Maes, agárrense porque la novela del Banco de Costa Rica (BCR) y el famoso Parque Empresarial del Pacífico (PEP) tiene un nuevo capítulo, y parece que esta vara va para largo. Si creían que el tema ya estaba zanjado, pues no. El BCR acaba de sacar una nueva jugada para intentar no soltar los $70 millones que la Superintendencia (Sugeval) le ordenó pagar a los inversionistas que salieron bien salados con este negocio. Ahora el pleito se va para los tribunales. ¡Qué despiche!
Para los que andan un poco perdidos, les hago un resumen rápido del chisme: hace unos años, la administradora de fondos del BCR (la SAFI) se mandó y compró una propiedad en Puntarenas por la módica suma de $70 melones. La vara es que tiempo después salió el peine y se supo que el chunche en realidad valía menos de la mitad, unos $34.7 millones. O sea, la SAFI del BCR se jaló una torta de proporciones épicas, pagando un sobreprecio gigante a una sociedad ligada al exdiputado Humberto Vargas. El clásico negocio que deja a uno con cara de “¿diay?”.
Como era de esperarse, los reguladores no se quedaron de brazos cruzados. Tanto la Sugeval como el Conassif vieron el desastre y le dijeron al BCR: “papito, usted y su SAFI tienen que reponer esa plata a los inversionistas, porque el daño ya está hecho”. La orden fue clara: trasladen $70 millones al fondo para proteger a los afectados. El BCR primero apeló, hizo berrinche y se la jugaron en la vía administrativa, pero el Conassif le dio la razón a la Sugeval. Se les acabó el camino por ahí, como quien dice.
Y aquí es donde la cosa se pone “interesante”. Viéndose contra las cuerdas, el BCR ahora corre a los Tribunales de Justicia. Sacaron un comunicado de prensa con un lenguaje muy elegante para decir, básicamente, que no confían en la orden de los supervisores y que un juez tiene que decidir si es legal. Lo más carga, en el mal sentido, es su argumento principal: dicen que pagarle a los inversionistas sería “el traslado definitivo de $70 millones de fondos públicos a un patrimonio privado”. O sea, ahora resulta que están protegiendo la plata de todos los ticos. ¡Justo después de que su propia gente la usara para pagar un sobreprecio masivo!
Mientras este pleito legal arranca, la SAFI del BCR está convocando a los inversionistas a una asamblea extraordinaria para este 26 de setiembre. La ironía es que los están llamando para presentarles un “plan de regularización” que la misma Sugeval les ordenó mostrar desde octubre del año pasado. Después de meses de darle largas al asunto, ahora sí les urge hablar con la gente que metieron en este enredo. Uno se pregunta si van a llegar con soluciones reales o con más excusas. La situación para los que metieron su plata ahí es complicadísima, y esta nueva maniobra del banco solo le echa más leña al fuego.
En fin, maes, la pregunta del millón queda en el aire. ¿Ustedes qué creen? ¿Es una jugada legítima del BCR para proteger la plata de todos en un Estado de Derecho, o es la excusa perfecta para no admitir que se jalaron una torta monumental y no asumir la responsabilidad? Si ustedes fueran los inversionistas, ¿qué sentirían al ver que el banco que debía cuidar su plata ahora los lleva a una batalla legal larguísima? ¡Los leo en los comentarios!
Para los que andan un poco perdidos, les hago un resumen rápido del chisme: hace unos años, la administradora de fondos del BCR (la SAFI) se mandó y compró una propiedad en Puntarenas por la módica suma de $70 melones. La vara es que tiempo después salió el peine y se supo que el chunche en realidad valía menos de la mitad, unos $34.7 millones. O sea, la SAFI del BCR se jaló una torta de proporciones épicas, pagando un sobreprecio gigante a una sociedad ligada al exdiputado Humberto Vargas. El clásico negocio que deja a uno con cara de “¿diay?”.
Como era de esperarse, los reguladores no se quedaron de brazos cruzados. Tanto la Sugeval como el Conassif vieron el desastre y le dijeron al BCR: “papito, usted y su SAFI tienen que reponer esa plata a los inversionistas, porque el daño ya está hecho”. La orden fue clara: trasladen $70 millones al fondo para proteger a los afectados. El BCR primero apeló, hizo berrinche y se la jugaron en la vía administrativa, pero el Conassif le dio la razón a la Sugeval. Se les acabó el camino por ahí, como quien dice.
Y aquí es donde la cosa se pone “interesante”. Viéndose contra las cuerdas, el BCR ahora corre a los Tribunales de Justicia. Sacaron un comunicado de prensa con un lenguaje muy elegante para decir, básicamente, que no confían en la orden de los supervisores y que un juez tiene que decidir si es legal. Lo más carga, en el mal sentido, es su argumento principal: dicen que pagarle a los inversionistas sería “el traslado definitivo de $70 millones de fondos públicos a un patrimonio privado”. O sea, ahora resulta que están protegiendo la plata de todos los ticos. ¡Justo después de que su propia gente la usara para pagar un sobreprecio masivo!
Mientras este pleito legal arranca, la SAFI del BCR está convocando a los inversionistas a una asamblea extraordinaria para este 26 de setiembre. La ironía es que los están llamando para presentarles un “plan de regularización” que la misma Sugeval les ordenó mostrar desde octubre del año pasado. Después de meses de darle largas al asunto, ahora sí les urge hablar con la gente que metieron en este enredo. Uno se pregunta si van a llegar con soluciones reales o con más excusas. La situación para los que metieron su plata ahí es complicadísima, y esta nueva maniobra del banco solo le echa más leña al fuego.
En fin, maes, la pregunta del millón queda en el aire. ¿Ustedes qué creen? ¿Es una jugada legítima del BCR para proteger la plata de todos en un Estado de Derecho, o es la excusa perfecta para no admitir que se jalaron una torta monumental y no asumir la responsabilidad? Si ustedes fueran los inversionistas, ¿qué sentirían al ver que el banco que debía cuidar su plata ahora los lleva a una batalla legal larguísima? ¡Los leo en los comentarios!