente, que se habían jalado una torta en el proceso.
Y aquí viene la parte más jugosa, diay. Aunque la Junta les dio la razón, el plazo para poder despedir al señor Villalta ya había expirado. Resulta que, según el código de trabajo, tenían un mes para actuar después de conocer la falta. Pero la notificación del despido se hizo un día después del plazo límite, ¡qué sal! Esto llevó al Tribunal Contencioso Administrativo a declarar nulo el despido y a ordenar la reinstalación del funcionario.
Ahora, la CCSS tendrá que reponerlo en su puesto de trabajo y, encima, pagarle una suma considerable en salarios caídos, salario escolar, aguinaldo y costas legales. ¡Una torta de casi 84 millones de colones! Y eso sin contar otros 100 mil colones por daño moral subjetivo. Imagínatelo, que con esa plata se podrían hacer muchas cosas buenas, ¿verdad?
Pero la cosa no termina ahí, maes. El hospital ha solicitado abrir un procedimiento administrativo contra el exdirector de Enfermería, de apellido Ortiz, a quien se le imputa haber violado el principio de legalidad y el deber de responsabilidad al notificar el despido fuera del plazo. Dicen que el mae se mandó un brete feísimo y ahora podría tener que ponerle sus bolsillos para cubrir los gastos.
La respuesta oficial del hospital no se queda atrás: aseguran que sí llevaron a cabo un procedimiento administrativo y que el funcionario fue reinstalado debido a errores formales en el proceso. Destacan que los hechos que se le imputaron fueron acreditados, pero que la falla radicó en el manejo del papeleo. En resumen, se defendieron como pudieron, pero la verdad es que el palo ya cayó y tendrán que afrontar las consecuencias. Definitivamente un caso que da mucho de qué hablar, porque muestra cómo un simple error administrativo puede terminar costándole caro a la institución pública.
Después de escuchar toda esta vaina, me pregunto... ¿Crees que la CCSS debería recurrir a medidas más estrictas para evitar errores burocráticos que terminen generando sentencias millonarias como ésta, o simplemente es un caso aislado producto de un descuido puntual? Déjanos tus opiniones en los comentarios del foro, ¡me interesa saber qué piensas tú!
Todo empezó en el 2013, cuando aparecieron unas quejas en el Hospital San Vicente de Paúl en Heredia. Parece que don Isaac, estando de guardia en el servicio de medicina de mujeres, entró a la ducha donde se bañaba un paciente con dengue. El pobre señor, que necesitaba asistencia para bañarse, se encontró con una sorpresa desagradable: al parecer, llegó el mae y lo empezó a jabonar y rociarle con una manguera, ¡y encima le dijo que cumplía órdenes! Imagínate la bronca.
Obvio, esto desató una investigación, primero por irrespeto a la privacidad y luego como posible acoso sexual. La cosa se puso fea rapidito y el órgano director de la CCSS recomendó despedirlo sin responsabilidades para la institución. Pero ahí fue donde la tortilla se volteó, chunches. La Junta Nacional de Relaciones Laborales de la CCSS, viendo la vaina, dijo que no procedía el despido. Básicamente, que se habían jalado una torta en el proceso.
Y aquí viene la parte más jugosa, diay. Aunque la Junta les dio la razón, el plazo para poder despedir al señor Villalta ya había expirado. Resulta que, según el código de trabajo, tenían un mes para actuar después de conocer la falta. Pero la notificación del despido se hizo un día después del plazo límite, ¡qué sal! Esto llevó al Tribunal Contencioso Administrativo a declarar nulo el despido y a ordenar la reinstalación del funcionario.
Ahora, la CCSS tendrá que reponerlo en su puesto de trabajo y, encima, pagarle una suma considerable en salarios caídos, salario escolar, aguinaldo y costas legales. ¡Una torta de casi 84 millones de colones! Y eso sin contar otros 100 mil colones por daño moral subjetivo. Imagínatelo, que con esa plata se podrían hacer muchas cosas buenas, ¿verdad?
Pero la cosa no termina ahí, maes. El hospital ha solicitado abrir un procedimiento administrativo contra el exdirector de Enfermería, de apellido Ortiz, a quien se le imputa haber violado el principio de legalidad y el deber de responsabilidad al notificar el despido fuera del plazo. Dicen que el mae se mandó un brete feísimo y ahora podría tener que ponerle sus bolsillos para cubrir los gastos.
La respuesta oficial del hospital no se queda atrás: aseguran que sí llevaron a cabo un procedimiento administrativo y que el funcionario fue reinstalado debido a errores formales en el proceso. Destacan que los hechos que se le imputaron fueron acreditados, pero que la falla radicó en el manejo del papeleo. En resumen, se defendieron como pudieron, pero la verdad es que el palo ya cayó y tendrán que afrontar las consecuencias. Definitivamente un caso que da mucho de qué hablar, porque muestra cómo un simple error administrativo puede terminar costándole caro a la institución pública.
Después de escuchar toda esta vaina, me pregunto... ¿Crees que la CCSS debería recurrir a medidas más estrictas para evitar errores burocráticos que terminen generando sentencias millonarias como ésta, o simplemente es un caso aislado producto de un descuido puntual? Déjanos tus opiniones en los comentarios del foro, ¡me interesa saber qué piensas tú!
