¡Ay, Dios mío, qué bronca! Resulta que la jefa de la fracción oficialista, Pilar Cisneros, salió a echarle toda la culpa al Congreso por el alza de las tasas de interés. Según ella, es porque no aprobaron los eurobonos, y ahora el Gobierno tuvo que ir a pedir dinero prestado a precios más altos. Esto significa que todos vamos a sentirlo en nuestros bolsillos, diay.
Y ni hablar del Ministro de Hacienda, Rudolf Lücke Bolaños, quien salió en video a decirnos que necesitamos más de un billón de colones urgentemente para pagar unas deudas que se acercan. Dice que, como el Congreso no aprobó los eurobonos, no les quedó otra opción que recurrir al mercado local, que es donde nos cobran más intereses. Claramente, estamos pagando el precio de unos debates legislativos interminables, pura chiqueta entre políticos.
Cisneros, en medio de un plenario bastante tenso, hasta se dio el lujo de ofrecer disculpas públicas. Dijo que le pedía perdón a todos los costarricenses por los aumentos que van a venir en las cuotas de los préstamos. Imagínate, dice, algunos créditos podrían subir ¡hasta en 50,000 colones al mes! Eso sí que duele, chunche, especialmente para aquellos que andan ajustando el cinturón ya de por sí.
Pero, ¿qué pasó realmente? Pues resulta que Costa Rica tiene una deuda pública gigante, más de 54,000 millones de dólares. Cada año tenemos que pedir prestado casi el 38% de nuestro presupuesto porque simplemente no nos alcanza la plata. Los eurobonos eran una oportunidad para conseguir financiamiento más barato y a largo plazo, aprovechando que habíamos mejorado nuestra calificación de riesgo. Pero, como siempre, el Congreso hizo su agosto y ahí estamos, apurados.
Para ponerle pausa, Cisneros sacó a relucir el caso de República Dominicana, que recién colocó bonos internacionales al 5.8% a 10 años. Nosotros, en cambio, vamos a tener que engordarle los bolsillos a los bancos e inversionistas locales con tasas mucho más altas. Quién lo diría, pareciera que vivimos en otro planeta, o al menos en otra liga financiera. Ese sobrecosto, según cálculos, podría llegar a los 100 mil millones de colones, ¡una verdadera torta!
Ahora, el Gobierno está preparando un nuevo proyecto de ley de eurobonos y Cisneros está apelando a la “voluntad” de los diputados. ¡Voluntad, mándale pues! Parece mentira que tengan que rogarle a sus propios compañeros para evitar que la gente sufra las consecuencias de sus decisiones. Esperemos que esta vez tengan un poquito más de sensibilidad social, aunque conociéndolos… bueno, ya saben cómo es la cosa.
Es importante recordar que esta situación impactará directamente en las familias, en las pequeñas y medianas empresas – que ya andan batallando para sobrevivir – y en cualquier persona que tenga un préstamo. Más que nunca, necesitamos estabilidad económica y políticas responsables. No podemos seguir jugando así con el futuro del país. Que alguien le explique a estos señores que la economía no es un juego de niños. Estamos hablando de la vida de muchísima gente, maes.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Realmente creen que el Congreso aprueba el nuevo proyecto de ley de eurobonos, o estamos condenados a seguir viendo cómo nuestras economías se van al traste por decisiones politiqueras? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensa el pueblo!
Y ni hablar del Ministro de Hacienda, Rudolf Lücke Bolaños, quien salió en video a decirnos que necesitamos más de un billón de colones urgentemente para pagar unas deudas que se acercan. Dice que, como el Congreso no aprobó los eurobonos, no les quedó otra opción que recurrir al mercado local, que es donde nos cobran más intereses. Claramente, estamos pagando el precio de unos debates legislativos interminables, pura chiqueta entre políticos.
Cisneros, en medio de un plenario bastante tenso, hasta se dio el lujo de ofrecer disculpas públicas. Dijo que le pedía perdón a todos los costarricenses por los aumentos que van a venir en las cuotas de los préstamos. Imagínate, dice, algunos créditos podrían subir ¡hasta en 50,000 colones al mes! Eso sí que duele, chunche, especialmente para aquellos que andan ajustando el cinturón ya de por sí.
Pero, ¿qué pasó realmente? Pues resulta que Costa Rica tiene una deuda pública gigante, más de 54,000 millones de dólares. Cada año tenemos que pedir prestado casi el 38% de nuestro presupuesto porque simplemente no nos alcanza la plata. Los eurobonos eran una oportunidad para conseguir financiamiento más barato y a largo plazo, aprovechando que habíamos mejorado nuestra calificación de riesgo. Pero, como siempre, el Congreso hizo su agosto y ahí estamos, apurados.
Para ponerle pausa, Cisneros sacó a relucir el caso de República Dominicana, que recién colocó bonos internacionales al 5.8% a 10 años. Nosotros, en cambio, vamos a tener que engordarle los bolsillos a los bancos e inversionistas locales con tasas mucho más altas. Quién lo diría, pareciera que vivimos en otro planeta, o al menos en otra liga financiera. Ese sobrecosto, según cálculos, podría llegar a los 100 mil millones de colones, ¡una verdadera torta!
Ahora, el Gobierno está preparando un nuevo proyecto de ley de eurobonos y Cisneros está apelando a la “voluntad” de los diputados. ¡Voluntad, mándale pues! Parece mentira que tengan que rogarle a sus propios compañeros para evitar que la gente sufra las consecuencias de sus decisiones. Esperemos que esta vez tengan un poquito más de sensibilidad social, aunque conociéndolos… bueno, ya saben cómo es la cosa.
Es importante recordar que esta situación impactará directamente en las familias, en las pequeñas y medianas empresas – que ya andan batallando para sobrevivir – y en cualquier persona que tenga un préstamo. Más que nunca, necesitamos estabilidad económica y políticas responsables. No podemos seguir jugando así con el futuro del país. Que alguien le explique a estos señores que la economía no es un juego de niños. Estamos hablando de la vida de muchísima gente, maes.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Realmente creen que el Congreso aprueba el nuevo proyecto de ley de eurobonos, o estamos condenados a seguir viendo cómo nuestras economías se van al traste por decisiones politiqueras? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensa el pueblo!
