¡Ay, Dios mío, pura bronca! Resulta que dormir poquito es peor que conducir como si estuvieras en una pachanga improvisada. Una psicóloga gringa, Nuria Roure, soltó la bomba: si te quedas despierto más de 20 horas, tu cabeza funciona igual que si hubieras tomado seis birritas. ¡Imagínate eso, pura niebla mental!
Y ojo, que esto viene en un momento en que todos andamos corriendo como chancletas sueltas, tratando de hacer mil cosas a la vez. Horarios de trabajo que parecen sacados de una película de terror, vicio de estar pegado al celu hasta la madrugada... el sueño se ha vuelto un lujo, ¿eh? Ya nadie le da la importancia que merece.
Esta Roure, que pa'lante anda escribiendo libros sobre el tema (uno se llama 'Por fin duermo', para esos que tienen problemas pa' caer rendidos), dice que el sueño debería tener el mismo protagonismo que comer sano o hacer ejercicio. "Dormir no es perder tiempo, mae, es recargar las pilas", recalcó. ¡Ni modo de andar apagao'!
Las estadísticas, que nunca mienten, dicen que la mayoría de los españoles duermen entre seis y seis horas y media. ¡Una pena! Porque los médicos nos recomiendan entre siete y ocho horas pa' estar tranquilos. Aquí en Costa Rica, los estudios del Ministerio de Salud y unas universidades privadas pintan la misma historia: más del 60% de nosotros no dormimos lo suficiente. Y eso, aparte de dejarnos como verduleros, le pega duro al corazón y a la mente.
No solo es cansancio e irritabilidad, chunches. La falta de sueño nos nubla la vista, nos hace reaccionar lento y nos borra la memoria. ¡Un peligro pa' trabajar o manejar! Imagínate chocarte porque estabas medio zzzz... ¡qué vara! Además, mientras dormimos, nuestro cerebro limpia toxinas y organiza recuerdos; si le interrumpes mucho, se pone a hacer trastadas y empezamos a tener problemas de encima.
A largo plazo, estas noches en vela te pueden traer dolores de cabeza peores que los de una resaca: presión alta, gordura acumulada, azúcar por las nubes, problemas con el corazón... y hasta te baja el sistema inmune, haciéndote blanco fácil pa' cualquier gripe o viral. ¡Mejor cuidarse, mi pana!
Pero ojo, que el problema empieza desde joven, ¡y rápido! Con los horarios escolares que obligan a madrugar y la obsesión de estar siempre conectados al celular, muchos jóvenes durmiendo dos o tres horas. La Roure advierte que los adolescentes necesitan al menos nueve horas pa' que les crezca bien el coco y no anden con la mirada perdida. ¡Criamos generaciones cansadas, diay!
Entonces, ¿cómo mejorar el sueño? Hay unos cuantos trucos: acuéstate y levántate a la misma hora, aunque sea el domingo; evita el café y las gaseosas por la tarde; relájate antes de dormir; y desconéctate de las pantallas. En pocas palabras, dale prioridad al descanso, porque al final, dormir bien es invertir en salud. Como decía la Roure: "Dormir no es un lujo, es una necesidad básica. ¡Quien duerme bien, vive mejor y se enferma menos!". Ahora dime, ¿cuánto duermes tú normalmente y sientes que te alcanza?
Y ojo, que esto viene en un momento en que todos andamos corriendo como chancletas sueltas, tratando de hacer mil cosas a la vez. Horarios de trabajo que parecen sacados de una película de terror, vicio de estar pegado al celu hasta la madrugada... el sueño se ha vuelto un lujo, ¿eh? Ya nadie le da la importancia que merece.
Esta Roure, que pa'lante anda escribiendo libros sobre el tema (uno se llama 'Por fin duermo', para esos que tienen problemas pa' caer rendidos), dice que el sueño debería tener el mismo protagonismo que comer sano o hacer ejercicio. "Dormir no es perder tiempo, mae, es recargar las pilas", recalcó. ¡Ni modo de andar apagao'!
Las estadísticas, que nunca mienten, dicen que la mayoría de los españoles duermen entre seis y seis horas y media. ¡Una pena! Porque los médicos nos recomiendan entre siete y ocho horas pa' estar tranquilos. Aquí en Costa Rica, los estudios del Ministerio de Salud y unas universidades privadas pintan la misma historia: más del 60% de nosotros no dormimos lo suficiente. Y eso, aparte de dejarnos como verduleros, le pega duro al corazón y a la mente.
No solo es cansancio e irritabilidad, chunches. La falta de sueño nos nubla la vista, nos hace reaccionar lento y nos borra la memoria. ¡Un peligro pa' trabajar o manejar! Imagínate chocarte porque estabas medio zzzz... ¡qué vara! Además, mientras dormimos, nuestro cerebro limpia toxinas y organiza recuerdos; si le interrumpes mucho, se pone a hacer trastadas y empezamos a tener problemas de encima.
A largo plazo, estas noches en vela te pueden traer dolores de cabeza peores que los de una resaca: presión alta, gordura acumulada, azúcar por las nubes, problemas con el corazón... y hasta te baja el sistema inmune, haciéndote blanco fácil pa' cualquier gripe o viral. ¡Mejor cuidarse, mi pana!
Pero ojo, que el problema empieza desde joven, ¡y rápido! Con los horarios escolares que obligan a madrugar y la obsesión de estar siempre conectados al celular, muchos jóvenes durmiendo dos o tres horas. La Roure advierte que los adolescentes necesitan al menos nueve horas pa' que les crezca bien el coco y no anden con la mirada perdida. ¡Criamos generaciones cansadas, diay!
Entonces, ¿cómo mejorar el sueño? Hay unos cuantos trucos: acuéstate y levántate a la misma hora, aunque sea el domingo; evita el café y las gaseosas por la tarde; relájate antes de dormir; y desconéctate de las pantallas. En pocas palabras, dale prioridad al descanso, porque al final, dormir bien es invertir en salud. Como decía la Roure: "Dormir no es un lujo, es una necesidad básica. ¡Quien duerme bien, vive mejor y se enferma menos!". Ahora dime, ¿cuánto duermes tú normalmente y sientes que te alcanza?