¡Ay, Dios mío! Parece que este año vamos a tener que apretarnos más el cinturón. La Sugese dio luz verde al aumento del 10,15% en el Seguro Obligatorio de Automotores (SOA), lo que significa que el marchamo 2026 va a salir más caro que un pan con chorizo en la mañana. Ya estamos viendo cómo se nos complica la vida, ¿verdad?
Como siempre, la explicación oficial es la alta siniestralidad. Tomás Soley, el jefe de la Sugese, soltó que el ajuste es “necesario para garantizar la sostenibilidad del seguro y la correcta atención a las víctimas”. Suena lindo, pero pa’ nosotros eso se traduce en menos lana para gastar en otras cosas, como irnos de carreta al fin de semana.
Y ojo, porque la cosa no pinta bonita. Según datos que soltaron, más de la mitad de los fallecidos en accidentes de tráfico en 2024 eran motociclistas. Eso sí que da que pensar, ¿no creen? Tenemos que ponerle duro a la seguridad vial, porque si seguimos así, vamos a estar llorando encima de un casco roto. La verdad, es que los pobres moteros siempre terminan pagando la peor parte en esto de los accidentes.
Pero no todo es para lamentarse. Aunque el aumento promedio es del 10,15%, algunos vehículos sentirán el golpe más fuerte que otros. Los dueños de camiones pesados van a ver un incremento de casi seis mil colones, mientras que los de carros particulares tendrán que desembolsar unos cuatro mil y pico extra. Así que, aunque no es una ganga, al menos no nos vamos a arruinar del todo, ¿o qué?
Para que se hagan una idea, estos son los nuevos precios que van a regir a partir de noviembre: motos, ¢99.623; buses, ¢81.060; taxis, ¢73.300; camiones pesados, ¢35.004; carros particulares, ¢30.238; cargas livianas, ¢18.806; y equipos especiales, ¢9.627. Un buen fajón para todos, la verdad. Uno empieza a pensar en vender el carro y caminar, ¡pero a estas alturas quién puede permitírselo!
Ahora bien, hablando de temas serios, este aumento me hace preguntarme: ¿realmente estamos haciendo lo suficiente para mejorar la seguridad vial en Costa Rica? Porque aunque la Sugese dice que el ajuste busca reflejar la siniestralidad, parece que la solución es simplemente sacarle más dinero a la gente. ¿No sería mejor invertir en campañas de concientización más efectivas, mejorar las condiciones de las carreteras y hacer cumplir las leyes de tránsito de manera más estricta?
Me imagino las caras de los que andan buscando ahorrar, ahora tendrá que rebuscaren donde encontrar esos dineros extras. Además, ¿qué pasa con los que ya tienen problemas económicos? Este aumento podría ser la gota que derrama el vaso para muchas familias. En fin, otra vez tenemos que ponerle empeño y buscar alternativas creativas para sobrevivir en este brete económico. ¡Aguántale corazón!
Bueno, pues ahí les dejo la novedad. Ahora cuéntenme, ¿qué opinan ustedes de este aumento en el marchamo? ¿Consideran que es justo, dado el contexto de la siniestralidad? ¿O creen que hay otras medidas que se podrían tomar para solucionar el problema de forma más efectiva? ¡Déjenme sus comentarios y empecemos a debatir!
Como siempre, la explicación oficial es la alta siniestralidad. Tomás Soley, el jefe de la Sugese, soltó que el ajuste es “necesario para garantizar la sostenibilidad del seguro y la correcta atención a las víctimas”. Suena lindo, pero pa’ nosotros eso se traduce en menos lana para gastar en otras cosas, como irnos de carreta al fin de semana.
Y ojo, porque la cosa no pinta bonita. Según datos que soltaron, más de la mitad de los fallecidos en accidentes de tráfico en 2024 eran motociclistas. Eso sí que da que pensar, ¿no creen? Tenemos que ponerle duro a la seguridad vial, porque si seguimos así, vamos a estar llorando encima de un casco roto. La verdad, es que los pobres moteros siempre terminan pagando la peor parte en esto de los accidentes.
Pero no todo es para lamentarse. Aunque el aumento promedio es del 10,15%, algunos vehículos sentirán el golpe más fuerte que otros. Los dueños de camiones pesados van a ver un incremento de casi seis mil colones, mientras que los de carros particulares tendrán que desembolsar unos cuatro mil y pico extra. Así que, aunque no es una ganga, al menos no nos vamos a arruinar del todo, ¿o qué?
Para que se hagan una idea, estos son los nuevos precios que van a regir a partir de noviembre: motos, ¢99.623; buses, ¢81.060; taxis, ¢73.300; camiones pesados, ¢35.004; carros particulares, ¢30.238; cargas livianas, ¢18.806; y equipos especiales, ¢9.627. Un buen fajón para todos, la verdad. Uno empieza a pensar en vender el carro y caminar, ¡pero a estas alturas quién puede permitírselo!
Ahora bien, hablando de temas serios, este aumento me hace preguntarme: ¿realmente estamos haciendo lo suficiente para mejorar la seguridad vial en Costa Rica? Porque aunque la Sugese dice que el ajuste busca reflejar la siniestralidad, parece que la solución es simplemente sacarle más dinero a la gente. ¿No sería mejor invertir en campañas de concientización más efectivas, mejorar las condiciones de las carreteras y hacer cumplir las leyes de tránsito de manera más estricta?
Me imagino las caras de los que andan buscando ahorrar, ahora tendrá que rebuscaren donde encontrar esos dineros extras. Además, ¿qué pasa con los que ya tienen problemas económicos? Este aumento podría ser la gota que derrama el vaso para muchas familias. En fin, otra vez tenemos que ponerle empeño y buscar alternativas creativas para sobrevivir en este brete económico. ¡Aguántale corazón!
Bueno, pues ahí les dejo la novedad. Ahora cuéntenme, ¿qué opinan ustedes de este aumento en el marchamo? ¿Consideran que es justo, dado el contexto de la siniestralidad? ¿O creen que hay otras medidas que se podrían tomar para solucionar el problema de forma más efectiva? ¡Déjenme sus comentarios y empecemos a debatir!
