El equipo de especialistas forenses de INTERPOL no ha descubierto “evidencias de modificación, alteración, añadidos o supresión” en los archivos de usuario de los tres ordenadores portátiles, las tres llaves USB y los dos discos duros externos decomisados con ocasión de una operación antidroga y antiterrorista efectuada por Colombia en un campamento de las FARC el 1 de marzo de 2008.
Tras el pormenorizado y exhaustivo análisis forense que hemos realizado de cada una de las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC, y tras el estudio de todas las evidencias examinadas por nuestros especialistas, INTERPOL concluye que no se produjo ninguna falsificación ni alteración de los datos contenidos en dichas pruebas instrumentales tras su decomiso por las autoridades colombianas, practicado el 1 de marzo de 2008.
Desde el punto de vista de INTERPOL, esta conclusión es un elemento clave de nuestra labor y debería serlo también para el pueblo colombiano. Su policía actuó con profesionalidad, honradez y eficacia.
Actualmente estoy cumpliendo mi segundo mandato como Secretario General de INTERPOL y, durante el ejercicio de mi cargo, he visitado 116 países y me he entrevistado con sus Jefes de Policía. Así pues, cuando digo que el pueblo colombiano puede estar orgulloso de la manera en que sus fuerzas policiales han manejado las pruebas decomisadas en el campamento de las FARC el 1 de marzo de 2008, mi afirmación se basa en una destacada experiencia en prácticas policiales a escala mundial.
Pero permítanme pasar a las otras conclusiones principales:
INTERPOL ha confirmado que los especialistas en investigación informática forense de la policía judicial de Colombia respetaron los principios reconocidos internacionalmente para el manejo de pruebas electrónicas desde el momento en que, el 3 de marzo de 2008, recibieron las pruebas instrumentales.
Sin embargo, INTERPOL ha señalado que, al acceder directamente a las pruebas para visualizar y descargar su contenido entre el 1 y el 3 de marzo, los funcionarios de la unidad antiterrorista colombiana que primero intervinieron en el lugar de los hechos no respetaron los principios de esta índole aplicables en circunstancias ordinarias.
Los especialistas de INTERPOL han verificado que ese acceso directo y esa descarga no afectaron al contenido de ninguno de los archivos de usuario de las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas.
Si me lo permiten, me voy a detener un momento en este punto. En las operaciones policiales que se efectúan en todo el mundo es corriente que las primeras unidades policiales que llegan al lugar de los hechos accedan directamente a las pruebas electrónicas decomisadas en lugar de hacer a partir de ellas copias protegidas contra la escritura. En particular, las unidades antiterroristas consideran que hay que analizar las pruebas inmediatamente para evitar el próximo atentado, y así se hace especialmente desde los atentados del 11 de septiembre: las unidades antiterroristas se centran ahora más en prevenir y evitar nuevas actividades, en lugar de limitarse a recopilar pruebas para entablar una acción judicial. En nuestra condición de comunidad policial de ámbito mundial, tenemos que adoptar nuevas medidas para ayudar a las unidades que primero intervienen en el lugar de los hechos, especialmente cuando se trata de operaciones antiterroristas.
De ahí que, e n una de sus tres recomendaciones, INTERPOL proponga que la policía dedique más tiempo y más recursos a la formación de los funcionarios de tales unidades, para limitar las situaciones en que dichos funcionarios deben decidir entre acceder directamente a las pruebas decomisadas o arriesgarse a que se produzca un nuevo atentado . Y para garantizar la eficaz aplicación de esta recomendación, INTERPOL estudiará la posibilidad de crear en su sede una unidad exclusivamente dedicada a la investigación informática forense de ámbito mundial perfectamente equipada.
Por último, permítanme rendir tributo públicamente al Departamento Administrativo de Seguridad y a la Policía Nacional de Colombia por el coraje demostrado al pedir a INTERPOL que llevase a cabo un examen forense exhaustivo e independiente de las pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC, y por haber demostrado una gran rectitud al permitir que la Organización realizase su labor sin intentar influir en los resultados.
Quisiera expresar mi gratitud al Fiscal General de Colombia, Mario Iguarán, por haber confiado a INTERPOL la salvaguarda de un material tan delicado como éste en el curso de nuestro trabajo.
También quisiera dar las gracias a su Ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo, por haber acogido en su ministerio la celebración de esta rueda de prensa.
Nuestra tarea finaliza aquí, por lo que quisiera pedir a mis colegas de INTERPOL que procedan a la entrega oficial de nuestro informe confidencial y de las pruebas instrumentales a los directores del DAS y de la Policía Nacional de Colombia, para que asuman su custodia y procedan a su entrega al Fiscal General de la Nación.
Gracias