Maes, a veces uno se mete a leer noticias y el panorama es para ponerse a llorar: que la gasolina, que los pleitos en la Asamblea, que el dólar… uno termina el día sintiendo que todo se va al traste. Pero de vez en cuando, entre tanto ruido, sale una noticia que a uno le devuelve un toque la fe en este pedacito de tierra. Y hoy, la verdad, toca hablar de una de esas. El Hospital Nacional de Niños (HNN), ese lugar que todos respetamos y queremos, se acaba de apuntar una pieza de tecnología que es, sin exagerar, una maravilla de la ciencia moderna.
La vara es así: gracias a la plata que se recaudó en un torneo de golf, el HNN recibió un equipo de Oxigenación con Membrana Extracorpórea, mejor conocido por sus siglas ECMO. ¿Y qué es ese chunche con nombre de robot de película? Diay, para explicarlo en sencillo, es básicamente un sistema que funciona como un corazón y unos pulmones artificiales fuera del cuerpo. Este aparato se conecta a los pacientes más, pero más críticos, y se encarga de oxigenarles la sangre y bombearla por todo el cuerpo, dándole un respiro a sus órganos para que puedan recuperarse. O sea, estamos hablando de una tecnología que es la diferencia entre la vida y la muerte para chiquitos con fallas cardíacas o pulmonares gravísimas. ¡Qué carga, en serio!
Lo más tuanis de todo esto es de dónde salió la plata. No fue una orden ejecutiva ni un presupuesto extraordinario del gobierno. No, señor. Esto fue posible gracias a la gente, específicamente a la Asociación Pro-Hospital Nacional de Niños. Ellos se jalaron la organización de la vigésima edición de su torneo de golf benéfico. ¡Veinte años en ese brete! Y gracias al patrocinio de empresas como Aeris Costa Rica y un montón de aliados y participantes más, lograron reunir los más de $170,000 que costaba el equipo. Esto demuestra que cuando la gente se organiza por una buena causa, se pueden mover montañas... o en este caso, comprar tecnología de punta que salva vidas.
El mismo director del hospital, el doctor Jaime Lazo, lo dijo clarito: este equipo representa un impacto enorme. Le da una oportunidad real de sobrevivir a niños que antes, simplemente, no la tenían. Pensemos un toque en eso. Un güila con una infección severa o una condición cardíaca congénita que antes tenía un pronóstico terrible, ahora tiene una luz de esperanza gracias a la solidaridad de un grupo de personas que decidieron jugar golf por una buena causa. En un país donde a veces nos quejamos (y con razón) de que las varas no caminan, estas historias son un tanque de oxígeno y un recordatorio de que la iniciativa ciudadana tiene un poder increíble.
Al final, esta no es solo una nota sobre un equipo médico carísimo. Es una historia de cómo la gente se organiza, colabora y logra varas increíbles. Es un aplauso para la Asociación, para los patrocinadores y para cada persona que participó. Esto demuestra que cuando el sector privado y las asociaciones se ponen las pilas con una meta clara, los resultados son tangibles y le cambian la vida a las familias. Es la prueba de que el corazón de este país sigue bombeando fuerte, a veces incluso sin la necesidad de un aparato externo.
Ahora les pregunto a ustedes, maes: ¿Qué otras iniciativas así conocen donde la gente se organiza para tapar un hueco importante? ¿Creen que este modelo de colaboración entre asociaciones, empresa privada y el sistema de salud público es el camino a seguir para fortalecer a la Caja y otros servicios esenciales del país? ¡Los leo en los comentarios!
La vara es así: gracias a la plata que se recaudó en un torneo de golf, el HNN recibió un equipo de Oxigenación con Membrana Extracorpórea, mejor conocido por sus siglas ECMO. ¿Y qué es ese chunche con nombre de robot de película? Diay, para explicarlo en sencillo, es básicamente un sistema que funciona como un corazón y unos pulmones artificiales fuera del cuerpo. Este aparato se conecta a los pacientes más, pero más críticos, y se encarga de oxigenarles la sangre y bombearla por todo el cuerpo, dándole un respiro a sus órganos para que puedan recuperarse. O sea, estamos hablando de una tecnología que es la diferencia entre la vida y la muerte para chiquitos con fallas cardíacas o pulmonares gravísimas. ¡Qué carga, en serio!
Lo más tuanis de todo esto es de dónde salió la plata. No fue una orden ejecutiva ni un presupuesto extraordinario del gobierno. No, señor. Esto fue posible gracias a la gente, específicamente a la Asociación Pro-Hospital Nacional de Niños. Ellos se jalaron la organización de la vigésima edición de su torneo de golf benéfico. ¡Veinte años en ese brete! Y gracias al patrocinio de empresas como Aeris Costa Rica y un montón de aliados y participantes más, lograron reunir los más de $170,000 que costaba el equipo. Esto demuestra que cuando la gente se organiza por una buena causa, se pueden mover montañas... o en este caso, comprar tecnología de punta que salva vidas.
El mismo director del hospital, el doctor Jaime Lazo, lo dijo clarito: este equipo representa un impacto enorme. Le da una oportunidad real de sobrevivir a niños que antes, simplemente, no la tenían. Pensemos un toque en eso. Un güila con una infección severa o una condición cardíaca congénita que antes tenía un pronóstico terrible, ahora tiene una luz de esperanza gracias a la solidaridad de un grupo de personas que decidieron jugar golf por una buena causa. En un país donde a veces nos quejamos (y con razón) de que las varas no caminan, estas historias son un tanque de oxígeno y un recordatorio de que la iniciativa ciudadana tiene un poder increíble.
Al final, esta no es solo una nota sobre un equipo médico carísimo. Es una historia de cómo la gente se organiza, colabora y logra varas increíbles. Es un aplauso para la Asociación, para los patrocinadores y para cada persona que participó. Esto demuestra que cuando el sector privado y las asociaciones se ponen las pilas con una meta clara, los resultados son tangibles y le cambian la vida a las familias. Es la prueba de que el corazón de este país sigue bombeando fuerte, a veces incluso sin la necesidad de un aparato externo.
Ahora les pregunto a ustedes, maes: ¿Qué otras iniciativas así conocen donde la gente se organiza para tapar un hueco importante? ¿Creen que este modelo de colaboración entre asociaciones, empresa privada y el sistema de salud público es el camino a seguir para fortalecer a la Caja y otros servicios esenciales del país? ¡Los leo en los comentarios!