¡Ay, dios mío! Aquí seguimos con el circo político, má! Resulta que la pelea por los corazones (y bolsillos) de los conservadores está más caliente que gallina pochada. Oficialmente, tanto Fabricio Alvarado como Laura Fernández estaban haciendo pinta de estar unidos bajo la bandera de los valores tradicionales, pero parece que la cosa no es tan sencilla como aparentaba.
El revuelo comenzó con un comunicado lanzado por Laura Fernández este mismo jueves, donde aseguraba que, gracias a iniciativas como el “Foro mi País”, estaba cosechando el apoyo irrestricto de los conservadores cristianos. Hasta hubo una actividad con 57 candidatos a diputados donde pastores y líderes religiosos estaban presentes; pinta de foto familiar y todo. Reinaldo Salazar, fundador del Foro, hasta soltó unas frases bonitas sobre defender sus principios y respetar la fe, diciendo que doña Laura tenía bien claro cómo proteger la familia, la vida y la fe, si llegaba a gobernar. Suena lindo en papel, ¿verdad?
Pero ahí fue cuando Fabricio Alvarado sacó las garras. Con la velocidad de un rayo (bueno, casi), salió a negar rotundamente que Fernández estuviera recibiendo el respaldo de ese supuesto grupo conservador. Minimizó al “Foro mi País” tachándolo de un grupito de líderes evangélicos inconexos, afirmando que no representan ni de cerca a la mayoría de pastores ni a la mayoría de conservadores del país. ¡Uy, qué calentura!
Alvarado, con toda la actitud, apuntó directamente a que él sí es quien cuenta con el verdadero apoyo de la “gran mayoría” de conservadores, e incluso acusó a Fernández y Pueblo Soberano de haber hecho unas declaraciones “ofensivas”. Dijo que Nueva República siempre ha sido fiel a sus valores, ya sean evangélicos, católicos o de cualquier otra creencia, recalcando que su postura no es una simple jugada política para ganarse unos cuantos votos.
Para respaldar sus palabras, Alvarado empezó a enumerar “ejemplos concretos”, como la lucha constante contra la norma técnica del aborto terapéutico desde 2019. Acusó al gobierno actual de haber tomado esa decisión precisamente ahora, por la campaña electoral. Y siguió golpeando: cuestionó la lista de diputados de Fernández, señalando que incluía figuras como Marta Esquivel (con su pasado en la Sala Constitucional y el tema del matrimonio igualitario) y Nayuribe Guadamuz (quien firmó la declaratoria de interés de la marcha LGBT en 2024, un movimiento que costó su cargo).
La cosa no paró ahí, pues Alvarado también arremetió contra el proyecto de ley para legalizar la marihuana impulsado por el presidente Chaves, así como contra lo que él denomina la “agenda progre” en organismos internacionales como la ONU, la OEA y la OMS. En resumen, una descarga completa para dejar claro quién es el defensor de los valores tradicionales en esta contienda. Y, vaya que lo hizo con ganas… ¡pa' darle y pa' quitarle!
Según un estudio reciente de la Universidad Nacional (UNA), alrededor del 50% de los costarricenses se identifican como católicos y un 30% como evangélicos, con altos porcentajes asistiendo a servicios religiosos semanalmente. Expertos, como José Andrés Díaz González de la UCR, señalan que hablar de un “voto evangélico” monolítico es simplificar demasiado la realidad, ya que existen diversas denominaciones con puntos de vista distintos, e incluso algunos grupos, como los Testigos de Jehová, no participan en las elecciones. El panorama es complejo, ¿eh?
Así que, dime tú, ¿crees que esta disputa interna entre conservadores realmente influirá en el resultado final de las elecciones? ¿O será solo humo y espejos para atraer la atención pública? Déjame leer tus opiniones en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensas sobre este brete político!
El revuelo comenzó con un comunicado lanzado por Laura Fernández este mismo jueves, donde aseguraba que, gracias a iniciativas como el “Foro mi País”, estaba cosechando el apoyo irrestricto de los conservadores cristianos. Hasta hubo una actividad con 57 candidatos a diputados donde pastores y líderes religiosos estaban presentes; pinta de foto familiar y todo. Reinaldo Salazar, fundador del Foro, hasta soltó unas frases bonitas sobre defender sus principios y respetar la fe, diciendo que doña Laura tenía bien claro cómo proteger la familia, la vida y la fe, si llegaba a gobernar. Suena lindo en papel, ¿verdad?
Pero ahí fue cuando Fabricio Alvarado sacó las garras. Con la velocidad de un rayo (bueno, casi), salió a negar rotundamente que Fernández estuviera recibiendo el respaldo de ese supuesto grupo conservador. Minimizó al “Foro mi País” tachándolo de un grupito de líderes evangélicos inconexos, afirmando que no representan ni de cerca a la mayoría de pastores ni a la mayoría de conservadores del país. ¡Uy, qué calentura!
Alvarado, con toda la actitud, apuntó directamente a que él sí es quien cuenta con el verdadero apoyo de la “gran mayoría” de conservadores, e incluso acusó a Fernández y Pueblo Soberano de haber hecho unas declaraciones “ofensivas”. Dijo que Nueva República siempre ha sido fiel a sus valores, ya sean evangélicos, católicos o de cualquier otra creencia, recalcando que su postura no es una simple jugada política para ganarse unos cuantos votos.
Para respaldar sus palabras, Alvarado empezó a enumerar “ejemplos concretos”, como la lucha constante contra la norma técnica del aborto terapéutico desde 2019. Acusó al gobierno actual de haber tomado esa decisión precisamente ahora, por la campaña electoral. Y siguió golpeando: cuestionó la lista de diputados de Fernández, señalando que incluía figuras como Marta Esquivel (con su pasado en la Sala Constitucional y el tema del matrimonio igualitario) y Nayuribe Guadamuz (quien firmó la declaratoria de interés de la marcha LGBT en 2024, un movimiento que costó su cargo).
La cosa no paró ahí, pues Alvarado también arremetió contra el proyecto de ley para legalizar la marihuana impulsado por el presidente Chaves, así como contra lo que él denomina la “agenda progre” en organismos internacionales como la ONU, la OEA y la OMS. En resumen, una descarga completa para dejar claro quién es el defensor de los valores tradicionales en esta contienda. Y, vaya que lo hizo con ganas… ¡pa' darle y pa' quitarle!
Según un estudio reciente de la Universidad Nacional (UNA), alrededor del 50% de los costarricenses se identifican como católicos y un 30% como evangélicos, con altos porcentajes asistiendo a servicios religiosos semanalmente. Expertos, como José Andrés Díaz González de la UCR, señalan que hablar de un “voto evangélico” monolítico es simplificar demasiado la realidad, ya que existen diversas denominaciones con puntos de vista distintos, e incluso algunos grupos, como los Testigos de Jehová, no participan en las elecciones. El panorama es complejo, ¿eh?
Así que, dime tú, ¿crees que esta disputa interna entre conservadores realmente influirá en el resultado final de las elecciones? ¿O será solo humo y espejos para atraer la atención pública? Déjame leer tus opiniones en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensas sobre este brete político!
