¡Ay, Dios mío! ¿Se imaginan esto? Un baile de graduación que prometía ser la noche de sus vidas para 45 estudiantes de quinto año, terminando en un auténtico chinchorreo financiero. Resulta que unos veinte millones de colones –sí, así como lo leyeron– desaparecieron como humo, dejando a todos con cara de póquer y una sensación de amargura en el paladar.
La historia nos lleva hasta un reconocido colegio en Cartago, donde los padres de familia, con toda la ilusión del mundo, habían estado organizando el esperado baile desde hace meses. Rifas, ventas de comida, aportes… Todo con la meta de hacer de esa noche algo inolvidable para sus hijos. Pero, como suele pasar en la vida, apareció el bicho malo: un ingeniero de apellido Calderón, el responsable de manejar el dinerito, digamos, tuvo un percance… o quizás, algo peor.
Según fuentes cercanas al caso, la tranquilidad se rompió cuando llegó el momento de pagar a la empresa encargada de la producción del evento, “Full Party”. Ahí fue cuando encendieron todas las alarmas: ¡el dinero no estaba! Ni rastro de los veinte millones. Y para rematar, el propio ingeniero Calderón, padre de una de las estudiantes afectadas, decidió tomarse unas vacaciones inesperadas, ¡dejando a todos con la boca abierta!
Pero la novela no termina ahí. Tres días después de su “desaparición”, Calderón resurgió en el Hospital de Heredia. ¿Cómo terminó allá? Nadie lo sabe con certeza. Las autoridades guardan silencio, alimentando aún más las especulaciones. Algunos dicen que sufrió un ataque de nervios, otros que tal vez intentó fugarse con el dinero... ¡una verdadera telenovele!
“Nuestros hijos merecían esa noche”, lamenta Doña Marta, presidenta del comité de padres de familia, visiblemente afectada. “Trabajamos día y noche para hacer realidad ese sueño, y ahora todo parece haberse ido al traste. Es una decepción terrible, especialmente porque confiábamos plenamente en el señor Calderón.” La situación es tan grave que incluso la propia hija del ingeniero se encuentra entre los estudiantes afectados, sumándose al desazón general.
El centro educativo, buscando proteger su imagen, se ha distanciado rápidamente del asunto, afirmando que nunca tuvieron control sobre los fondos. La responsabilidad recae únicamente en el comité de padres y en el ahora tristemente célebre ingeniero Calderón. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ya está investigando el caso, recopilando pruebas y testimonios para determinar exactamente qué pasó con esos veinte millones.
Los padres de familia, armados de paciencia y determinación, están recolectando comprobantes de transferencias, mensajes de WhatsApp y cualquier documento que pueda ayudar a esclarecer el misterio. La esperanza es que el OIJ logre recuperar el dinero y, aunque sea, salvar el baile de graduación. Aunque, sinceramente, ¿cómo recuperarse de semejante golpe anímico?
Esta maraña de eventos deja muchas preguntas abiertas: ¿Fue un simple descuido, un accidente desafortunado, o estamos frente a una estafa premeditada? Con tantos interrogantes, ¿creen ustedes que se logrará resolver este embrollo a tiempo para que estos jóvenes puedan disfrutar de su noche soñada, o este escándalo quedará marcado como un capítulo triste en la historia del colegio cartaginés?
La historia nos lleva hasta un reconocido colegio en Cartago, donde los padres de familia, con toda la ilusión del mundo, habían estado organizando el esperado baile desde hace meses. Rifas, ventas de comida, aportes… Todo con la meta de hacer de esa noche algo inolvidable para sus hijos. Pero, como suele pasar en la vida, apareció el bicho malo: un ingeniero de apellido Calderón, el responsable de manejar el dinerito, digamos, tuvo un percance… o quizás, algo peor.
Según fuentes cercanas al caso, la tranquilidad se rompió cuando llegó el momento de pagar a la empresa encargada de la producción del evento, “Full Party”. Ahí fue cuando encendieron todas las alarmas: ¡el dinero no estaba! Ni rastro de los veinte millones. Y para rematar, el propio ingeniero Calderón, padre de una de las estudiantes afectadas, decidió tomarse unas vacaciones inesperadas, ¡dejando a todos con la boca abierta!
Pero la novela no termina ahí. Tres días después de su “desaparición”, Calderón resurgió en el Hospital de Heredia. ¿Cómo terminó allá? Nadie lo sabe con certeza. Las autoridades guardan silencio, alimentando aún más las especulaciones. Algunos dicen que sufrió un ataque de nervios, otros que tal vez intentó fugarse con el dinero... ¡una verdadera telenovele!
“Nuestros hijos merecían esa noche”, lamenta Doña Marta, presidenta del comité de padres de familia, visiblemente afectada. “Trabajamos día y noche para hacer realidad ese sueño, y ahora todo parece haberse ido al traste. Es una decepción terrible, especialmente porque confiábamos plenamente en el señor Calderón.” La situación es tan grave que incluso la propia hija del ingeniero se encuentra entre los estudiantes afectados, sumándose al desazón general.
El centro educativo, buscando proteger su imagen, se ha distanciado rápidamente del asunto, afirmando que nunca tuvieron control sobre los fondos. La responsabilidad recae únicamente en el comité de padres y en el ahora tristemente célebre ingeniero Calderón. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ya está investigando el caso, recopilando pruebas y testimonios para determinar exactamente qué pasó con esos veinte millones.
Los padres de familia, armados de paciencia y determinación, están recolectando comprobantes de transferencias, mensajes de WhatsApp y cualquier documento que pueda ayudar a esclarecer el misterio. La esperanza es que el OIJ logre recuperar el dinero y, aunque sea, salvar el baile de graduación. Aunque, sinceramente, ¿cómo recuperarse de semejante golpe anímico?
Esta maraña de eventos deja muchas preguntas abiertas: ¿Fue un simple descuido, un accidente desafortunado, o estamos frente a una estafa premeditada? Con tantos interrogantes, ¿creen ustedes que se logrará resolver este embrollo a tiempo para que estos jóvenes puedan disfrutar de su noche soñada, o este escándalo quedará marcado como un capítulo triste en la historia del colegio cartaginés?