Diay maes, a veces uno lee unas varas que tiene que sentarse a procesar. Uno aquí, haciendo maromas para que la quincena estire y el tanque del carro no llore tanto, y de pronto sale la noticia de un compa que creyó haber descubierto el agua tibia. El asunto es que un costarricense, de apellido Chavarría, aparentemente decidió que el brete de Recope era muy lento y se montó su propio sistema de distribución de combustible. La única torta, y vaya torta, es que su método era más ilegal que ponerle lizano a la pizza.
La historia es corta pero sustanciosa. Imaginen la escena: Boca San Carlos, en ese cordón fronterizo norte donde todo parece sacado de una película. Los maes de la Policía de Fronteras andaban en su patrullaje de rutina, en uno de esos operativos que uno piensa que nunca agarran a nadie, cuando de pronto ¡bingo! Interceptan un carrito de carga liviana que, a simple vista, no parecía la gran cosa. Pero como dice el dicho, el diablo está en los detalles. Al revisar el chunche, se toparon con la sorpresa: 10 pichingas plásticas hasta el full, conteniendo la módica suma de 240 litros de gasolina plus. ¡240 litros, maes! Eso no es para ir a pasear el fin de semana a la playa, seamos claros.
Ahí fue cuando al pobre Chavarría se le fue el plan al traste. De un momento a otro, pasó de ser un supuesto "emprendedor" a estar más enredado que un plato de espaguetis. Lo aprehendieron de una y lo pusieron a la orden de la Fiscalía de San Carlos. O sea, el viaje se le acabó ahí mismo y ahora tiene que darle explicaciones a un fiscal, que de fijo no le va a comprar el cuento de que era para rellenar el encendedor. El combustible, por su parte, fue decomisado y entregado a Recope, que son los que saben cómo manejar esa vara sin que todo vuele por los aires. ¡Qué sal! Justo cuando pensaba que la había hecho toda, lo pescaron con las manos en la masa, o mejor dicho, en las pichingas.
Pero más allá del mal rato del mae, que de por sí ya es bastante, esta vara destapa un problema que es un secreto a voces en las zonas fronterizas. Este tipo de transporte ilegal no es solo un chorizo para evadir impuestos; es un peligro andante. ¿Se imaginan un accidente con ese cargamento? Es una bomba de tiempo con ruedas. Las autoridades lo saben, y por eso recalcan que estos operativos preventivos son pan de cada día. Es un juego del gato y el ratón constante, donde unos buscan la forma de hacer plata fácil y otros intentan evitar que el despiche se haga más grande.
Al final, la noticia nos deja pensando. Chavarría se jaló una torta monumental y ahora enfrenta un proceso legal que, de seguro, le saldrá mucho más caro que los litros de gasolina que transportaba. Es el clásico ejemplo de que lo barato, o en este caso, lo ilegal, sale caro. Un recordatorio de que en este país, aunque a veces no lo parezca, hay reglas y los atajos casi nunca llevan a un buen lugar. La viveza criolla tiene un límite, y parece que la Policía de Fronteras se lo acaba de recordar a más de uno en la zona norte.
Ahora les tiro la bola a ustedes, maes. Más allá de la jugada que le salió mal a este señor, ¿qué creen que hay de fondo en este tipo de "negocios" en la frontera? ¿Es pura maña para hacer plata fácil, o hay factores de necesidad o desesperación que empujan a la gente a jugársela así? ¿Y son estas capturas suficientes para frenar el problema de raíz? ¡Los leo!
La historia es corta pero sustanciosa. Imaginen la escena: Boca San Carlos, en ese cordón fronterizo norte donde todo parece sacado de una película. Los maes de la Policía de Fronteras andaban en su patrullaje de rutina, en uno de esos operativos que uno piensa que nunca agarran a nadie, cuando de pronto ¡bingo! Interceptan un carrito de carga liviana que, a simple vista, no parecía la gran cosa. Pero como dice el dicho, el diablo está en los detalles. Al revisar el chunche, se toparon con la sorpresa: 10 pichingas plásticas hasta el full, conteniendo la módica suma de 240 litros de gasolina plus. ¡240 litros, maes! Eso no es para ir a pasear el fin de semana a la playa, seamos claros.
Ahí fue cuando al pobre Chavarría se le fue el plan al traste. De un momento a otro, pasó de ser un supuesto "emprendedor" a estar más enredado que un plato de espaguetis. Lo aprehendieron de una y lo pusieron a la orden de la Fiscalía de San Carlos. O sea, el viaje se le acabó ahí mismo y ahora tiene que darle explicaciones a un fiscal, que de fijo no le va a comprar el cuento de que era para rellenar el encendedor. El combustible, por su parte, fue decomisado y entregado a Recope, que son los que saben cómo manejar esa vara sin que todo vuele por los aires. ¡Qué sal! Justo cuando pensaba que la había hecho toda, lo pescaron con las manos en la masa, o mejor dicho, en las pichingas.
Pero más allá del mal rato del mae, que de por sí ya es bastante, esta vara destapa un problema que es un secreto a voces en las zonas fronterizas. Este tipo de transporte ilegal no es solo un chorizo para evadir impuestos; es un peligro andante. ¿Se imaginan un accidente con ese cargamento? Es una bomba de tiempo con ruedas. Las autoridades lo saben, y por eso recalcan que estos operativos preventivos son pan de cada día. Es un juego del gato y el ratón constante, donde unos buscan la forma de hacer plata fácil y otros intentan evitar que el despiche se haga más grande.
Al final, la noticia nos deja pensando. Chavarría se jaló una torta monumental y ahora enfrenta un proceso legal que, de seguro, le saldrá mucho más caro que los litros de gasolina que transportaba. Es el clásico ejemplo de que lo barato, o en este caso, lo ilegal, sale caro. Un recordatorio de que en este país, aunque a veces no lo parezca, hay reglas y los atajos casi nunca llevan a un buen lugar. La viveza criolla tiene un límite, y parece que la Policía de Fronteras se lo acaba de recordar a más de uno en la zona norte.
Ahora les tiro la bola a ustedes, maes. Más allá de la jugada que le salió mal a este señor, ¿qué creen que hay de fondo en este tipo de "negocios" en la frontera? ¿Es pura maña para hacer plata fácil, o hay factores de necesidad o desesperación que empujan a la gente a jugársela así? ¿Y son estas capturas suficientes para frenar el problema de raíz? ¡Los leo!
