¡Qué ardua vara nos cayó encima! Parece que el mundo entero está sudando frío por el tema del cambio climático, y ahora la exjefa del clima de la ONU, Christiana Figueres, nos viene con que necesitamos meditar. Sí, usted me escucha bien, ¡meditar! Pero ojo, no es cualquier vaina, la señora tiene experiencia manejando temas globales complicadísimos, así que vale la pena ponerle atención.
Figueres, una pura hija de Costa Rica, ha pasado cuatro décadas luchando contra el cambio climático, desde sus inicios hasta liderar la creación del Acuerdo de París. Ahora, en medio de una COP30 en Belém donde la esperanza anda escasa, nos da un consejo poco convencional: conectar con nuestra mente y respirar profundo. Porque, díganlo en voz alta, si seguimos arrastrando los pies, nos vamos al traste como país y como planeta.
En una entrevista con la AFP, la exfuncionaria de la ONU explicó que la meditación no es una moda pasajera, sino una herramienta vital para desarrollar la “resiliencia personal”. Según ella, muchos jóvenes activistas están tan angustiados por el futuro del planeta que incluso evitan tener hijos. ¡Imagínese la carga emocional! También hay veteranos de la lucha climática que se sienten frustrados porque sus esfuerzos parecen insignificantes. Un brete pesado para cualquiera, diay.
Figueres relata que ella y su equipo han promovido la meditación entre los negociadores de las COP, ofreciendo talleres y sesiones de respiración para ayudarles a manejar el estrés y la ansiedad. Al parecer, ya han trabajado con cerca de 800 personas en todo el mundo, incluyendo a quienes participan directamente en las negociaciones. No es que vayan a cambiar toda la agenda de la COP por meditación, pero sí anima a cada quien a encontrar su propia forma de calmar la mente.
Lo interesante es que la meditación, según Figueres, también mejora las habilidades de negociación. Las personas que saben escuchar realmente, con calma y atención, son mejores negociadoras. Tiene toda la lógica del mundo, ¿no creen? En lugar de llegar a una mesa de diálogo con la cabeza llena de ideas preconcebidas y emociones a flor de piel, uno llega más abierto a entender la perspectiva ajena. Quién sabe, tal vez eso podría ayudar a desbloquear algunos acuerdos climáticos estancados.
Ahora, hablando de la COP30, la exjefa del clima se muestra optimista a pesar de todo. Cree que una de las grandes novedades será la creciente conciencia de la importancia de la economía frente al cambio climático. Ya no basta con discursos bonitos; las tecnologías limpias son simplemente superiores y más competitivas que las opciones sucias. Este avance tecnológico, que se ve en todos los sectores y en todos los países, es imparable, y eso le da esperanza.
Pero, claro, no todo es color de rosa. Figueres reconoce que todavía queda muchísimo por hacer. La política sigue siendo importante, pero la realidad económica está obligando a los gobiernos y empresas a tomar medidas urgentes. Ya no es cuestión de elegir entre proteger el medio ambiente y crecer económicamente; ambas cosas pueden ir de la mano. Y eso, mis amigos, es un cambio de paradigma importantísimo.
Así que ahí lo tiene, el consejo de Christiana Figueres: respira hondo, conecta con tu interior y trabaja por un futuro sostenible. Pero miren, dejando de lado la meditación por un segundo, me pregunto: ¿creen ustedes que los líderes mundiales realmente escuchan a la ciencia y están dispuestos a tomar las decisiones difíciles necesarias para combatir el cambio climático, o estamos condenados a seguir discutiendo mientras el planeta se calienta cada vez más?
Figueres, una pura hija de Costa Rica, ha pasado cuatro décadas luchando contra el cambio climático, desde sus inicios hasta liderar la creación del Acuerdo de París. Ahora, en medio de una COP30 en Belém donde la esperanza anda escasa, nos da un consejo poco convencional: conectar con nuestra mente y respirar profundo. Porque, díganlo en voz alta, si seguimos arrastrando los pies, nos vamos al traste como país y como planeta.
En una entrevista con la AFP, la exfuncionaria de la ONU explicó que la meditación no es una moda pasajera, sino una herramienta vital para desarrollar la “resiliencia personal”. Según ella, muchos jóvenes activistas están tan angustiados por el futuro del planeta que incluso evitan tener hijos. ¡Imagínese la carga emocional! También hay veteranos de la lucha climática que se sienten frustrados porque sus esfuerzos parecen insignificantes. Un brete pesado para cualquiera, diay.
Figueres relata que ella y su equipo han promovido la meditación entre los negociadores de las COP, ofreciendo talleres y sesiones de respiración para ayudarles a manejar el estrés y la ansiedad. Al parecer, ya han trabajado con cerca de 800 personas en todo el mundo, incluyendo a quienes participan directamente en las negociaciones. No es que vayan a cambiar toda la agenda de la COP por meditación, pero sí anima a cada quien a encontrar su propia forma de calmar la mente.
Lo interesante es que la meditación, según Figueres, también mejora las habilidades de negociación. Las personas que saben escuchar realmente, con calma y atención, son mejores negociadoras. Tiene toda la lógica del mundo, ¿no creen? En lugar de llegar a una mesa de diálogo con la cabeza llena de ideas preconcebidas y emociones a flor de piel, uno llega más abierto a entender la perspectiva ajena. Quién sabe, tal vez eso podría ayudar a desbloquear algunos acuerdos climáticos estancados.
Ahora, hablando de la COP30, la exjefa del clima se muestra optimista a pesar de todo. Cree que una de las grandes novedades será la creciente conciencia de la importancia de la economía frente al cambio climático. Ya no basta con discursos bonitos; las tecnologías limpias son simplemente superiores y más competitivas que las opciones sucias. Este avance tecnológico, que se ve en todos los sectores y en todos los países, es imparable, y eso le da esperanza.
Pero, claro, no todo es color de rosa. Figueres reconoce que todavía queda muchísimo por hacer. La política sigue siendo importante, pero la realidad económica está obligando a los gobiernos y empresas a tomar medidas urgentes. Ya no es cuestión de elegir entre proteger el medio ambiente y crecer económicamente; ambas cosas pueden ir de la mano. Y eso, mis amigos, es un cambio de paradigma importantísimo.
Así que ahí lo tiene, el consejo de Christiana Figueres: respira hondo, conecta con tu interior y trabaja por un futuro sostenible. Pero miren, dejando de lado la meditación por un segundo, me pregunto: ¿creen ustedes que los líderes mundiales realmente escuchan a la ciencia y están dispuestos a tomar las decisiones difíciles necesarias para combatir el cambio climático, o estamos condenados a seguir discutiendo mientras el planeta se calienta cada vez más?
