¡Aguante ahí, maestros! La cosa está que arde en el MEP porque se avecina una evaluación que puede cambiarle la vida a más de dos mil interinos. Hablamos de docentes, directores y orientadores que llevan tiempo sudando la gota gorda esperando poder agarrarle la propiedad a su plaza, y ahora, ¡zas!, les toca ponerse a prueba. Parece sacado de novela, ¿verdad?
La movida es así: gracias al Transitorio IX de la Ley Marco de Empleo Público (LMEP), estos compañeros tienen la oportunidad de dejar atrás la precariedad y convertirse en funcionarios de planta. Pero ojo, no es regalado. El 6 de noviembre, en más de cuarenta escuelas del país, tendrán que demostrar que saben lo que hacen y que merecen esa plaza que tanto anhelan. Imagínate la tensión, ¡una verdadera torta!
Y ni hablar de qué está en juego. De los más de diez mil funcionarios incluidos en el transitorio, solo los que saquen la cara adelante en esta prueba podrán decir adiós a la planilla interina. Los demás, ay cómpano… tendrán que echar otro brete en el concurso general de 2026. Uno se pregunta si esto no va a generar más estrés de lo que ya tenemos acumulado con la pandemia y todo el rollo.
La reforma al Estatuto de Servicio Civil del 2020 cambió las reglas del juego. Antes, con tener los papeles en regla bastaba para entrar al sistema; ahora, hay que demostrar que sabes enseñar. Esto, dicen, es para profesionalizar el sistema educativo, pero muchos se preguntan si realmente mide la calidad del maestro o solo sus habilidades en tomar exámenes. Ya sabemos cómo andamos con las pruebas estandarizadas…
Para poder meterse en la contienda, los interesados tienen que cumplir ciertas condiciones: haber estado pegados a la misma plaza interina por al menos dos años desde marzo del 2023, tener todos los requisitos académicos y legales en orden, estar registrados en la DGSC y, crucialmente, no tener ninguna bronca con su jefe directo. El MEP ya publicó varias listas con los nombres de los elegibles, así que ya saben, si no están en la lista, ¡mejor revisen bien sus papeles!
Pero, ¿qué van a evaluar exactamente? No es solo saber la materia, no, señores. Van a poner a prueba cuatro dimensiones: primero, el ‘Saber’, es decir, el dominio del conocimiento pedagógico y disciplinar; luego, el ‘Hacer’, que es aplicar estrategias creativas para que los estudiantes aprendan; después, el ‘Ser’, donde entra en juego la ética y el compromiso profesional; y por último, el ‘Convivir’, que implica crear espacios seguros y llenos de empatía en las escuelas. Parece que quieren formar maestros integrales, con cabeza, corazón y manos, ¿eh?
Colypro, el gremio de licenciados, le dio su espaldazo al proceso, diciendo que la estabilidad laboral es un derecho largamente esperado. Su presidente, César Toruño, expresó que este paso cierra un ciclo de incertidumbre para miles de educadores. Y además, van a ofrecer capacitaciones pa' que los maestros vayan preparados. ¡Eso sí que es trabajar a cajón!”, aunque algunos murmuran que esas capacitaciones son solo para sacarles más plata a los docentes.
Y eso no es todo, ¡aprieten los cinturones! Porque el 2026 traerá un concurso general aún más grande, con más de 70.000 aspirantes, incluyendo personal nuevo y gente que ya lleva tiempo dando vueltas. Este proceso, como dicen por ahí, es un esfuerzo histórico para modernizar la educación en Costa Rica, buscando que los que están frente a las aulas sean los mejores y más capacitados. Con todo esto, me pregunto, ¿cree usted que esta evaluación realmente reflejará la valía de nuestros maestros, o simplemente premiará a los mejores en hacer exámenes?
La movida es así: gracias al Transitorio IX de la Ley Marco de Empleo Público (LMEP), estos compañeros tienen la oportunidad de dejar atrás la precariedad y convertirse en funcionarios de planta. Pero ojo, no es regalado. El 6 de noviembre, en más de cuarenta escuelas del país, tendrán que demostrar que saben lo que hacen y que merecen esa plaza que tanto anhelan. Imagínate la tensión, ¡una verdadera torta!
Y ni hablar de qué está en juego. De los más de diez mil funcionarios incluidos en el transitorio, solo los que saquen la cara adelante en esta prueba podrán decir adiós a la planilla interina. Los demás, ay cómpano… tendrán que echar otro brete en el concurso general de 2026. Uno se pregunta si esto no va a generar más estrés de lo que ya tenemos acumulado con la pandemia y todo el rollo.
La reforma al Estatuto de Servicio Civil del 2020 cambió las reglas del juego. Antes, con tener los papeles en regla bastaba para entrar al sistema; ahora, hay que demostrar que sabes enseñar. Esto, dicen, es para profesionalizar el sistema educativo, pero muchos se preguntan si realmente mide la calidad del maestro o solo sus habilidades en tomar exámenes. Ya sabemos cómo andamos con las pruebas estandarizadas…
Para poder meterse en la contienda, los interesados tienen que cumplir ciertas condiciones: haber estado pegados a la misma plaza interina por al menos dos años desde marzo del 2023, tener todos los requisitos académicos y legales en orden, estar registrados en la DGSC y, crucialmente, no tener ninguna bronca con su jefe directo. El MEP ya publicó varias listas con los nombres de los elegibles, así que ya saben, si no están en la lista, ¡mejor revisen bien sus papeles!
Pero, ¿qué van a evaluar exactamente? No es solo saber la materia, no, señores. Van a poner a prueba cuatro dimensiones: primero, el ‘Saber’, es decir, el dominio del conocimiento pedagógico y disciplinar; luego, el ‘Hacer’, que es aplicar estrategias creativas para que los estudiantes aprendan; después, el ‘Ser’, donde entra en juego la ética y el compromiso profesional; y por último, el ‘Convivir’, que implica crear espacios seguros y llenos de empatía en las escuelas. Parece que quieren formar maestros integrales, con cabeza, corazón y manos, ¿eh?
Colypro, el gremio de licenciados, le dio su espaldazo al proceso, diciendo que la estabilidad laboral es un derecho largamente esperado. Su presidente, César Toruño, expresó que este paso cierra un ciclo de incertidumbre para miles de educadores. Y además, van a ofrecer capacitaciones pa' que los maestros vayan preparados. ¡Eso sí que es trabajar a cajón!”, aunque algunos murmuran que esas capacitaciones son solo para sacarles más plata a los docentes.
Y eso no es todo, ¡aprieten los cinturones! Porque el 2026 traerá un concurso general aún más grande, con más de 70.000 aspirantes, incluyendo personal nuevo y gente que ya lleva tiempo dando vueltas. Este proceso, como dicen por ahí, es un esfuerzo histórico para modernizar la educación en Costa Rica, buscando que los que están frente a las aulas sean los mejores y más capacitados. Con todo esto, me pregunto, ¿cree usted que esta evaluación realmente reflejará la valía de nuestros maestros, o simplemente premiará a los mejores en hacer exámenes?
