¡Ay, pata negra! Randall Azofeifa debutó con broche de oro guiando a la Selección Nacional Sub-16 a levantar el trofeo de campeón de la UNCAF. De verdad, señores, esto sí que le pegó al fútbol centroamericano. Después de años de buscarla, la Tri logró conquistar su sexto título en esta categoría, demostrando que a pesar de los altos y bajos, siempre hay talento tico buscando brillar.
El Torneo de la Unión Centroamericana de Fútbol (UNCAF) Sub-16 se llevó a cabo en Fraijanes, Guatemala, y nuestra selección llegó con la firme intención de traerse el campeonato. Con la dirección técnica de Don Randall, quien ya sabe lo que es sudar la camiseta a nivel mundial, la expectativa era alta. Muchos dudaban si un técnico tan experimentado bajaría a trabajar con jóvenes, pero él nos ha demostrado que el fútbol es fútbol, pase lo que pase. Además, ver a Azofeifa dando instrucciones en la banda es algo que te levanta el ánimo, ¿eh?
Desde el arranque, la Tricolor mostró una solidez impresionante. En la fase de grupos, machacaron a Belice 3-0, doblegaron a El Salvador 2-0 y le ganaron a Honduras 1-0. Un desempeño impecable que dejaba claro sus intenciones: llegar hasta la punta y quedarse con el premio gordo. Se veía que estos muchachos tenían ganas de demostrar su valía y de hacer historia, así que la afición se enganchó desde el primer partido. Y vaya que lo lograron, diay!
Pero el verdadero examen llegaría en la gran final contra Guatemala, el país anfitrión. La presión era enorme, la tribuna repleta, pero nuestros jóvenes guerreros no se amilanaron ni un segundo. Se defendieron como animales, atacaron con inteligencia y mostraron una unión admirable dentro del campo. Se notaba que había química entre ellos y que estaban dispuestos a dejarlo todo por la camiseta, eso sí que inspira, mística pura.
El partido estuvo tenso, peleado, con oportunidades para ambos lados, pero el marcador seguía estancado en cero. Ya parecía que el juego terminaría en empate y tendríamos que irnos a penales, lo cual siempre es un estrés terrible. Pero el destino quiso que la alegría llegara en el último suspiro. Al minuto 90+3, tras una jugada colectiva espectacular impulsada por Akenai Samuels y Sebastián Gómez, con una asistencia magistral de Jefrey Urbina, apareció Matías Vargas, el chico del Saprissa, para conectar un volea imparable que dejó sin oportunidad al portero guatemalteco. ¡Un golazo de antología!
La celebración fue indescriptible. Jugadores abrazándose, cuerpo técnico saltando de alegría, y la afición explotando en júbilo. ¡Una explosión de emociones que resonó en todo el país! Ver esas caras de felicidad en los muchachos, después de tanto esfuerzo y dedicación, realmente vale la pena. Este triunfo no solo es para ellos, sino para toda la familia futbolística costarricense, que siempre apoya a la selección con uñas y dientes. Demostramos que somos un pueblo que ama el fútbol y que no se rinde fácilmente.
Akenai Samuels, el delantero de Alajuelense, fue el goleador del torneo con tres anotaciones, seguido de cerca por Yosimar Obando también manudo, Keylord Madrigal del Herediano y Vargas con un gol cada uno. Fue un trabajo en equipo donde todos contribuyeron, y eso es lo que hace grande a esta selección. Convocatoria conformada por 20 jugadores provenientes de diferentes equipos del país, mostrando que el talento está repartido por todas partes, aunque Alajuelense aportó la mayoría del plantel – ¡siempre ahí, los verdiblancos!-.
Costa Rica consolida su liderazgo en la categoría Sub-16 de la UNCAF, sumando su sexto título en 11 ediciones. Una muestra clara del potencial del fútbol juvenil tico y la calidad del trabajo que se está haciendo en las divisiones inferiores. ¡Vamos mi gente, a seguir apoyando a estos jóvenes talentos! Ahora bien, teniendo en cuenta que muchos de estos jugadores podrían llegar a jugar en selecciones mayores y representar a nuestro país en competiciones internacionales, ¿creen que la Federación debería invertir aún más recursos en categorías juveniles para asegurar un futuro brillante para el fútbol costarricense o deberían enfocarse principalmente en fortalecer la liga local?
El Torneo de la Unión Centroamericana de Fútbol (UNCAF) Sub-16 se llevó a cabo en Fraijanes, Guatemala, y nuestra selección llegó con la firme intención de traerse el campeonato. Con la dirección técnica de Don Randall, quien ya sabe lo que es sudar la camiseta a nivel mundial, la expectativa era alta. Muchos dudaban si un técnico tan experimentado bajaría a trabajar con jóvenes, pero él nos ha demostrado que el fútbol es fútbol, pase lo que pase. Además, ver a Azofeifa dando instrucciones en la banda es algo que te levanta el ánimo, ¿eh?
Desde el arranque, la Tricolor mostró una solidez impresionante. En la fase de grupos, machacaron a Belice 3-0, doblegaron a El Salvador 2-0 y le ganaron a Honduras 1-0. Un desempeño impecable que dejaba claro sus intenciones: llegar hasta la punta y quedarse con el premio gordo. Se veía que estos muchachos tenían ganas de demostrar su valía y de hacer historia, así que la afición se enganchó desde el primer partido. Y vaya que lo lograron, diay!
Pero el verdadero examen llegaría en la gran final contra Guatemala, el país anfitrión. La presión era enorme, la tribuna repleta, pero nuestros jóvenes guerreros no se amilanaron ni un segundo. Se defendieron como animales, atacaron con inteligencia y mostraron una unión admirable dentro del campo. Se notaba que había química entre ellos y que estaban dispuestos a dejarlo todo por la camiseta, eso sí que inspira, mística pura.
El partido estuvo tenso, peleado, con oportunidades para ambos lados, pero el marcador seguía estancado en cero. Ya parecía que el juego terminaría en empate y tendríamos que irnos a penales, lo cual siempre es un estrés terrible. Pero el destino quiso que la alegría llegara en el último suspiro. Al minuto 90+3, tras una jugada colectiva espectacular impulsada por Akenai Samuels y Sebastián Gómez, con una asistencia magistral de Jefrey Urbina, apareció Matías Vargas, el chico del Saprissa, para conectar un volea imparable que dejó sin oportunidad al portero guatemalteco. ¡Un golazo de antología!
La celebración fue indescriptible. Jugadores abrazándose, cuerpo técnico saltando de alegría, y la afición explotando en júbilo. ¡Una explosión de emociones que resonó en todo el país! Ver esas caras de felicidad en los muchachos, después de tanto esfuerzo y dedicación, realmente vale la pena. Este triunfo no solo es para ellos, sino para toda la familia futbolística costarricense, que siempre apoya a la selección con uñas y dientes. Demostramos que somos un pueblo que ama el fútbol y que no se rinde fácilmente.
Akenai Samuels, el delantero de Alajuelense, fue el goleador del torneo con tres anotaciones, seguido de cerca por Yosimar Obando también manudo, Keylord Madrigal del Herediano y Vargas con un gol cada uno. Fue un trabajo en equipo donde todos contribuyeron, y eso es lo que hace grande a esta selección. Convocatoria conformada por 20 jugadores provenientes de diferentes equipos del país, mostrando que el talento está repartido por todas partes, aunque Alajuelense aportó la mayoría del plantel – ¡siempre ahí, los verdiblancos!-.
Costa Rica consolida su liderazgo en la categoría Sub-16 de la UNCAF, sumando su sexto título en 11 ediciones. Una muestra clara del potencial del fútbol juvenil tico y la calidad del trabajo que se está haciendo en las divisiones inferiores. ¡Vamos mi gente, a seguir apoyando a estos jóvenes talentos! Ahora bien, teniendo en cuenta que muchos de estos jugadores podrían llegar a jugar en selecciones mayores y representar a nuestro país en competiciones internacionales, ¿creen que la Federación debería invertir aún más recursos en categorías juveniles para asegurar un futuro brillante para el fútbol costarricense o deberían enfocarse principalmente en fortalecer la liga local?