¡Ay, Dios mío! La cosa pinta fea por el Caribe, pura torta con este huracán Melissa. Después de azotar Jamaica con vientos huracanados, parece que le toca el turno a otras islas, y nosotros acá en Costa Rica estamos aguantando la birria esperando a ver qué tan grave va a ser la cosa. Esto sí que nos sacude, ¡qué nivel!
Melissa llegó a Jamaica como un huracán categoría 5, con vientos que superaron los 295 kilómetros por hora. Imagínate la destrucción, mae. Las autoridades tuvieron que declarar zona de desastre a toda la isla, y los reportes hablan de casas hechas trizas, calles inundadas y gente buscando refugio donde pueda. Tres personas fallecieron en Jamaica, sumándose a los decesos en otros países afectados, así que esto no es juego de niños.
Según la información que llega desde Kingston, la capital jamaicana, aunque relativamente menos afectada que otras áreas, el daño es considerable. Uno de los residentes, Mathue Tapper, comentó que “tiene la impresión de que lo peor ya pasó,” pero aún así está preocupado por la gente que vive en zonas rurales, donde la situación seguramente es mucho más crítica. ¡Menos mal que sobrevivió!, pero eso no quita que la vareta esté dura para muchísima gente.
Lo más loco de todo es que dicen que Melissa es el huracán más potente que ha afectado a Jamaica desde que existen registros meteorológicos. ¡Imagínate! Supera incluso a monstruos como Katrina, que devastó Nueva Orleans hace unos cuantos años. Eso te da una idea del poder destructivo que tiene esta tormenta. Dicen que los primeros ministros advirtieron que ninguna infraestructura podría resistirlo, ¡y vaya si tenían razón!
Pero no todo es cuento de llanto, porque la comunidad internacional está moviéndose rápido para ayudar. La ONU ya envió unos 2,000 kits de emergencia desde Barbados a Jamaica. Un buen chunche de ayuda, pero todavía falta muchísimo para cubrir todas las necesidades de la población afectada. Esperemos que lleguen pronto, porque la gente necesita comida, agua y abrigo urgente, diay.
Y hablando de cosas que dan que pensar, resulta que las autoridades estaban preocupadas porque mucha gente se negaba a evacuar sus hogares, a pesar de las alertas. ¡Qué tontería!, pensé yo. Pero entiendo que dejar tu casa nunca es fácil, sobre todo cuando tienes recuerdos ahí metidos. Sin embargo, a veces hay que poner la seguridad primero, y obedecer a las autoridades. No vale la pena arriesgar la vida por agarrarle cariño a unas paredes.
Aquí en Costa Rica, estamos pendientes de la trayectoria de Melissa, rezando para que cambie de rumbo y no nos afecte directamente. Aunque la distancia es considerable, el mar Caribe es impredecible y cualquier cosa puede pasar. Ya hemos pasado por peores, claro, pero siempre es bueno estar preparados y tomar precauciones. Nuestros sistemas de alerta temprana están funcionando bien, y esperamos que todos estén informados y tomando las medidas necesarias. Tenemos que mantener la calma y confiar en que todo estará bien, ¡por fe!
En fin, una situación complicada la que vivimos en el Caribe. Melissa dejó una estela de destrucción y sufrimiento, y ahora toca levantar cabeza y reconstruir lo perdido. Se dice que este tipo de fenómenos climáticos serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático, así que tenemos que empezar a tomar cartas en el asunto. ¿Ustedes creen que nuestros gobiernos están haciendo lo suficiente para prepararnos ante estos desastres naturales y mitigar el impacto del cambio climático?
Melissa llegó a Jamaica como un huracán categoría 5, con vientos que superaron los 295 kilómetros por hora. Imagínate la destrucción, mae. Las autoridades tuvieron que declarar zona de desastre a toda la isla, y los reportes hablan de casas hechas trizas, calles inundadas y gente buscando refugio donde pueda. Tres personas fallecieron en Jamaica, sumándose a los decesos en otros países afectados, así que esto no es juego de niños.
Según la información que llega desde Kingston, la capital jamaicana, aunque relativamente menos afectada que otras áreas, el daño es considerable. Uno de los residentes, Mathue Tapper, comentó que “tiene la impresión de que lo peor ya pasó,” pero aún así está preocupado por la gente que vive en zonas rurales, donde la situación seguramente es mucho más crítica. ¡Menos mal que sobrevivió!, pero eso no quita que la vareta esté dura para muchísima gente.
Lo más loco de todo es que dicen que Melissa es el huracán más potente que ha afectado a Jamaica desde que existen registros meteorológicos. ¡Imagínate! Supera incluso a monstruos como Katrina, que devastó Nueva Orleans hace unos cuantos años. Eso te da una idea del poder destructivo que tiene esta tormenta. Dicen que los primeros ministros advirtieron que ninguna infraestructura podría resistirlo, ¡y vaya si tenían razón!
Pero no todo es cuento de llanto, porque la comunidad internacional está moviéndose rápido para ayudar. La ONU ya envió unos 2,000 kits de emergencia desde Barbados a Jamaica. Un buen chunche de ayuda, pero todavía falta muchísimo para cubrir todas las necesidades de la población afectada. Esperemos que lleguen pronto, porque la gente necesita comida, agua y abrigo urgente, diay.
Y hablando de cosas que dan que pensar, resulta que las autoridades estaban preocupadas porque mucha gente se negaba a evacuar sus hogares, a pesar de las alertas. ¡Qué tontería!, pensé yo. Pero entiendo que dejar tu casa nunca es fácil, sobre todo cuando tienes recuerdos ahí metidos. Sin embargo, a veces hay que poner la seguridad primero, y obedecer a las autoridades. No vale la pena arriesgar la vida por agarrarle cariño a unas paredes.
Aquí en Costa Rica, estamos pendientes de la trayectoria de Melissa, rezando para que cambie de rumbo y no nos afecte directamente. Aunque la distancia es considerable, el mar Caribe es impredecible y cualquier cosa puede pasar. Ya hemos pasado por peores, claro, pero siempre es bueno estar preparados y tomar precauciones. Nuestros sistemas de alerta temprana están funcionando bien, y esperamos que todos estén informados y tomando las medidas necesarias. Tenemos que mantener la calma y confiar en que todo estará bien, ¡por fe!
En fin, una situación complicada la que vivimos en el Caribe. Melissa dejó una estela de destrucción y sufrimiento, y ahora toca levantar cabeza y reconstruir lo perdido. Se dice que este tipo de fenómenos climáticos serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático, así que tenemos que empezar a tomar cartas en el asunto. ¿Ustedes creen que nuestros gobiernos están haciendo lo suficiente para prepararnos ante estos desastres naturales y mitigar el impacto del cambio climático?
