¡Ay, mándale! Resulta que en medio del Foro CRUSA, Mikaela Jade, la jefa de Indigital, nos soltó unas verdades sobre cómo estamos viendo la innovación en Costa Rica. Ya saben, la bronca es que usualmente llegamos pensando que la tecnología es la solución a todo, pero ella nos recordó que eso anda bastante equivocado si no le ponemos corazón cultural.
El Evento Anual 2025 de CRUSA, que estaba enfocado en ‘Comunidades Inteligentes’, fue el escenario perfecto para que Jade compartiera su visión. La idea central es que necesitamos voltearnos a mirar nuestras raíces, nuestras tradiciones y la forma en que vivimos aquí antes de empezar a implementar cualquier chispa tecnológica. No podemos irnos a comprar gadgets sin saber para qué los vamos a usar, ¡qué despiche!
Jade, con su experiencia trabajando en Australia, trajo ejemplos bien claritos de cómo poner la cultura en el timón. Según ella, la innovación verdadera solo sucede cuando nosotros, los de acá, decidimos qué queremos construir, y luego usamos la tecnología como una herramienta para lograrlo. Imagínate, en lugar de que venga Google diciendo cómo tenemos que usar internet, nosotros decidiendo cómo la tecnología puede ayudar a mejorar nuestra pesca artesanal, nuestras escuelas rurales o el cuidado de nuestros bosques.
La charla estuvo llena de cositas interesantes. Por ejemplo, resaltó la importancia de la 'gobernanza cultural', que básicamente significa tener claro quién toma las decisiones y cómo se hace, respetando siempre la forma de entender el mundo de cada comunidad. También mencionó el 'mapeo del poder relacional', o sea, entender cómo se conectan las personas y las organizaciones para trabajar juntas. ¡Y ni hablar de la reciprocidad! Dice que la innovación no tiene caso si no beneficia a todos los involucrados, que tenga que haber un intercambio justo de beneficios.
Uno de los puntos que más me resonó es que hay que darle propiedad de los datos a las comunidades mismas. Que no vayan empresas extranjeras sacándose información de nuestro país y usándola para hacer dinero sin que nosotros veamos ni un chícharo. Eso sí es un broncón, ¿verdad, maes?
Jade también hizo referencia a la necesidad de construir relaciones a largo plazo, no andar buscando soluciones rápidas que se van al traste en unos meses. Porque al final, lo importante es dejarle a las próximas generaciones un legado positivo, herramientas que les permitan seguir construyendo un país mejor. Piensa en proyectos de energía renovable gestionados por las comunidades, o en plataformas digitales que promuevan la artesanía local. ¡Qué carga sería ver eso florecer!
Y ojo, porque la experta también nos puso el dedo encima sobre el tema de la brecha digital. Advierte que si seguimos cerrando puertas a los jóvenes, perdiendo oportunidades de aprendizaje y limitando su acceso a herramientas tecnológicas, nos vamos a arrepentir. Que los mae se queden atrás, que el conocimiento se estanque, y que las comunidades pierdan la capacidad de contar sus propias historias. ¡Uf, qué sal!
Así que ya saben, maes, después de escuchar a Mikaela Jade, me queda una pregunta que quiero compartir con ustedes: ¿Cómo podemos, como sociedad costarricense, asegurarnos de que la tecnología sirva para fortalecer nuestra identidad cultural en lugar de erosionarla? ¿Qué tipo de iniciativas podríamos impulsar desde nuestras comunidades para poner la cultura en el centro del proceso de innovación?
El Evento Anual 2025 de CRUSA, que estaba enfocado en ‘Comunidades Inteligentes’, fue el escenario perfecto para que Jade compartiera su visión. La idea central es que necesitamos voltearnos a mirar nuestras raíces, nuestras tradiciones y la forma en que vivimos aquí antes de empezar a implementar cualquier chispa tecnológica. No podemos irnos a comprar gadgets sin saber para qué los vamos a usar, ¡qué despiche!
Jade, con su experiencia trabajando en Australia, trajo ejemplos bien claritos de cómo poner la cultura en el timón. Según ella, la innovación verdadera solo sucede cuando nosotros, los de acá, decidimos qué queremos construir, y luego usamos la tecnología como una herramienta para lograrlo. Imagínate, en lugar de que venga Google diciendo cómo tenemos que usar internet, nosotros decidiendo cómo la tecnología puede ayudar a mejorar nuestra pesca artesanal, nuestras escuelas rurales o el cuidado de nuestros bosques.
La charla estuvo llena de cositas interesantes. Por ejemplo, resaltó la importancia de la 'gobernanza cultural', que básicamente significa tener claro quién toma las decisiones y cómo se hace, respetando siempre la forma de entender el mundo de cada comunidad. También mencionó el 'mapeo del poder relacional', o sea, entender cómo se conectan las personas y las organizaciones para trabajar juntas. ¡Y ni hablar de la reciprocidad! Dice que la innovación no tiene caso si no beneficia a todos los involucrados, que tenga que haber un intercambio justo de beneficios.
Uno de los puntos que más me resonó es que hay que darle propiedad de los datos a las comunidades mismas. Que no vayan empresas extranjeras sacándose información de nuestro país y usándola para hacer dinero sin que nosotros veamos ni un chícharo. Eso sí es un broncón, ¿verdad, maes?
Jade también hizo referencia a la necesidad de construir relaciones a largo plazo, no andar buscando soluciones rápidas que se van al traste en unos meses. Porque al final, lo importante es dejarle a las próximas generaciones un legado positivo, herramientas que les permitan seguir construyendo un país mejor. Piensa en proyectos de energía renovable gestionados por las comunidades, o en plataformas digitales que promuevan la artesanía local. ¡Qué carga sería ver eso florecer!
Y ojo, porque la experta también nos puso el dedo encima sobre el tema de la brecha digital. Advierte que si seguimos cerrando puertas a los jóvenes, perdiendo oportunidades de aprendizaje y limitando su acceso a herramientas tecnológicas, nos vamos a arrepentir. Que los mae se queden atrás, que el conocimiento se estanque, y que las comunidades pierdan la capacidad de contar sus propias historias. ¡Uf, qué sal!
Así que ya saben, maes, después de escuchar a Mikaela Jade, me queda una pregunta que quiero compartir con ustedes: ¿Cómo podemos, como sociedad costarricense, asegurarnos de que la tecnología sirva para fortalecer nuestra identidad cultural en lugar de erosionarla? ¿Qué tipo de iniciativas podríamos impulsar desde nuestras comunidades para poner la cultura en el centro del proceso de innovación?