¡Ay, Dios mío! Una herediana amaneció con el corazón roto y las papayas agrias tras denunciar una estafa de ¡diez millones de colones! La historia nos llegó directo del Ministerio Público, donde la señora puso la cara dura y relató cómo cayó en esta torta, con la ilusión de ayudar a una vecina y terminar perdiendo una lana considerable.
Según la afectada, la trama comenzó cuando una persona –identificada como Bolaños Brenes– se le acercó con una propuesta que parecía sacada de un cuento de hadas: una vecina extranjera, aparentemente, iba a dejar el país y quería donar su casa a alguien dispuesto a asumir los trámites y gastos. Suena chévere, ¿verdad? Pues parece que el cuento tenía un final muy diferente. La señora, confiando en que conocía bien a Bolaños Brenes, no dudó en meterle primero tres millones, pensando que era una oportunidad única de tener una propiedad sin mayores complicaciones.
Pero ahí empezaron los problemas, mis panas. Resulta que los abogados se demoraban, la señora aparecía muerta (¡qué sal!), y de repente la municipalidad pedía más plata para validar el trámite. Uno se queda pensando: ¿cómo es posible que alguien tan cercano te haga pasar por esto? Como dicen por acá, ¡la picua da asomo! Y vaya si le dio asomo a esta señora, porque conforme pasaba el tiempo, la suma fue creciendo hasta alcanzar los diez millones, gracias a unos préstamos que tuvo que sacar para mantener la esperanza de conseguir la casa.
Lo más sorprendente de este brete es que la señora no fue la única víctima. Al llegar al Ministerio Público para presentar la denuncia, ¡tachán!, se topó con otra persona que también había sido estafada por la mismísima Bolaños Brenes. Fue como un baldazo de agua fría, según contó entre lágrimas; se dio cuenta de que no era la única que había caído en esta treta y que probablemente estaban frente a una red de engaños mucho más grande de lo que imaginaba.
Las investigaciones revelaron que la casa que supuestamente iban a donarle, ¡ya había sido vendida! Pero no a ellos, sino a sus verdaderos dueños, quienes jamás habían autorizado ninguna donación ni transacción similar. Imaginemos la sorpresa y la decepción… Parece que Bolaños Brenes andaba moviendo hilos con maestría para aprovecharse de la buena fe de la gente, ofreciendo oportunidades falsas y embolsándose miles de colones en el camino. ¡Un verdadero despiche!
No es novedad que Bolaños Brenes no es ajena a problemas con la justicia. Al parecer, existen otros dos expedientes abiertos en su contra por delitos similares, uno en la Fiscalía de San Joaquín de Flores y otro en la Adjunta de Heredia. Los casos, todos relacionados con estafas, muestran que esta señora tiene un historial turbio y que ha utilizado el mismo modus operandi para engañar a varias personas, aprovechándose de su confianza y vulnerabilidad. Esto demuestra que hay que estar con los ojos bien abiertos y desconfiar de esas ofertas demasiado buenas para ser verdad, ¿eh?
El abogado de Bolaños Brenes, Freddy Jiménez, defendió a su cliente argumentando que estos casos son producto de “malos negocios” y que algunas personas usan la vía penal para presionar el pago de deudas civiles. Aunque reconoció la existencia de los expedientes, insistió en que su clienta está haciendo todo lo posible para solucionar las deudas y evitar que los casos lleguen a juicio. Pero, vamos a ser honestos, ¿cuánto cuesta recuperar la confianza perdida después de semejante trapa?
Esta historia nos deja varios interrogantes en el aire: ¿Cómo podemos protegernos de este tipo de estafas? ¿Deberíamos ser más cautelosos con las personas que creemos conocer? Y lo más importante: ¿Realmente existe una sociedad donde podamos confiar plenamente en nuestros vecinos y amigos? Compártanos sus opiniones y experiencias en el foro, ¡queremos saber qué piensan al respecto!
Según la afectada, la trama comenzó cuando una persona –identificada como Bolaños Brenes– se le acercó con una propuesta que parecía sacada de un cuento de hadas: una vecina extranjera, aparentemente, iba a dejar el país y quería donar su casa a alguien dispuesto a asumir los trámites y gastos. Suena chévere, ¿verdad? Pues parece que el cuento tenía un final muy diferente. La señora, confiando en que conocía bien a Bolaños Brenes, no dudó en meterle primero tres millones, pensando que era una oportunidad única de tener una propiedad sin mayores complicaciones.
Pero ahí empezaron los problemas, mis panas. Resulta que los abogados se demoraban, la señora aparecía muerta (¡qué sal!), y de repente la municipalidad pedía más plata para validar el trámite. Uno se queda pensando: ¿cómo es posible que alguien tan cercano te haga pasar por esto? Como dicen por acá, ¡la picua da asomo! Y vaya si le dio asomo a esta señora, porque conforme pasaba el tiempo, la suma fue creciendo hasta alcanzar los diez millones, gracias a unos préstamos que tuvo que sacar para mantener la esperanza de conseguir la casa.
Lo más sorprendente de este brete es que la señora no fue la única víctima. Al llegar al Ministerio Público para presentar la denuncia, ¡tachán!, se topó con otra persona que también había sido estafada por la mismísima Bolaños Brenes. Fue como un baldazo de agua fría, según contó entre lágrimas; se dio cuenta de que no era la única que había caído en esta treta y que probablemente estaban frente a una red de engaños mucho más grande de lo que imaginaba.
Las investigaciones revelaron que la casa que supuestamente iban a donarle, ¡ya había sido vendida! Pero no a ellos, sino a sus verdaderos dueños, quienes jamás habían autorizado ninguna donación ni transacción similar. Imaginemos la sorpresa y la decepción… Parece que Bolaños Brenes andaba moviendo hilos con maestría para aprovecharse de la buena fe de la gente, ofreciendo oportunidades falsas y embolsándose miles de colones en el camino. ¡Un verdadero despiche!
No es novedad que Bolaños Brenes no es ajena a problemas con la justicia. Al parecer, existen otros dos expedientes abiertos en su contra por delitos similares, uno en la Fiscalía de San Joaquín de Flores y otro en la Adjunta de Heredia. Los casos, todos relacionados con estafas, muestran que esta señora tiene un historial turbio y que ha utilizado el mismo modus operandi para engañar a varias personas, aprovechándose de su confianza y vulnerabilidad. Esto demuestra que hay que estar con los ojos bien abiertos y desconfiar de esas ofertas demasiado buenas para ser verdad, ¿eh?
El abogado de Bolaños Brenes, Freddy Jiménez, defendió a su cliente argumentando que estos casos son producto de “malos negocios” y que algunas personas usan la vía penal para presionar el pago de deudas civiles. Aunque reconoció la existencia de los expedientes, insistió en que su clienta está haciendo todo lo posible para solucionar las deudas y evitar que los casos lleguen a juicio. Pero, vamos a ser honestos, ¿cuánto cuesta recuperar la confianza perdida después de semejante trapa?
Esta historia nos deja varios interrogantes en el aire: ¿Cómo podemos protegernos de este tipo de estafas? ¿Deberíamos ser más cautelosos con las personas que creemos conocer? Y lo más importante: ¿Realmente existe una sociedad donde podamos confiar plenamente en nuestros vecinos y amigos? Compártanos sus opiniones y experiencias en el foro, ¡queremos saber qué piensan al respecto!