Honestamente le he venido siguiendo el hilo a la conversación y creo que muchos tienen una terrible confusión con dos términos que no son condescendientes... Nótese la importancia de conocer esto:
Una cosa es "fe", otra cosa es "religión". La religión es la fe aplicada, y por ende, la religión es meramente humana - se denota por región, cultura y tradición.
Por ejemplo, la fe a como se predica en algunas religiones occidentales, es tan contemporánea que jamás podría ser aceptada por el historicismo. Sin embargo allí los tenemos hablando de objetividades y debatiendo de la historia de la religión...
El problema de la religión es que se ha burocratizado tanto e institucionalizado tanto, que ha perdido la verdadera esencia por la que en algún momento sirvió a las distintas culturas, y es que dentro de su terquedad han perdido argumentos, y ahora se adaptan más a su institucionalidad que a las raíces de la fe - las cuales son claramente valores humanos - que la misma institucionalidad confronta.
Ahora bien para responder a la pregunta general de este tema, he visto que muchos utilizan la institucionalidad para rechazar la existencia de tal ser... Eso es caer en un error.
Ojo, soy una persona creyente. Sin embargo, soy totalmente crítico y analista de las religiones contemporáneas...
Comprendo que la religión burocratiza la espiritualidad, que es un concepto más amplio, la búsqueda de trascendencia del ser humano, de esa realidad ontológica inaccesible para los sentidos, y que se ha desarrollado más en sentido abstracto en Oriente.
No obstante, aquí discutimos religión, en el sentido más Occidental, es decir, la existencia de Dios (es) revelados, ya que por general todos por cultura cuando hablamos de Dios, nos lo enseñaron como una tradición ligada a las enseñanzas cristianas. Ofender los valores religiosos es ofender los valores cristianos, por eso que la discusión se polariza ateos-cristianos, dejando a todos los demás espirituales, agnósticos, budistas, casi que por fuera. De hecho, es una pésima práctica enseñar religión en la escuela con referencia al catolicismo, si enseñamos valores religiosos, debería ser religiones comparadas, así el estudiante tendría un panorama mucho más amplio para decidir, valorar y escoger sus creencias, en caso que así lo decida.
Ahora bien, desde un punto de vista materialista, estricto, habría que opinar igual que Cesar, ese tipo de fe o espiritualidad no religiosa también supone una creación humana, nacida del miedo a la muerte, o de otro tipo de supersticiones irracionales, que originadas en tiempos antiguos, que después evolucionan y se convierten en religión, y que nos llega hasta nuestro tiempo, por lo que también sería parte de una experiencia religiosa como tal o inmanente a esta, tal como dice Puente Ojea en el mito del alma:
Lo que debe dilucidarse sobre la cuestión del fenómeno religioso no es el concepto y la existencia de dioses –que no son más que imaginarios referentes secundarios y derivados de reelaboraciones del animismo prehistórico y la superstición dualista. Dicha cuestión se ventila en el ámbito de las actuales relaciones de la ciencia con la religión: es decir, la necesidad de saber si, además de la materia y sus productos, existen espíritus o factores inmateriales constitutivos de un plano animista superior al de la realidad natural. Este imaginario plano ontológico de lo sobrenatural subyace y a la vez interviene en la naturaleza, orientándola, alterándola o suspendiéndola conforme a los propósitos y proyectos de los entes que se manifiestan en el fenómeno religioso en sus diversas figuras. La religión garantiza ilusoriamente la creencia en la eternidad de la vida, y en la cancelación de la muerte. El espíritu instaura un universo inmaterial, celeste y eterno que equivale al paradigma o prototipo de los llamados fenómenos paranormales en la naturaleza de nuestras propias vidas materiales del mundo presente, imponiendo la certeza de la escisión dualista (materialismo-espiritualismo) en cuyo seno discurre nuestra existencia. Frente a esta superstición generadora de un mundo de carácter esquizoide, el materialismo unitario representa la concepción científica de la realidad. La actividad de la ciencia camina con paso acelerado y seguro hacia la radical supresión del sobrenaturalismo, tanto en la expresión evolutiva de sus formas sacrales como en la proliferación actual de sus formas secularistas. El ateísmo hay que definirlo hoy, en su generalidad, como la irreligiosidad.