¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, mi gente. Acá estamos, Costa Rica, el paraíso, y resulta que nos están poniendo en el ojo grande por cosas bien feas. Un informe mundial acaba de sacar a relucir temas que nadie quería tocar, y parece que tenemos un problemón con la trata de personas, especialmente con nuestros niños y niñas. Uno se queda pensando qué tan profundo llega esto, ¿eh?
El Índice Global de Crimen Organizado 2025, publicada el lunes pasado, pintó un panorama bien oscuro para nosotros. Ya sabíamos que éramos un punto de paso para gente buscando llegar a Estados Unidos, pero ahora nos dicen que somos más que eso; somos un lugar donde explotan a menores y los usan pa' mover droga. ¿Se imaginan la cosa?
La verdad, esto me dejó helada. Muchos de estos jóvenes vienen de otros países centroamericanos, buscando una vida mejor, pero caen en manos de pura banda organizada. También hay víctimas de Colombia, Venezuela, Nicaragua, hasta República Dominicana... Todos buscando un sueño que termina convirtiéndose en una pesadilla.
Y ni hablar del cantón de Puntarenas, que según el informe, está concentrando la mayor parte de los casos. Parece que la combinación del turismo y la pobreza crea un caldo de cultivo perfecto para estas cosas. En especial, Jacó, donde el turismo sexual infantil sigue siendo un dolor de cabeza constante, alimentado por la demanda extranjera… ¡Qué pena ajena!
Lo peor es cómo estos criminales manipulan a la gente. Amenazan con ponerlos en ridículo en redes sociales, los acosan y los controlan. Hay campesinos trabajando en condiciones inhumanas, sin poder salir de las fincas donde los tienen presos. Y para colmo, obligan a personas sin techo a meterle drogas a los penales. Esto va escalando y da miedo, mijos.
Y no olvidemos a los niños y niñas transportando droga o participando en delitos violentos. Ni siquiera puedo imaginarme el trauma que viven estos pequeños. Además, este informe trajo a colación el tema del tráfico de órganos, que todavía está bajo investigación. Médicos y operadores turísticos metidos en trasplantes ilegales... ¡Qué papelón!
Respecto al tráfico de migrantes, la geografía de nuestro país nos juega una mala pasada. Somos un puente obligatorio para muchos que huyen de sus países, buscando esperanza en el norte. Estas bandas organizadas aprovechan la necesidad de la gente, les cobran fortunas y los ponen en peligro. A pesar de los acuerdos con Panamá para ayudar a estos viajeros, siguen muriendo en el intento. Recién desmantelaron una red que cobraba precios exorbitantes por llevar a la gente a Estados Unidos, usando rutas complicadísimas. ¡Una verdadera torta!
Ahora, la Unidad de Protección a Víctimas y Testigos (PVT) está haciendo lo posible, pero con pocos recursos. Se necesita más apoyo estatal para proteger a quienes están sufriendo y prevenir que esto siga pasando. Nos hemos esforzado, sí, pero parece que todavía no llegamos al nivel que necesitamos tener. Miren, yo tengo una pregunta para ustedes: ¿Qué medidas crees tú que podríamos tomar, como sociedad costarricense, para realmente combatir esta lacra y proteger a nuestros más vulnerables?
El Índice Global de Crimen Organizado 2025, publicada el lunes pasado, pintó un panorama bien oscuro para nosotros. Ya sabíamos que éramos un punto de paso para gente buscando llegar a Estados Unidos, pero ahora nos dicen que somos más que eso; somos un lugar donde explotan a menores y los usan pa' mover droga. ¿Se imaginan la cosa?
La verdad, esto me dejó helada. Muchos de estos jóvenes vienen de otros países centroamericanos, buscando una vida mejor, pero caen en manos de pura banda organizada. También hay víctimas de Colombia, Venezuela, Nicaragua, hasta República Dominicana... Todos buscando un sueño que termina convirtiéndose en una pesadilla.
Y ni hablar del cantón de Puntarenas, que según el informe, está concentrando la mayor parte de los casos. Parece que la combinación del turismo y la pobreza crea un caldo de cultivo perfecto para estas cosas. En especial, Jacó, donde el turismo sexual infantil sigue siendo un dolor de cabeza constante, alimentado por la demanda extranjera… ¡Qué pena ajena!
Lo peor es cómo estos criminales manipulan a la gente. Amenazan con ponerlos en ridículo en redes sociales, los acosan y los controlan. Hay campesinos trabajando en condiciones inhumanas, sin poder salir de las fincas donde los tienen presos. Y para colmo, obligan a personas sin techo a meterle drogas a los penales. Esto va escalando y da miedo, mijos.
Y no olvidemos a los niños y niñas transportando droga o participando en delitos violentos. Ni siquiera puedo imaginarme el trauma que viven estos pequeños. Además, este informe trajo a colación el tema del tráfico de órganos, que todavía está bajo investigación. Médicos y operadores turísticos metidos en trasplantes ilegales... ¡Qué papelón!
Respecto al tráfico de migrantes, la geografía de nuestro país nos juega una mala pasada. Somos un puente obligatorio para muchos que huyen de sus países, buscando esperanza en el norte. Estas bandas organizadas aprovechan la necesidad de la gente, les cobran fortunas y los ponen en peligro. A pesar de los acuerdos con Panamá para ayudar a estos viajeros, siguen muriendo en el intento. Recién desmantelaron una red que cobraba precios exorbitantes por llevar a la gente a Estados Unidos, usando rutas complicadísimas. ¡Una verdadera torta!
Ahora, la Unidad de Protección a Víctimas y Testigos (PVT) está haciendo lo posible, pero con pocos recursos. Se necesita más apoyo estatal para proteger a quienes están sufriendo y prevenir que esto siga pasando. Nos hemos esforzado, sí, pero parece que todavía no llegamos al nivel que necesitamos tener. Miren, yo tengo una pregunta para ustedes: ¿Qué medidas crees tú que podríamos tomar, como sociedad costarricense, para realmente combatir esta lacra y proteger a nuestros más vulnerables?