¡Ay, Dios mío! El caso de Celso Gamboa sigue dando para tira y tirón, pura novela. Resulta que ahora, pa' poder mandarlo a Estados Unidos a enfrentarse a esos cargos por narcotráfico, el Fiscal parece que quiere irse por atajos, usando unos 'procedimientos especiales abreviados'. Vamos, que quieren que Gamboa acepte los hechos a cambio de una pena más suave, una especie de trueque legal, ¿me entienden?
Como bien saben, la jueza ya puso candado a esto y determinó que Gamboa tiene que resolver dos cositas acá en Costa Rica antes de volar a gringolandia. Y ahí radica el problema: los procesos judiciales en este país a veces dan para escribir una tesis doctoral, con sus recursos de apelación, casación… ¡Un desmadre!
El señor Carlo Díaz, el Fiscal General, dice que están abiertos a todas las opciones, que ni siquiera descartarían unos acuerdos raritos. Pero ojo, que la clave está en la voluntad de Gamboa. Si el señor no se anima a admitir la sopa boba y jugar con estas cartas, pues nos toca esperar meses, tal vez años, pa’ ver dónde termina este circo judicial. ¡Me imagino las caras de los abogados mientras se retuerzen!
Díaz comentó que ya tuvo unas charlas con los de la DEA (Administración para el Control de Drogas), pa' ver si pueden convencerlo de que hay beneficios esperándole allá. Parece que quieren que la DEA le ofrezca algo jugoso –una rebaja de pena, facilidades en la cárcel–, algo que le haga cambiar de parecer. Imagínense, todo esto pa’ que un exmagistrado se decida a firmar un papel.
Gamboa, por su parte, anda medio misterioso. Recién salió diciendo que su aparición ante un juez pudo ser la última, como dramático, y que hay que respetar los derechos de los privados de libertad, ¡qué oportunista!. Uno se pregunta si estará jugando a dos bandas, tratando de sacar raja de ambas situaciones, la tica y la yanqui.
Lo interesante de todo esto es que, si Gamboa decide entrarle a este juego de negociaciones, podría recibir una condena más baja aquí en Costa Rica, pero tendría que cumplir el resto de su tiempo en la cárcel estadounidense. Según el exjuez Esteban Córdoba, el tratado de extradición lo permite. ¡O sea, que podríamos verlo regresar a Costa Rica pa' terminar de pagar por sus pecados!
Ahora, recuerden el brete con los diputados Redondo y Guerrero, donde aparentemente Gamboa los presionaba para evitar su destitución como magistrado. Y ni hablar del caso Cementazo, donde se le acusa de colaborar con narcos internacionales... ¡Este mae tiene una lista larga de problemas! Las audiencias siguen aplazadas, reprogramadas, y la incertidumbre reina. Hasta que no haya una sentencia en firme, la extradition sigue suspendida, colgada de un hilo.
En fin, el futuro de Celso Gamboa es incierto, y depende de si se cansa de pelear y decide aceptar alguna oferta que le hagan los fiscales y la DEA. ¿Creen que Gamboa aceptará algún beneficio en Estados Unidos para acelerar su extradición, o seguirá aferrándose a sus derechos y prolongando el drama judicial? ¡Déjenme saber su opinión en los comentarios!
Como bien saben, la jueza ya puso candado a esto y determinó que Gamboa tiene que resolver dos cositas acá en Costa Rica antes de volar a gringolandia. Y ahí radica el problema: los procesos judiciales en este país a veces dan para escribir una tesis doctoral, con sus recursos de apelación, casación… ¡Un desmadre!
El señor Carlo Díaz, el Fiscal General, dice que están abiertos a todas las opciones, que ni siquiera descartarían unos acuerdos raritos. Pero ojo, que la clave está en la voluntad de Gamboa. Si el señor no se anima a admitir la sopa boba y jugar con estas cartas, pues nos toca esperar meses, tal vez años, pa’ ver dónde termina este circo judicial. ¡Me imagino las caras de los abogados mientras se retuerzen!
Díaz comentó que ya tuvo unas charlas con los de la DEA (Administración para el Control de Drogas), pa' ver si pueden convencerlo de que hay beneficios esperándole allá. Parece que quieren que la DEA le ofrezca algo jugoso –una rebaja de pena, facilidades en la cárcel–, algo que le haga cambiar de parecer. Imagínense, todo esto pa’ que un exmagistrado se decida a firmar un papel.
Gamboa, por su parte, anda medio misterioso. Recién salió diciendo que su aparición ante un juez pudo ser la última, como dramático, y que hay que respetar los derechos de los privados de libertad, ¡qué oportunista!. Uno se pregunta si estará jugando a dos bandas, tratando de sacar raja de ambas situaciones, la tica y la yanqui.
Lo interesante de todo esto es que, si Gamboa decide entrarle a este juego de negociaciones, podría recibir una condena más baja aquí en Costa Rica, pero tendría que cumplir el resto de su tiempo en la cárcel estadounidense. Según el exjuez Esteban Córdoba, el tratado de extradición lo permite. ¡O sea, que podríamos verlo regresar a Costa Rica pa' terminar de pagar por sus pecados!
Ahora, recuerden el brete con los diputados Redondo y Guerrero, donde aparentemente Gamboa los presionaba para evitar su destitución como magistrado. Y ni hablar del caso Cementazo, donde se le acusa de colaborar con narcos internacionales... ¡Este mae tiene una lista larga de problemas! Las audiencias siguen aplazadas, reprogramadas, y la incertidumbre reina. Hasta que no haya una sentencia en firme, la extradition sigue suspendida, colgada de un hilo.
En fin, el futuro de Celso Gamboa es incierto, y depende de si se cansa de pelear y decide aceptar alguna oferta que le hagan los fiscales y la DEA. ¿Creen que Gamboa aceptará algún beneficio en Estados Unidos para acelerar su extradición, o seguirá aferrándose a sus derechos y prolongando el drama judicial? ¡Déjenme saber su opinión en los comentarios!