¡Ay, Dios mío! Que semanita nos tocó, ¿verdad, compas? El tipo de cambio ha ido subiendo como espuma, dejando a muchos preocupados y preguntándose qué demonios está pasando. Parece que de repente se le fue el frenazo al dólar y ahora estamos pagando las consecuencias. Como bien sabemos, esto afecta desde el precio del pan hasta la importación de repuestos para nuestros carros, así que hay que entender qué onda.
Según expertos –y ya saben que yo no soy economista, pero me gusta enterarme–, el problema empezó porque hubo una demanda exagerada de dólares. Resulta que, entre lunes y miércoles, la gente quería comprar dólares a toda costa, y eso presionó el mercado. Ni hablar, ¡qué despiche!, si hasta el Banco Central tuvo que meterle mano vendiendo reservas para tratar de calmar la cosa, aunque parece que no alcanzó mucho.
Un señor llamado Norberto Zúñiga, que trabaja en una firma llamada Ecoanálisis (suenan sofisticados, ¿eh?), nos explica que la oferta de dólares en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex), donde se compran y venden divisas, se redujo significativamente. Imagínate, el lunes se movieron unos 19.5 millones de dólares, el martes apenas 11.8 millones, y luego, el miércoles, como si fuera magia, saltaron a 29.3 millones. ¡Una montaña rusa financiera!
Pero ojo, no es solo la falta de dólares lo que preocupa. Parece que casi todos los que estaban comprando eran empresas privadas, buscando asegurar sus operaciones. El Banco Central intentó intervenir, comprando algunos dólares el lunes, pero luego se quedó calladito, dejándole todo el peso a las empresas. Y ahí es donde empieza la jugada: si mucha empresa quiere comprar dólares y hay poca oferta, el precio obviamente sube. El Sector Público No Financiero (SPNF), que es como se llama a todas esas instituciones públicas que necesitan dólares, también andaban pidiendo prestado, demandando cerca de 48.6 millones de dólares en esos tres días.
Las cifras hablan por sí solas: el lunes, el tipo de cambio subió ¢1.65; el martes, ¢5.63; y el miércoles, ¢4.28. Eso suma un total de ¢11.56 en tan solo tres días. Y pa’ colmo, el economista dice que el Banco Central tuvo que sacar billetes de la reserva internacional para cubrir la demanda. Eso es como tener que vender la tele para pagar los servicios públicos, ¡qué vara! Se gastan las ahorros para tapar las fugas.
Ahora, ¿por qué tanta demanda de dólares? Bueno, ahí entramos en terreno resbaladizo. Algunos dicen que es incertidumbre económica global, otros apuntan a fluctuaciones en los mercados internacionales, y otros, más críticos, culpan a políticas internas que no favorecen la inversión en colones. Lo cierto es que, mientras haya más demanda que oferta, el tipo de cambio seguirá siendo una espina clavada en el bolsillo del tico promedio. Aunque los exportadores han pedido al Banco Central sensiblidad...¿será que escucharan?
La verdad, esta situación nos pone a pensar en cómo estamos expuestos a factores externos que escapan a nuestro control. Dependemos tanto de las importaciones que cualquier sobresalto en el mercado mundial se siente como un golpe en casa. Y no hablemos de la inflación, que ya anda rondando niveles que no habíamos visto en años. Esto nos obliga a buscar alternativas, diversificar nuestra economía y fortalecer la producción nacional. Pero bueno, eso ya es otro brete.
En fin, que este panorama nos deja con más preguntas que respuestas. ¿Es sostenible esta tendencia alcista del tipo de cambio? ¿Podrá el Banco Central encontrar una solución efectiva sin agotar aún más las reservas internacionales? ¿Y lo más importante, cómo podemos, los ciudadanos comunes, protegernos de los efectos de esta volatilidad económica? ¡Dime tú, qué piensas al respecto?! ¿Crees que deberíamos estar buscando otras monedas como refugio o simplemente esperar a que la cosa se calme? Comparte tu opinión en el foro, ¡me interesa saber qué opinas!
Según expertos –y ya saben que yo no soy economista, pero me gusta enterarme–, el problema empezó porque hubo una demanda exagerada de dólares. Resulta que, entre lunes y miércoles, la gente quería comprar dólares a toda costa, y eso presionó el mercado. Ni hablar, ¡qué despiche!, si hasta el Banco Central tuvo que meterle mano vendiendo reservas para tratar de calmar la cosa, aunque parece que no alcanzó mucho.
Un señor llamado Norberto Zúñiga, que trabaja en una firma llamada Ecoanálisis (suenan sofisticados, ¿eh?), nos explica que la oferta de dólares en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex), donde se compran y venden divisas, se redujo significativamente. Imagínate, el lunes se movieron unos 19.5 millones de dólares, el martes apenas 11.8 millones, y luego, el miércoles, como si fuera magia, saltaron a 29.3 millones. ¡Una montaña rusa financiera!
Pero ojo, no es solo la falta de dólares lo que preocupa. Parece que casi todos los que estaban comprando eran empresas privadas, buscando asegurar sus operaciones. El Banco Central intentó intervenir, comprando algunos dólares el lunes, pero luego se quedó calladito, dejándole todo el peso a las empresas. Y ahí es donde empieza la jugada: si mucha empresa quiere comprar dólares y hay poca oferta, el precio obviamente sube. El Sector Público No Financiero (SPNF), que es como se llama a todas esas instituciones públicas que necesitan dólares, también andaban pidiendo prestado, demandando cerca de 48.6 millones de dólares en esos tres días.
Las cifras hablan por sí solas: el lunes, el tipo de cambio subió ¢1.65; el martes, ¢5.63; y el miércoles, ¢4.28. Eso suma un total de ¢11.56 en tan solo tres días. Y pa’ colmo, el economista dice que el Banco Central tuvo que sacar billetes de la reserva internacional para cubrir la demanda. Eso es como tener que vender la tele para pagar los servicios públicos, ¡qué vara! Se gastan las ahorros para tapar las fugas.
Ahora, ¿por qué tanta demanda de dólares? Bueno, ahí entramos en terreno resbaladizo. Algunos dicen que es incertidumbre económica global, otros apuntan a fluctuaciones en los mercados internacionales, y otros, más críticos, culpan a políticas internas que no favorecen la inversión en colones. Lo cierto es que, mientras haya más demanda que oferta, el tipo de cambio seguirá siendo una espina clavada en el bolsillo del tico promedio. Aunque los exportadores han pedido al Banco Central sensiblidad...¿será que escucharan?
La verdad, esta situación nos pone a pensar en cómo estamos expuestos a factores externos que escapan a nuestro control. Dependemos tanto de las importaciones que cualquier sobresalto en el mercado mundial se siente como un golpe en casa. Y no hablemos de la inflación, que ya anda rondando niveles que no habíamos visto en años. Esto nos obliga a buscar alternativas, diversificar nuestra economía y fortalecer la producción nacional. Pero bueno, eso ya es otro brete.
En fin, que este panorama nos deja con más preguntas que respuestas. ¿Es sostenible esta tendencia alcista del tipo de cambio? ¿Podrá el Banco Central encontrar una solución efectiva sin agotar aún más las reservas internacionales? ¿Y lo más importante, cómo podemos, los ciudadanos comunes, protegernos de los efectos de esta volatilidad económica? ¡Dime tú, qué piensas al respecto?! ¿Crees que deberíamos estar buscando otras monedas como refugio o simplemente esperar a que la cosa se calme? Comparte tu opinión en el foro, ¡me interesa saber qué opinas!