Ay, mi gente, ¡qué situación nos cayó encima! Las lluvias de estos días no dieron tregua y ahora toca suspender clases en varios colegios de las regiones de Puntarenas y Occidente. El MEP tuvo que tomar la decisión de cerrar algunas escuelas porque, díganlo claro, el panorama estaba feo. Inundaciones, deslizamientos y caminos imposibles… ¡Un brete!
Como bien saben, las autoridades educativas no se andan con rodeos cuando se trata de la seguridad de los estudiantes. Esta vez, siguiendo la alerta #33 de la CNE, que ya avisaba de la saturación de suelos, decidieron suspender las clases para evitar cualquier problema mayor. No queremos que nadie se haga daño, ni nenos ni maestros, ¿verdad?
La coordinación entre el MEP, las direcciones regionales, los comités de emergencia y hasta los alcaldes locales fue clave para tomar esta medida. Se estuvieron echando palotes para evaluar la situación en tiempo real y ver cómo estaban los accesos a las escuelas. Al final, la seguridad siempre va primero, y eso hay que aplaudirlo.
La lista de escuelas afectadas es considerable, desde Riojalandia hasta Piedades del Sur. Tenemos circuitos enteros cerrados, así que muchos mae van a tener un día libre inesperado. Según el comunicado oficial, las escuelas de los circuitos 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7 de Puntarenas, y los circuitos 3, 1, 2, 4, 5, 6, 7, 8 y 9 de Occidente fueron impactadas. ¡Es bastante!
Pero ojo, la situación cambia rápido. El IMN dice que seguirán cayendo aguaceros por la onda tropical 35, así que hay que estar pendientes de los comunicados oficiales. Nadie quiere que los estudiantes pierdan más clases de las necesarias, ni que los maestros tengan que lidiar con más complicaciones. El clima está loco, ¡y nosotros con él!
Por supuesto, esto afecta a muchas familias. Algunos mae tendrán que buscar alternativas para cuidar a sus hijos, otros se alegrarán de tener un día extra para descansar. Pero lo importante es recordar que toda esta movida es por nuestra seguridad. Hay que darle crédito a las autoridades por tomar decisiones difíciles, aunque a veces nos incomoden.
Ahora, si hablamos de qué tan preparados estamos para enfrentar estas situaciones, ahí sí tenemos una vara para conversar. Los sistemas de drenaje siguen colapsados en muchos lugares, las casas precarias sufren mucho con los deslizamientos y las vías de acceso a algunas comunidades son peligrosas. ¡Dígame usted si no es un problemón!
En fin, esperamos que la lluvia amaine pronto y que podamos volver a la normalidad. Mientras tanto, sigamos informándonos y cuidándonos mutuamente. Y para terminar, les pregunto a ustedes: ¿creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para proteger a las comunidades vulnerables ante estos fenómenos climáticos extremos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
Como bien saben, las autoridades educativas no se andan con rodeos cuando se trata de la seguridad de los estudiantes. Esta vez, siguiendo la alerta #33 de la CNE, que ya avisaba de la saturación de suelos, decidieron suspender las clases para evitar cualquier problema mayor. No queremos que nadie se haga daño, ni nenos ni maestros, ¿verdad?
La coordinación entre el MEP, las direcciones regionales, los comités de emergencia y hasta los alcaldes locales fue clave para tomar esta medida. Se estuvieron echando palotes para evaluar la situación en tiempo real y ver cómo estaban los accesos a las escuelas. Al final, la seguridad siempre va primero, y eso hay que aplaudirlo.
La lista de escuelas afectadas es considerable, desde Riojalandia hasta Piedades del Sur. Tenemos circuitos enteros cerrados, así que muchos mae van a tener un día libre inesperado. Según el comunicado oficial, las escuelas de los circuitos 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7 de Puntarenas, y los circuitos 3, 1, 2, 4, 5, 6, 7, 8 y 9 de Occidente fueron impactadas. ¡Es bastante!
Pero ojo, la situación cambia rápido. El IMN dice que seguirán cayendo aguaceros por la onda tropical 35, así que hay que estar pendientes de los comunicados oficiales. Nadie quiere que los estudiantes pierdan más clases de las necesarias, ni que los maestros tengan que lidiar con más complicaciones. El clima está loco, ¡y nosotros con él!
Por supuesto, esto afecta a muchas familias. Algunos mae tendrán que buscar alternativas para cuidar a sus hijos, otros se alegrarán de tener un día extra para descansar. Pero lo importante es recordar que toda esta movida es por nuestra seguridad. Hay que darle crédito a las autoridades por tomar decisiones difíciles, aunque a veces nos incomoden.
Ahora, si hablamos de qué tan preparados estamos para enfrentar estas situaciones, ahí sí tenemos una vara para conversar. Los sistemas de drenaje siguen colapsados en muchos lugares, las casas precarias sufren mucho con los deslizamientos y las vías de acceso a algunas comunidades son peligrosas. ¡Dígame usted si no es un problemón!
En fin, esperamos que la lluvia amaine pronto y que podamos volver a la normalidad. Mientras tanto, sigamos informándonos y cuidándonos mutuamente. Y para terminar, les pregunto a ustedes: ¿creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para proteger a las comunidades vulnerables ante estos fenómenos climáticos extremos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!