¡Ay, Dios mío! Se armó un circo en la Circunvalación. Resulta que para terminar el nuevo puente sobre el Río María Aguilar, ahora van a cerrar carriles por la noche. Imagínate la bronca, mae, si ya la hora pico es un problema, esto va a estar peor que freír tortilla en sartén prestada.
Según nos cuentan desde la Dirección General de Planificación Vial (DGVP), este brete es crucial para mejorar la movilidad en la zona y aliviar el tráfico que suele saturar la ruta nacional 39. Han estado chambeando duro en este proyecto desde hace un buen tiempo, pero parece que todavía les queda bastante por hacer. Lo bueno es que quieren minimizar el impacto en nosotros, los usuarios, haciendo el trabajo de noche.
Lo que pasa es que necesitan colocar unas vigas de concreto enormes en la rampa norte, que pertenece a la primera fase del proyecto. Esto requiere de maquinaria pesada y espacio suficiente para maniobrar, así que tendrán que usar los carriles centrales en sentido Zapote-Hatillo. Suena complicado, ¿verdad? Pues espérenlo, porque no termina ahí.
Desde las siete de la tarde del miércoles ocho de octubre hasta las tres de la mañana del jueves nueve, vamos a tener restricciones. El carril externo estará totalmente cerrado, y el carril interno sufrirá cierres temporales de unos diez minutitos cada vez que necesiten mover las vigas. ¡Diez minutos pueden parecer poco, pero cuando vas apurado, te parecen una eternidad!
Las autoridades ya lanzaron el llamamiento, como dicen ellos, “a tomar precauciones”. Obvio, mae, ¿qué otra cosa iban a decir? Nos piden planificar bien nuestros traslados, buscar rutas alternativas si podemos, y respetar el límite de velocidad de treinta kilómetros por hora en la zona de trabajo. ¡Trinta kilómetros por hora en la Circunvalación! Qué vaina, ¡parece carrera de ancianos!
Además, aseguran que habrá mucha iluminación y señalización para guiarnos. Esperemos que sí, porque a veces esos conos y luces están más confundidos que gallina ciega. Ya hemos visto casos peores, donde parecían haberlos puesto pa' jugar escondite en lugar de indicar cómo ir por el camino correcto. Ojalá esta vez le hayan puesto empeño.
Este proyecto, aunque traerá beneficios a largo plazo, es otro ejemplo de cómo la infraestructura en Costa Rica siempre viene con sus complicaciones. Siempre hay un brete, un cierre, una desviación… Parece que construir algo nuevo es igual que intentar bailar salsa en medio de un terremoto. Pero bueno, paciencia, mae, que al final la necesidad apremia y tenemos que aguantarnos.
En fin, la Circunvalación se pondrá chincha estos días. Así que, mi gente, preparen los ánimos, busquen música relajante para el carro y, sobre todo, ¡no se olviden de respirar profundo! Ahora dime, ¿crees que realmente estas medidas van a minimizar el impacto en el tráfico, o estamos condenados a pasar horas atascados en la Circunvalación?
Según nos cuentan desde la Dirección General de Planificación Vial (DGVP), este brete es crucial para mejorar la movilidad en la zona y aliviar el tráfico que suele saturar la ruta nacional 39. Han estado chambeando duro en este proyecto desde hace un buen tiempo, pero parece que todavía les queda bastante por hacer. Lo bueno es que quieren minimizar el impacto en nosotros, los usuarios, haciendo el trabajo de noche.
Lo que pasa es que necesitan colocar unas vigas de concreto enormes en la rampa norte, que pertenece a la primera fase del proyecto. Esto requiere de maquinaria pesada y espacio suficiente para maniobrar, así que tendrán que usar los carriles centrales en sentido Zapote-Hatillo. Suena complicado, ¿verdad? Pues espérenlo, porque no termina ahí.
Desde las siete de la tarde del miércoles ocho de octubre hasta las tres de la mañana del jueves nueve, vamos a tener restricciones. El carril externo estará totalmente cerrado, y el carril interno sufrirá cierres temporales de unos diez minutitos cada vez que necesiten mover las vigas. ¡Diez minutos pueden parecer poco, pero cuando vas apurado, te parecen una eternidad!
Las autoridades ya lanzaron el llamamiento, como dicen ellos, “a tomar precauciones”. Obvio, mae, ¿qué otra cosa iban a decir? Nos piden planificar bien nuestros traslados, buscar rutas alternativas si podemos, y respetar el límite de velocidad de treinta kilómetros por hora en la zona de trabajo. ¡Trinta kilómetros por hora en la Circunvalación! Qué vaina, ¡parece carrera de ancianos!
Además, aseguran que habrá mucha iluminación y señalización para guiarnos. Esperemos que sí, porque a veces esos conos y luces están más confundidos que gallina ciega. Ya hemos visto casos peores, donde parecían haberlos puesto pa' jugar escondite en lugar de indicar cómo ir por el camino correcto. Ojalá esta vez le hayan puesto empeño.
Este proyecto, aunque traerá beneficios a largo plazo, es otro ejemplo de cómo la infraestructura en Costa Rica siempre viene con sus complicaciones. Siempre hay un brete, un cierre, una desviación… Parece que construir algo nuevo es igual que intentar bailar salsa en medio de un terremoto. Pero bueno, paciencia, mae, que al final la necesidad apremia y tenemos que aguantarnos.
En fin, la Circunvalación se pondrá chincha estos días. Así que, mi gente, preparen los ánimos, busquen música relajante para el carro y, sobre todo, ¡no se olviden de respirar profundo! Ahora dime, ¿crees que realmente estas medidas van a minimizar el impacto en el tráfico, o estamos condenados a pasar horas atascados en la Circunvalación?