¡Aguántate! La Coope Ande sigue echándole ganas por las comunidades y parece que los frutos ya se ven. Resulta que, gracias a sus programas de juventud, más de 65 mil familias y alrededor de 138 mil personas han recibido apoyo durante los últimos tres años. Eso sí es darle un empujón a la chispa tica.
Estos programas, que tienen bastante que ver con los Centros Cívicos por la Paz y el Foro de Juventudes, buscan fortalecer la convivencia en nuestros barrios, evitar que la violencia se salga de control, promover el diálogo sano y construir una cultura de paz sólida. No es pa’ bromear con eso, ¿eh?
Lo interesante es que de estas 138 mil personas, casi la mitad son mujeres – ¡casi un 60%! – Lo que demuestra que la Coope Ande está poniendo atención en asegurar que todos tengan la oportunidad de crecer y desarrollarse. Se nota que le ponen empeño a la igualdad, y eso siempre es bueno escuchar.
Alexandra Márquez-Massino, la gerente general de Coope Ande, resaltó que la cooperativa está cambiando vidas a lo largo y ancho del país. Estos esfuerzos están enfocados en la prevención de la violencia, cuidando el bienestar emocional, promoviendo la salud mental y creando espacios más seguros para las familias. Un verdadero brete de trabajo bien hecho.
Y no se trata solo de palabras bonitas. Durante el primer semestre de este año, 115 jóvenes recibieron entrenamiento en siete centros diferentes a lo largo del país. Aprendieron técnicas valiosas para prevenir la violencia, resolver problemas sin llegar a los golpes y participar activamente en sus comunidades. ¡Eso sí es formar ciudadanos comprometidos!
Sara Vindas, del Foro de Juventudes de Guararí de Heredia, compartió su experiencia: desde marzo se preparan intensivamente, perfeccionando sus habilidades de comunicación y diseñando actividades para ayudar a otros jóvenes a ser más asertivos y resilientes. Su proyecto, buscando mejorar la comunicación familiar, involucró actividades creativas y hasta pintar bolsos llenos de cariño para regalar a sus seres queridos. ¡Un gesto bonito y significativo!
En Santa Cruz, crearon un corto llamado “Desde mi Luz” que tocó fibras sensibles sobre la violencia intrafamiliar, protagonizado por jóvenes guanacastecos. Kathleen Díaz García, otra participante, comentó que su experiencia en el Foro de Juventudes ha sido increíble, permitiéndole conocer gente nueva y aprender sobre los distintos tipos de violencia que existen. Parece que cada uno salió con una vara llena de aprendizaje y herramientas para enfrentar situaciones difíciles.
En fin, parece que la inversión en los jóvenes está dando sus frutos, reduciendo los riesgos asociados a la violencia y construyendo una sociedad más justa y solidaria. Ahora me pregunto, ¿crees que estos programas deberían expandirse a todas las provincias del país, o consideras que hay otras áreas donde la Coope Ande debería enfocar sus esfuerzos para impactar positivamente a nuestras comunidades?
Estos programas, que tienen bastante que ver con los Centros Cívicos por la Paz y el Foro de Juventudes, buscan fortalecer la convivencia en nuestros barrios, evitar que la violencia se salga de control, promover el diálogo sano y construir una cultura de paz sólida. No es pa’ bromear con eso, ¿eh?
Lo interesante es que de estas 138 mil personas, casi la mitad son mujeres – ¡casi un 60%! – Lo que demuestra que la Coope Ande está poniendo atención en asegurar que todos tengan la oportunidad de crecer y desarrollarse. Se nota que le ponen empeño a la igualdad, y eso siempre es bueno escuchar.
Alexandra Márquez-Massino, la gerente general de Coope Ande, resaltó que la cooperativa está cambiando vidas a lo largo y ancho del país. Estos esfuerzos están enfocados en la prevención de la violencia, cuidando el bienestar emocional, promoviendo la salud mental y creando espacios más seguros para las familias. Un verdadero brete de trabajo bien hecho.
Y no se trata solo de palabras bonitas. Durante el primer semestre de este año, 115 jóvenes recibieron entrenamiento en siete centros diferentes a lo largo del país. Aprendieron técnicas valiosas para prevenir la violencia, resolver problemas sin llegar a los golpes y participar activamente en sus comunidades. ¡Eso sí es formar ciudadanos comprometidos!
Sara Vindas, del Foro de Juventudes de Guararí de Heredia, compartió su experiencia: desde marzo se preparan intensivamente, perfeccionando sus habilidades de comunicación y diseñando actividades para ayudar a otros jóvenes a ser más asertivos y resilientes. Su proyecto, buscando mejorar la comunicación familiar, involucró actividades creativas y hasta pintar bolsos llenos de cariño para regalar a sus seres queridos. ¡Un gesto bonito y significativo!
En Santa Cruz, crearon un corto llamado “Desde mi Luz” que tocó fibras sensibles sobre la violencia intrafamiliar, protagonizado por jóvenes guanacastecos. Kathleen Díaz García, otra participante, comentó que su experiencia en el Foro de Juventudes ha sido increíble, permitiéndole conocer gente nueva y aprender sobre los distintos tipos de violencia que existen. Parece que cada uno salió con una vara llena de aprendizaje y herramientas para enfrentar situaciones difíciles.
En fin, parece que la inversión en los jóvenes está dando sus frutos, reduciendo los riesgos asociados a la violencia y construyendo una sociedad más justa y solidaria. Ahora me pregunto, ¿crees que estos programas deberían expandirse a todas las provincias del país, o consideras que hay otras áreas donde la Coope Ande debería enfocar sus esfuerzos para impactar positivamente a nuestras comunidades?