¡Ay, Dios mío, qué bronca! La familia de Yamil Calderón Contreras, un buenazo de Heredia, está pasando unos sustos terribles porque el mae desapareció el lunes pasado. El tipo, ingeniero informático de pura cepa, salió de trabajar en Heredia y nunca llegó a su casa allá por Cartago. Ahora, los allegados andan preocupadísimos buscando respuestas.
Según cuentan sus familiares, Yamil, que lleva 41 años – ya mero le llega la canasta – tiene una rutina bien marcada: todos los días hace ese viaje Heredia-Cartago por el brete del trabajo. Labora para una empresa privada, dicen, y siempre cumple con sus horarios. Pero esta vez, la rutina se rompió como si fuera cerámica barata, y eso encendió todas las luces rojas en casa. Ya no es ningún juego, la situación se puso seria rápido.
Ante la falta de señales, la familia no esperó ni un segundo y corrió directamente a la sede del OIJ en Cartago el mismo lunes en la noche. Hicieron la denuncia formalmente, explicando que la ausencia de Yamil es algo totalmente fuera de lugar. El mae es conocido por ser súper cercano a su familia, siempre al pie del cañón; por eso, esta situación les parece tan rara e inquietante. Que el pobre hombre esté donde esté, esperando ayuda.
Lo que complica aún más el asunto es que Yamil es cuñado de Don Luis Marín, el profe que dirigió el Saprissa y que ahora anda haciendo sus cosas en otros equipos. La figura pública de Don Luis ha ayudado a darle visibilidad al caso, y la gente está mucho más atenta a lo que pasa. Pero más allá de eso, la familia simplemente quiere saber dónde está Yamil y asegurarse de que esté bien, sin importar quién lo haya visto por última vez.
La comunidad cartaginesa entera está consternada por la desaparición. Se han movilizado por todos lados, creando grupos en redes sociales para difundir la información y pedir a quien tenga alguna pista que se comunique con las autoridades. ¡Se nota el espíritu solidario de los nuestros! Todos quieren ayudar a encontrarlo lo antes posible y aliviar la angustia de su familia. Es que esto de perder a alguien así, de pronto, te deja frío el corazón.
Las autoridades del OIJ están investigando todas las líneas posibles. Revisando cámaras de seguridad en la ruta, entrevistando a compañeros de trabajo y amigos, buscando cualquier indicio que pueda llevarlos hasta Yamil. El número 800-8000-645 está disponible para recibir información de manera confidencial. ¡No hay que quedarse callado, cada detalle cuenta! Este caso nos recuerda lo importante que es estar atentos a nuestro alrededor, especialmente en estos tiempos que corren.
Muchos se preguntan si podría tratarse de un problema personal, un asalto, o incluso algo peor. Pero hasta el momento, no hay pistas claras que apunten en ninguna dirección específica. Las autoridades están trabajando sin descanso para esclarecer los hechos y determinar qué sucedió realmente con el ingeniero. Esperemos que encuentren una respuesta pronto, porque la incertidumbre es lo más duro que puede pasarle a una familia. Esta vara está complicada, diay.
Ahora, me pregunto... ¿Ustedes creen que las redes sociales y la rápida difusión de información tienen un impacto positivo real en casos como este, o es solo ruido que distrae a las autoridades? ¿Creen que deberíamos enfocarnos más en denunciar anónimamente al OIJ o compartir información verídica en nuestras redes?
Según cuentan sus familiares, Yamil, que lleva 41 años – ya mero le llega la canasta – tiene una rutina bien marcada: todos los días hace ese viaje Heredia-Cartago por el brete del trabajo. Labora para una empresa privada, dicen, y siempre cumple con sus horarios. Pero esta vez, la rutina se rompió como si fuera cerámica barata, y eso encendió todas las luces rojas en casa. Ya no es ningún juego, la situación se puso seria rápido.
Ante la falta de señales, la familia no esperó ni un segundo y corrió directamente a la sede del OIJ en Cartago el mismo lunes en la noche. Hicieron la denuncia formalmente, explicando que la ausencia de Yamil es algo totalmente fuera de lugar. El mae es conocido por ser súper cercano a su familia, siempre al pie del cañón; por eso, esta situación les parece tan rara e inquietante. Que el pobre hombre esté donde esté, esperando ayuda.
Lo que complica aún más el asunto es que Yamil es cuñado de Don Luis Marín, el profe que dirigió el Saprissa y que ahora anda haciendo sus cosas en otros equipos. La figura pública de Don Luis ha ayudado a darle visibilidad al caso, y la gente está mucho más atenta a lo que pasa. Pero más allá de eso, la familia simplemente quiere saber dónde está Yamil y asegurarse de que esté bien, sin importar quién lo haya visto por última vez.
La comunidad cartaginesa entera está consternada por la desaparición. Se han movilizado por todos lados, creando grupos en redes sociales para difundir la información y pedir a quien tenga alguna pista que se comunique con las autoridades. ¡Se nota el espíritu solidario de los nuestros! Todos quieren ayudar a encontrarlo lo antes posible y aliviar la angustia de su familia. Es que esto de perder a alguien así, de pronto, te deja frío el corazón.
Las autoridades del OIJ están investigando todas las líneas posibles. Revisando cámaras de seguridad en la ruta, entrevistando a compañeros de trabajo y amigos, buscando cualquier indicio que pueda llevarlos hasta Yamil. El número 800-8000-645 está disponible para recibir información de manera confidencial. ¡No hay que quedarse callado, cada detalle cuenta! Este caso nos recuerda lo importante que es estar atentos a nuestro alrededor, especialmente en estos tiempos que corren.
Muchos se preguntan si podría tratarse de un problema personal, un asalto, o incluso algo peor. Pero hasta el momento, no hay pistas claras que apunten en ninguna dirección específica. Las autoridades están trabajando sin descanso para esclarecer los hechos y determinar qué sucedió realmente con el ingeniero. Esperemos que encuentren una respuesta pronto, porque la incertidumbre es lo más duro que puede pasarle a una familia. Esta vara está complicada, diay.
Ahora, me pregunto... ¿Ustedes creen que las redes sociales y la rápida difusión de información tienen un impacto positivo real en casos como este, o es solo ruido que distrae a las autoridades? ¿Creen que deberíamos enfocarnos más en denunciar anónimamente al OIJ o compartir información verídica en nuestras redes?