¡Aguafiestas! No hubo sorpresas este domingo en Puerto Viejo de Limón durante la esperada edición número 15 del Triatlón Ticoman. Ernesto Espinoza y Mariana Vargas se coronaron campeones en sus respectivas categorías, demostrando que, a pesar del brete que representa este tipo de pruebas, tienen el temple para llevarse la vara más alta.
Ticoman, un clásico del calendario deportivo nacional, congregó a decenas de atletas de todas partes del país y algunos visitantes extranjeros ansiosos por poner a prueba sus habilidades en un circuito exigente. Como siempre, el evento transcurrió entre palmadas, sudor y la adrenalina que caracteriza a estas competencias multidisciplinarias. Desde temprano, la brisa marina prometía un día desafiante, especialmente para la fracción acuática.
Espinoza, quien venía preparándose arduamente para este compromiso, dominó la categoría Half desde el principio. Fabián Matamoros y Mauricio Araya intentaron seguirle el ritmo, pero al final se tuvieron que conformar con los puestos de segundo y tercero, respectivamente. La competencia fue sana y reñida, con los tres mostrando un gran nivel físico y técnico. De verdad, ¡qué nivel!”, exclamó un espectador desde la línea de meta.
En la rama femenina, Mariana Vargas también demostró su superioridad, dejando atrás a Ana María y Tamara González. Su estrategia fue clara desde el inicio: mantener un ritmo constante y aprovechar su fortaleza en la bicicleta. Las hermanas González lucharon hasta el final, pero la experiencia y preparación de Vargas fueron determinantes. Se pudo ver que Vargas estaba bien afinada y lista para llevarse el premio gordo.
El recorrido, como ya es costumbre, puso a prueba la resistencia y versatilidad de los triatletas. 1,9 kilómetros de natación en aguas abiertas, seguidos de 90 kilómetros de ciclismo por carreteras costeras y finalmente, 21 kilómetros de carrera pedestre a través de senderos arenosos. ¡Un verdadero caldero! Pero eso es precisamente lo que atrae a los atletas a este evento anual. Además, la modalidad Sprintico, con distancias más cortas pero igual de demandantes, tuvo como ganadores a Carlos Roberto González y María José Navarro, quienes también mostraron una excelente actuación.
Uno de los aspectos más destacados de esta edición fue, sin duda, el impresionante 35% de participación femenina. Una cifra que demuestra el creciente interés de las mujeres por este deporte y la importancia de promover la igualdad de género en el ámbito deportivo. También vale la pena destacar la valentía de los competidores no videntes, quienes, acompañados de guías, lograron completar el recorrido con éxito. Un gesto que reafirma el espíritu inclusivo de Ticoman, tal y como lo comentó Vivi Chavarría, integrante del comité organizador.
“Estamos superorgullosos de tener un 35% de participación femenina y la presencia de deportistas que, a pesar de las adversidades, nos demuestran que con esfuerzo y determinación se pueden lograr cosas increíbles”, declaró Chavarría, visiblemente emocionada. Y es que, vaya que sí lo son. Eventos como estos son un ejemplo de cómo el deporte puede unir a personas de diferentes edades, capacidades y orígenes, creando un ambiente de camaradería y respeto mutuo. Ese es el verdadero espíritu de Ticoman, ¡una verdadera joya!
Con otro Triatlón Ticoman exitosamente concluido, queda claro que este evento seguirá siendo un referente en el mundo del triathlon costarricense. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que debemos seguir impulsando aún más la participación femenina en deportes de alto rendimiento, o estamos haciendo lo suficiente para garantizar la igualdad de oportunidades? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
Ticoman, un clásico del calendario deportivo nacional, congregó a decenas de atletas de todas partes del país y algunos visitantes extranjeros ansiosos por poner a prueba sus habilidades en un circuito exigente. Como siempre, el evento transcurrió entre palmadas, sudor y la adrenalina que caracteriza a estas competencias multidisciplinarias. Desde temprano, la brisa marina prometía un día desafiante, especialmente para la fracción acuática.
Espinoza, quien venía preparándose arduamente para este compromiso, dominó la categoría Half desde el principio. Fabián Matamoros y Mauricio Araya intentaron seguirle el ritmo, pero al final se tuvieron que conformar con los puestos de segundo y tercero, respectivamente. La competencia fue sana y reñida, con los tres mostrando un gran nivel físico y técnico. De verdad, ¡qué nivel!”, exclamó un espectador desde la línea de meta.
En la rama femenina, Mariana Vargas también demostró su superioridad, dejando atrás a Ana María y Tamara González. Su estrategia fue clara desde el inicio: mantener un ritmo constante y aprovechar su fortaleza en la bicicleta. Las hermanas González lucharon hasta el final, pero la experiencia y preparación de Vargas fueron determinantes. Se pudo ver que Vargas estaba bien afinada y lista para llevarse el premio gordo.
El recorrido, como ya es costumbre, puso a prueba la resistencia y versatilidad de los triatletas. 1,9 kilómetros de natación en aguas abiertas, seguidos de 90 kilómetros de ciclismo por carreteras costeras y finalmente, 21 kilómetros de carrera pedestre a través de senderos arenosos. ¡Un verdadero caldero! Pero eso es precisamente lo que atrae a los atletas a este evento anual. Además, la modalidad Sprintico, con distancias más cortas pero igual de demandantes, tuvo como ganadores a Carlos Roberto González y María José Navarro, quienes también mostraron una excelente actuación.
Uno de los aspectos más destacados de esta edición fue, sin duda, el impresionante 35% de participación femenina. Una cifra que demuestra el creciente interés de las mujeres por este deporte y la importancia de promover la igualdad de género en el ámbito deportivo. También vale la pena destacar la valentía de los competidores no videntes, quienes, acompañados de guías, lograron completar el recorrido con éxito. Un gesto que reafirma el espíritu inclusivo de Ticoman, tal y como lo comentó Vivi Chavarría, integrante del comité organizador.
“Estamos superorgullosos de tener un 35% de participación femenina y la presencia de deportistas que, a pesar de las adversidades, nos demuestran que con esfuerzo y determinación se pueden lograr cosas increíbles”, declaró Chavarría, visiblemente emocionada. Y es que, vaya que sí lo son. Eventos como estos son un ejemplo de cómo el deporte puede unir a personas de diferentes edades, capacidades y orígenes, creando un ambiente de camaradería y respeto mutuo. Ese es el verdadero espíritu de Ticoman, ¡una verdadera joya!
Con otro Triatlón Ticoman exitosamente concluido, queda claro que este evento seguirá siendo un referente en el mundo del triathlon costarricense. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que debemos seguir impulsando aún más la participación femenina en deportes de alto rendimiento, o estamos haciendo lo suficiente para garantizar la igualdad de oportunidades? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
