¡Ay, flor! Una pena tremenda sacudió a Guácimo el fin de semana pasado. Nazareth Marín Cascante, una chava de apenas 22 años, perdi la vida en una poza cerca de allá, en medio de un intento desesperado por salvar a un compañero. La noticia cayó como balde de agua fría por toda la zona y, claro, la comunidad de la universidad también está consternada.
Según nos cuentan los allegados, la mara estaba pasando un rato en la poza, algunos hasta se metieron a refrescarse, otros prefirieron quedarse viendo desde la orilla. Pero ahí viene el pinchazo: uno de los muchachos, en un descuido, se resbaló y empezó a batallar en el agua. Sus compas, sin pensarlo dos veces, formaron una cadena humana para tratar de sacarlo de allí, una reacción rápida, pero desafortunadamente no suficiente.
En el forcejeo, dos más terminaron cayendo: la pobre Nazareth y otra chica. Lograron sacar a uno, pero a Nazareth, dicen, no pudieron alcanzarla a tiempo. Las autoridades ya investigan lo sucedido para determinar si hubo alguna negligencia o factor que contribuyó a esta fatalidad. Totalmente inesperado, ¿verdad?
Heilyn Ávila Cascante, la prima de Nazareth, relataba con lágrimas en los ojos cómo era su primita. “Ella era el ser más amoroso que conocí, siempre dispuesta a ayudar a los demás”, nos dijo entre sollozos. “Muy querida por todos, siempre con una sonrisa en la cara, echándole ganas a sus estudios de Contaduría”. Imagínate la bronca que debe estar pasando la familia ahora mismo...
Nazareth estaba a punto de encaminarse en su carrera, una promesa de futuro truncada de manera tan repentina. Dejamos huérfano a un hermanito menor, “el chineado de ella”, como cariñosamente la describían sus familiares. Un golpe duro para toda la familia Cascante, sin duda alguna. Se le va a extrañar montones en el barrio y en la universidad.
Desde la Universidad de Costa Rica, Recinto de Guápiles, emitieron un comunicado de pésame por medio de Facebook, expresando su profunda tristeza por la pérdida de una de sus estudiantes. También la Asociación de Estudiantes del recinto elevó su voz, recordando a Nazareth como una amiga y compañera cálida, dejando una huella imborrable en el corazón de quienes la conocieron. ¡Qué gran pérdida!
Este tipo de tragedias nos recuerdan la importancia de tomar precauciones en lugares peligrosos, especialmente cuando estamos disfrutando de actividades recreativas. Siempre hay que evaluar bien los riesgos y nunca aventurarse a hacer cosas que puedan poner en peligro nuestras vidas o las de los demás. La seguridad siempre primero, diay, qué más da arriesgarse así.
Y hablando de eso, ¿ustedes qué opinan? Con tanta gente aprovechándose de ríos y pozas sin ninguna medida de seguridad, ¿cree que debería haber mayor regulación y control por parte de las autoridades? ¿Deberíamos promover campañas de concientización sobre los riesgos de estos lugares? Compartan sus ideas y experiencias en los comentarios, porque esto nos afecta a todos.
Según nos cuentan los allegados, la mara estaba pasando un rato en la poza, algunos hasta se metieron a refrescarse, otros prefirieron quedarse viendo desde la orilla. Pero ahí viene el pinchazo: uno de los muchachos, en un descuido, se resbaló y empezó a batallar en el agua. Sus compas, sin pensarlo dos veces, formaron una cadena humana para tratar de sacarlo de allí, una reacción rápida, pero desafortunadamente no suficiente.
En el forcejeo, dos más terminaron cayendo: la pobre Nazareth y otra chica. Lograron sacar a uno, pero a Nazareth, dicen, no pudieron alcanzarla a tiempo. Las autoridades ya investigan lo sucedido para determinar si hubo alguna negligencia o factor que contribuyó a esta fatalidad. Totalmente inesperado, ¿verdad?
Heilyn Ávila Cascante, la prima de Nazareth, relataba con lágrimas en los ojos cómo era su primita. “Ella era el ser más amoroso que conocí, siempre dispuesta a ayudar a los demás”, nos dijo entre sollozos. “Muy querida por todos, siempre con una sonrisa en la cara, echándole ganas a sus estudios de Contaduría”. Imagínate la bronca que debe estar pasando la familia ahora mismo...
Nazareth estaba a punto de encaminarse en su carrera, una promesa de futuro truncada de manera tan repentina. Dejamos huérfano a un hermanito menor, “el chineado de ella”, como cariñosamente la describían sus familiares. Un golpe duro para toda la familia Cascante, sin duda alguna. Se le va a extrañar montones en el barrio y en la universidad.
Desde la Universidad de Costa Rica, Recinto de Guápiles, emitieron un comunicado de pésame por medio de Facebook, expresando su profunda tristeza por la pérdida de una de sus estudiantes. También la Asociación de Estudiantes del recinto elevó su voz, recordando a Nazareth como una amiga y compañera cálida, dejando una huella imborrable en el corazón de quienes la conocieron. ¡Qué gran pérdida!
Este tipo de tragedias nos recuerdan la importancia de tomar precauciones en lugares peligrosos, especialmente cuando estamos disfrutando de actividades recreativas. Siempre hay que evaluar bien los riesgos y nunca aventurarse a hacer cosas que puedan poner en peligro nuestras vidas o las de los demás. La seguridad siempre primero, diay, qué más da arriesgarse así.
Y hablando de eso, ¿ustedes qué opinan? Con tanta gente aprovechándose de ríos y pozas sin ninguna medida de seguridad, ¿cree que debería haber mayor regulación y control por parte de las autoridades? ¿Deberíamos promover campañas de concientización sobre los riesgos de estos lugares? Compartan sus ideas y experiencias en los comentarios, porque esto nos afecta a todos.