¡Ay, Dios mío, qué movida! El Presidente Rodrigo Chaves, con su costumbre de meterse dónde no le llaman, agarró avión rumbo a El Salvador este jueves para reunirse con Nayib Bukele. Parece que quiere ver si puede copiarle algún truquito de seguridad, aunque sabemos bien que eso de copiar directamente, aquí en Costa Rica, casi nunca sale bien.
La idea es hablar de estrategia de seguridad, claro que sí, pero todos sabemos que el asunto es más complicado que eso. Chaves anda buscando desesperado cómo mejorar la situación con estas bandas del narcotráfico que nos tienen a todos con susto, y parece que cree que El Salvador tiene la receta mágica. Ya saben, con Bukele, todo es mano dura, sin importarle mucho los derechos humanos... ¡Qué vara!
Esta es la tercera vez que se juntan estos dos mandatarios. Primero en la jura de Bukele allá en El Salvador, luego Bukele vino acá a recibir reconocimientos y echar unas manos en la emergencia de las lluvias, y ahora esto. Hasta le mandó un saludo sorpresa a Laura Fernández por esos lados, un guiñito que dejó a muchos con la mosca detrás de la oreja preguntándose qué onda realmente. ¡Un chunche raro, diay!
Y es que la comparación entre Chaves y Bukele se ha vuelto constante. El Presidente siempre dice que el 'método Bukele' no funciona acá, que tenemos leyes diferentes, costumbres distintas… Pero luego, abre la boca y dice que El Salvador es ‘uno de los países más seguros del mundo’. ¡Qué contradicción, mae! Como diciendo que el café no sabe a café pero te tomas tres tazas seguidas.
Pero bueno, ahí está la diferencia clave: El Salvador tenía que lidiar con las maras, esas pandillas organizadas y violentas desde hace años. Aquí estamos luchando contra narcos con más plata que el Banco Central, con conexiones internacionales que dan miedo. No es lo mismo enfrentar a alguien que vive del terror callejero que combatir a un capo que mueve millones desde su mansión en Miami. ¡Qué brete!
En esta ocasión, Chaves dice que quiere discutir con Bukele sobre cómo podemos cooperar para combatir el crimen organizado. Hablar de intercambio de información, capacitación de fuerzas policiales… Cosas técnicas, vamos. Lo importante es ver si realmente hay algo que podamos adaptar de la experiencia salvadoreña sin perder nuestra esencia tica, sin dejar de lado nuestros valores democráticos.
Ahora, la visita a ese centro de confinamiento del terrorismo en El Salvador… ¡Uf! Ahí sí pinta interesante. Imaginen al Presidente viendo de cerca cómo encarcelan a cientos de criminales, cómo les hacen la vida imposible. Seguro que le da algunas ideas, aunque espero que no empiece a proponer construir cárceles con diseños iguales. ¡Sería un despiche tremendo!
Con todo esto, me pregunto: ¿realmente creen que Costa Rica puede sacar algo positivo de esta relación con El Salvador, o simplemente estamos copiando modelos que no nos corresponden? ¿Están dispuestos a sacrificar un poquito de libertad por sentirnos más seguros, o prefieren mantener un sistema judicial más justo, aunque eso signifique vivir con cierto riesgo?
La idea es hablar de estrategia de seguridad, claro que sí, pero todos sabemos que el asunto es más complicado que eso. Chaves anda buscando desesperado cómo mejorar la situación con estas bandas del narcotráfico que nos tienen a todos con susto, y parece que cree que El Salvador tiene la receta mágica. Ya saben, con Bukele, todo es mano dura, sin importarle mucho los derechos humanos... ¡Qué vara!
Esta es la tercera vez que se juntan estos dos mandatarios. Primero en la jura de Bukele allá en El Salvador, luego Bukele vino acá a recibir reconocimientos y echar unas manos en la emergencia de las lluvias, y ahora esto. Hasta le mandó un saludo sorpresa a Laura Fernández por esos lados, un guiñito que dejó a muchos con la mosca detrás de la oreja preguntándose qué onda realmente. ¡Un chunche raro, diay!
Y es que la comparación entre Chaves y Bukele se ha vuelto constante. El Presidente siempre dice que el 'método Bukele' no funciona acá, que tenemos leyes diferentes, costumbres distintas… Pero luego, abre la boca y dice que El Salvador es ‘uno de los países más seguros del mundo’. ¡Qué contradicción, mae! Como diciendo que el café no sabe a café pero te tomas tres tazas seguidas.
Pero bueno, ahí está la diferencia clave: El Salvador tenía que lidiar con las maras, esas pandillas organizadas y violentas desde hace años. Aquí estamos luchando contra narcos con más plata que el Banco Central, con conexiones internacionales que dan miedo. No es lo mismo enfrentar a alguien que vive del terror callejero que combatir a un capo que mueve millones desde su mansión en Miami. ¡Qué brete!
En esta ocasión, Chaves dice que quiere discutir con Bukele sobre cómo podemos cooperar para combatir el crimen organizado. Hablar de intercambio de información, capacitación de fuerzas policiales… Cosas técnicas, vamos. Lo importante es ver si realmente hay algo que podamos adaptar de la experiencia salvadoreña sin perder nuestra esencia tica, sin dejar de lado nuestros valores democráticos.
Ahora, la visita a ese centro de confinamiento del terrorismo en El Salvador… ¡Uf! Ahí sí pinta interesante. Imaginen al Presidente viendo de cerca cómo encarcelan a cientos de criminales, cómo les hacen la vida imposible. Seguro que le da algunas ideas, aunque espero que no empiece a proponer construir cárceles con diseños iguales. ¡Sería un despiche tremendo!
Con todo esto, me pregunto: ¿realmente creen que Costa Rica puede sacar algo positivo de esta relación con El Salvador, o simplemente estamos copiando modelos que no nos corresponden? ¿Están dispuestos a sacrificar un poquito de libertad por sentirnos más seguros, o prefieren mantener un sistema judicial más justo, aunque eso signifique vivir con cierto riesgo?
