A ver, mi gente, agárrense que esto se pone interesante. Con apenas dos meseecitos para las elecciones nacionales de 2026, el viejo amigo CIEP de la UCR soltó sus números más recientes sobre la intención de voto y… bueno, digamos que la cosa está más reñida que rifa en feria. Parece que todavía nadie ha logrado convencer a la mayoría de los votantes.
La candidata del Pueblo Soberano, Laura Fernández Delgado, aparece como la líder momentánea con un 30% de intención de voto. No es que sea un número que te haga saltar de la silla, ¿eh? Más bien, pinta pa’ que la carrera está larguísima y aún hay muchísimo por decidir. Lo que sí preocupa, y mucho, es que casi la mitad – ¡casi la mitad!, mi pana – de los votantes todavía se declaran indecisos. Eso es un 45% que puede torcer la papeleta de mil maneras.
Fernández, obviamente, no pierde tiempo y anda arengando a sus seguidores para que no bajen el pie. Insistió en que van a trabajar sin descanso para llevarse la victoria en primera vuelta, una jugada ambiciosa, pero que parece ser su estrategia. Además, quiere asegurarse una buena bancada de diputados en la Asamblea, pa’ poder meterle mano a esas reformas que dice tener en mente. Según ella, si logran eso, les tocará cambiarle la cara al país, empezarían por deshacerse de esas pensiones de lujo que tanta polémica han dado, darle una sacudida a la Marina de Limón, que está medio olvidada, y levantar finalmente esa Ciudad Gobierno que ya va quedando grande.
“¡No aflojemoos, mi gente!”, exclamó la candidata durante un reciente discurso. “Esto es como un partido de fútbol, hasta que el árbitro no pita, el juego no termina. Aquí seguimos jugando con fuerza, unidos y decididos.” Suelo decir, ¡qué más tico que comparar una elección con un partido de futbol!
Mientras tanto, Álvaro Ramos Chaves, el candidato libertario, anda buscando cómo recuperar terreno. Tiene un 8% de apoyo, pero un rechazo altísimo, un 30.9%, que le complica bastante las cosas. Está prometiendo que en las próximas semanas harían algunos “ejercicios estadísticos” para ver si pueden remontar y convertirse en la alternativa frente al oficialismo. Quiere juntar a todos los libertarios, y ampliar la red, invitando a otros grupos y movimientos sociales a sumarse a su causa, “abiertos a todo el mundo,” asegura.
Del lado del Frente Amplio, Ariel Robles Barrantes, con un modesto 5% de intención de voto, apuesta por una posible segunda ronda, donde espera que su popularidad crezca gracias a los votos indecisos. Robles insiste en que representan un movimiento diferente, que busca romper con viejos patrones políticos. “Creemos que podemos llegar a segunda ronda y queremos romper ese círculo vicioso en el que la gente está cansada del pasado y no sabe qué futuro elegir,” afirma. Un brete el que tienen estos señores.
Claudia Dobles, de la Coalición Agenda Ciudadana, aunque con un 4% de apoyo, se muestra optimista. Dice que su movimiento ha ido creciendo mes tras mes y que, además, ella es la candidata con menos rechazo, lo que significa que todavía tienen margen para crecer. Claramente, ven algunas oportunidades ahí afuera, y están dispuestas a aprovecharlas. Es un chunche que aun anda buscando su lugar en la contienda.
Juan Carlos Hidalgo, del PUSC, según la jefa de campaña Yolanda Fernández, es el candidato con el menor nivel de rechazo a nivel nacional. “Mientras tanto Juan Carlos sigue trabajando, porque los costarricenses se toman a Costa Rica en serio y saben que el país necesita liderazgo responsable, sin escándalos, sin sombras y sin rabo que le majen,”declaró Fernández. Y por supuesto, el comando de Feinzaig recalca que apenas tienen un 0,5% de rechazo, y aseguran que sus propuestas, como atacar al crimen organizado y bajar los impuestos, son las soluciones que el país necesita. Incluso, Fernando Zamora de Nueva Generación recordó la sorpresiva victoria de 2018, cuando un candidato que parecía estar rezagado terminó ganando la elección. Claudio Alpízar de Esperanza Nacional, por su parte, advierte que esta encuesta es solo una foto instantánea del momento actual, y que enero será crucial para despegar. Con casi 3,7 millones de costarricenses habilitados para votar, la expectativa es alta. Con tantas variables, ¿creen ustedes que los partidos deberían enfocarse más en atraer a los indecisos o en movilizar a sus bases para asegurar una posible segunda vuelta?
La candidata del Pueblo Soberano, Laura Fernández Delgado, aparece como la líder momentánea con un 30% de intención de voto. No es que sea un número que te haga saltar de la silla, ¿eh? Más bien, pinta pa’ que la carrera está larguísima y aún hay muchísimo por decidir. Lo que sí preocupa, y mucho, es que casi la mitad – ¡casi la mitad!, mi pana – de los votantes todavía se declaran indecisos. Eso es un 45% que puede torcer la papeleta de mil maneras.
Fernández, obviamente, no pierde tiempo y anda arengando a sus seguidores para que no bajen el pie. Insistió en que van a trabajar sin descanso para llevarse la victoria en primera vuelta, una jugada ambiciosa, pero que parece ser su estrategia. Además, quiere asegurarse una buena bancada de diputados en la Asamblea, pa’ poder meterle mano a esas reformas que dice tener en mente. Según ella, si logran eso, les tocará cambiarle la cara al país, empezarían por deshacerse de esas pensiones de lujo que tanta polémica han dado, darle una sacudida a la Marina de Limón, que está medio olvidada, y levantar finalmente esa Ciudad Gobierno que ya va quedando grande.
“¡No aflojemoos, mi gente!”, exclamó la candidata durante un reciente discurso. “Esto es como un partido de fútbol, hasta que el árbitro no pita, el juego no termina. Aquí seguimos jugando con fuerza, unidos y decididos.” Suelo decir, ¡qué más tico que comparar una elección con un partido de futbol!
Mientras tanto, Álvaro Ramos Chaves, el candidato libertario, anda buscando cómo recuperar terreno. Tiene un 8% de apoyo, pero un rechazo altísimo, un 30.9%, que le complica bastante las cosas. Está prometiendo que en las próximas semanas harían algunos “ejercicios estadísticos” para ver si pueden remontar y convertirse en la alternativa frente al oficialismo. Quiere juntar a todos los libertarios, y ampliar la red, invitando a otros grupos y movimientos sociales a sumarse a su causa, “abiertos a todo el mundo,” asegura.
Del lado del Frente Amplio, Ariel Robles Barrantes, con un modesto 5% de intención de voto, apuesta por una posible segunda ronda, donde espera que su popularidad crezca gracias a los votos indecisos. Robles insiste en que representan un movimiento diferente, que busca romper con viejos patrones políticos. “Creemos que podemos llegar a segunda ronda y queremos romper ese círculo vicioso en el que la gente está cansada del pasado y no sabe qué futuro elegir,” afirma. Un brete el que tienen estos señores.
Claudia Dobles, de la Coalición Agenda Ciudadana, aunque con un 4% de apoyo, se muestra optimista. Dice que su movimiento ha ido creciendo mes tras mes y que, además, ella es la candidata con menos rechazo, lo que significa que todavía tienen margen para crecer. Claramente, ven algunas oportunidades ahí afuera, y están dispuestas a aprovecharlas. Es un chunche que aun anda buscando su lugar en la contienda.
Juan Carlos Hidalgo, del PUSC, según la jefa de campaña Yolanda Fernández, es el candidato con el menor nivel de rechazo a nivel nacional. “Mientras tanto Juan Carlos sigue trabajando, porque los costarricenses se toman a Costa Rica en serio y saben que el país necesita liderazgo responsable, sin escándalos, sin sombras y sin rabo que le majen,”declaró Fernández. Y por supuesto, el comando de Feinzaig recalca que apenas tienen un 0,5% de rechazo, y aseguran que sus propuestas, como atacar al crimen organizado y bajar los impuestos, son las soluciones que el país necesita. Incluso, Fernando Zamora de Nueva Generación recordó la sorpresiva victoria de 2018, cuando un candidato que parecía estar rezagado terminó ganando la elección. Claudio Alpízar de Esperanza Nacional, por su parte, advierte que esta encuesta es solo una foto instantánea del momento actual, y que enero será crucial para despegar. Con casi 3,7 millones de costarricenses habilitados para votar, la expectativa es alta. Con tantas variables, ¿creen ustedes que los partidos deberían enfocarse más en atraer a los indecisos o en movilizar a sus bases para asegurar una posible segunda vuelta?