¡Ay, Dios mío! ¿Se imaginan qué bronca? El caso del ex tesorero Ricardo Olivas, el del Banco Nacional y los sobres con lana, va directo a juicio. Después de tanto rollo, el Juzgado finalmente le dio luz verde a la Fiscalía para sacarle los trapos al asunto. Un verdadero chamaco listísimo en mamparra, tratando de meterle las manos donde no debía.
Resulta que este tipo, mientras estaba chambeando como tesorero en el Centro Interno de Procesamiento de Efectivo (CIPE) del BNCR, se organizó un maje plan pa' irse de viaje con unos buenos colchones. Se trata de más de tres mil doscientos millones de colones, ¡una verdadera torta! Según la Fiscalía, entre 2021 y 2023, Olivas andaba sacando fajos de billetes en sobres de manila, como si estuviera comprando pan en la pulpería.
Lo más curioso es cómo lo hacía. Parece ser que entraba al CIPE con los maderos, los guardaba en esos sobres amarillos y salía campante, como si nada. Ni quien lo cuidara, ni quien le pusiera freno. Una falla de seguridad tremenda, ¿eh? Imaginen la cantidad de gente que tuvo que tapar los ojos para que esto pasara, eso sí da pena ajena.
Y no solo anda solito en esta vaina, pues. Hay otros siete tipos bajo la lupa: Ugalde Morales, Blanco Oviedo, Cerdas Méndez, Hernández Saborío, Madrigal Faerrón, Ramírez Sandí y Bolaños Zúñiga. Parece que armaron toda una operación, con alguien revisando los libros para que no se dieran cuenta. Qué nivel de maña, dicen... aunque ahora les cayó el coco.
La Fiscalía, como bien saben, ya le pidió al Juzgado que le estire la prisión preventiva por cuatro meses más. Esto quiere decir que el buenazo seguirá tras las rejas mientras se desarrolla el juicio. Así que, básicamente, se quedó varado ahí, esperando a ver qué pasa. Y vaya que tiene que haber pasado mucho miedo en sus zapatos, chunches.
Lo interesante es que todo empezó con rumores, con cosas que se comentaban en voz baja sobre 'desorden' y 'manejos turbios' en el CIPE. Al final, esas alertas confidenciales llevaron a la Dirección de Control del BNCR a empezar a investigar. Primero hicieron charlas con los trabajadores, luego realizaron un arqueo físico… ¡y bam!, encontraron la falta de plata. Demasiado tarde, claro, pero bueno, al menos lograron desenmascararlo.
Además, parece que nuestro protagonista tenía la costumbre de apostar a la lotería, específicamente a Chances y Tres Monazos. Jugaba alrededor de 60 millones de colones al mes e iba ganando premios con frecuencia. Así, aparentemente, lograba “lavar” el dinero mal habido y distribuirlo entre sus cómplices. ¡Qué viva la suerte, digo yo! Aunque aquí la suerte no duró mucho, porque al final se llevó una chincha tormenta encima. Este caso nos demuestra que, aunque te creas el más listo del mundo, siempre hay alguien vigilando.
Ahora la gran pregunta queda abierta: ¿Cómo es posible que una institución tan grande como el Banco Nacional tenga fallas de seguridad tan evidentes que permitan semejantes desfalcos? ¿Estamos ante casos aislados o hay más peces gordos por atrapar en el sistema financiero nacional? ¡Den su opinión en el foro!
Resulta que este tipo, mientras estaba chambeando como tesorero en el Centro Interno de Procesamiento de Efectivo (CIPE) del BNCR, se organizó un maje plan pa' irse de viaje con unos buenos colchones. Se trata de más de tres mil doscientos millones de colones, ¡una verdadera torta! Según la Fiscalía, entre 2021 y 2023, Olivas andaba sacando fajos de billetes en sobres de manila, como si estuviera comprando pan en la pulpería.
Lo más curioso es cómo lo hacía. Parece ser que entraba al CIPE con los maderos, los guardaba en esos sobres amarillos y salía campante, como si nada. Ni quien lo cuidara, ni quien le pusiera freno. Una falla de seguridad tremenda, ¿eh? Imaginen la cantidad de gente que tuvo que tapar los ojos para que esto pasara, eso sí da pena ajena.
Y no solo anda solito en esta vaina, pues. Hay otros siete tipos bajo la lupa: Ugalde Morales, Blanco Oviedo, Cerdas Méndez, Hernández Saborío, Madrigal Faerrón, Ramírez Sandí y Bolaños Zúñiga. Parece que armaron toda una operación, con alguien revisando los libros para que no se dieran cuenta. Qué nivel de maña, dicen... aunque ahora les cayó el coco.
La Fiscalía, como bien saben, ya le pidió al Juzgado que le estire la prisión preventiva por cuatro meses más. Esto quiere decir que el buenazo seguirá tras las rejas mientras se desarrolla el juicio. Así que, básicamente, se quedó varado ahí, esperando a ver qué pasa. Y vaya que tiene que haber pasado mucho miedo en sus zapatos, chunches.
Lo interesante es que todo empezó con rumores, con cosas que se comentaban en voz baja sobre 'desorden' y 'manejos turbios' en el CIPE. Al final, esas alertas confidenciales llevaron a la Dirección de Control del BNCR a empezar a investigar. Primero hicieron charlas con los trabajadores, luego realizaron un arqueo físico… ¡y bam!, encontraron la falta de plata. Demasiado tarde, claro, pero bueno, al menos lograron desenmascararlo.
Además, parece que nuestro protagonista tenía la costumbre de apostar a la lotería, específicamente a Chances y Tres Monazos. Jugaba alrededor de 60 millones de colones al mes e iba ganando premios con frecuencia. Así, aparentemente, lograba “lavar” el dinero mal habido y distribuirlo entre sus cómplices. ¡Qué viva la suerte, digo yo! Aunque aquí la suerte no duró mucho, porque al final se llevó una chincha tormenta encima. Este caso nos demuestra que, aunque te creas el más listo del mundo, siempre hay alguien vigilando.
Ahora la gran pregunta queda abierta: ¿Cómo es posible que una institución tan grande como el Banco Nacional tenga fallas de seguridad tan evidentes que permitan semejantes desfalcos? ¿Estamos ante casos aislados o hay más peces gordos por atrapar en el sistema financiero nacional? ¡Den su opinión en el foro!