Ay, patitos, el fútbol tico está que arde. Tras el bochornoso eliminado ante Panamá y Honduras, la Federación Costaricense de Fútbol está viviendo momentos... digamos, movidos. Y en medio del relajo, Osael Maroto, el presi de la FCRF, salió a defender su pellejo en una conferencia de prensa que más parecía un intento desesperado de apagar un incendio forestal.
Maroto, con toda la calma que dio Dios y santo Tomás, insistió en que tanto su credibilidad como la de la Federación están 'intactas'. Intactas, ¿eh? Como si perderse el Mundial no fuera un golpe certero al orgullo nacional, al bolsillo de los hinchados y a la imagen del balompié en nuestro país. Uno se queda pensando, ¿viven en otro planeta?
Y ni hablar de la salida de Miguel Herrera, el 'Piojo'. Ya saben cómo es el cuento, un despido inevitable después de un desempeño tan mediocre que hasta mi abuela jugaría mejor en la selección. Pero lo curioso es cómo Maroto justifica esta decisión, hablando de procesos, de planes a futuro... mientras el presente es un caos absoluto. ¡Un brete!
Pero la cosa no termina ahí, porque Leonardo Vargas, el dirigente cartaginesista, soltó la sopa en Teletica Radio. Según Vargas, hay acuerdos incumplidos, maniobras extrañas detrás de la designación del director de selecciones, Ignacio Hierro, y hasta acusaciones directas contra Maroto y sus supuestos favores a Jafet Soto. "Lo que dice mi amigo Leonardo es una percepción", respondió Maroto, con una sonrisa que no convenció a nadie. La verdad, esto huele raro, ¿díganme?
Ahora bien, vamos a analizar esto con frialdad. La decisión de contratar a Hierro, dejando atrás a Ángel Catalá, parece haber sido tomada apresuradamente, sin considerar las opiniones de todos los involucrados. Y luego, la permanencia del Piojo a pesar del desastre con Haití... ¡qué nivel de negacionismo! Parece que algunos prefieren vivir en una burbuja, ignorando la realidad que les rodea.
Maroto, fiel a su estilo, descartó cualquier posibilidad de dejar su cargo antes de tiempo. Quiere terminar su periodo, afirma, y que la Asamblea de Representantes lo sacará si así lo deciden. "No estoy aferrado a la silla", declaró, aunque su actitud sugería lo contrario. Uno no sabe si creerle o mandarle a buscar piña.
La situación actual demanda una profunda reflexión sobre el rumbo del fútbol costarricense. No basta con culpar al entrenador o a los jugadores. Hay que revisar la estructura interna de la Federación, la forma en que se toman las decisiones, la transparencia en la gestión de los recursos. Y sobre todo, hay que escuchar a la afición, que es quien realmente padece las consecuencias de estas fallas administrativas.
El presidente ha prometido reestructurar el fútbol desde las bases, mejorar la infraestructura y fortalecer los campeonatos nacionales. Suena lindo en teoría, pero el problema es que las promesas suelen quedarse en el aire. ¿Será que esta vez Maroto cumplirá lo que dice o seguirá vendiendo humo? ¿Ustedes creen que la FCRF debería someterse a una auditoría externa para aclarar todas estas sospechas y recuperar la confianza de la afición?
Maroto, con toda la calma que dio Dios y santo Tomás, insistió en que tanto su credibilidad como la de la Federación están 'intactas'. Intactas, ¿eh? Como si perderse el Mundial no fuera un golpe certero al orgullo nacional, al bolsillo de los hinchados y a la imagen del balompié en nuestro país. Uno se queda pensando, ¿viven en otro planeta?
Y ni hablar de la salida de Miguel Herrera, el 'Piojo'. Ya saben cómo es el cuento, un despido inevitable después de un desempeño tan mediocre que hasta mi abuela jugaría mejor en la selección. Pero lo curioso es cómo Maroto justifica esta decisión, hablando de procesos, de planes a futuro... mientras el presente es un caos absoluto. ¡Un brete!
Pero la cosa no termina ahí, porque Leonardo Vargas, el dirigente cartaginesista, soltó la sopa en Teletica Radio. Según Vargas, hay acuerdos incumplidos, maniobras extrañas detrás de la designación del director de selecciones, Ignacio Hierro, y hasta acusaciones directas contra Maroto y sus supuestos favores a Jafet Soto. "Lo que dice mi amigo Leonardo es una percepción", respondió Maroto, con una sonrisa que no convenció a nadie. La verdad, esto huele raro, ¿díganme?
Ahora bien, vamos a analizar esto con frialdad. La decisión de contratar a Hierro, dejando atrás a Ángel Catalá, parece haber sido tomada apresuradamente, sin considerar las opiniones de todos los involucrados. Y luego, la permanencia del Piojo a pesar del desastre con Haití... ¡qué nivel de negacionismo! Parece que algunos prefieren vivir en una burbuja, ignorando la realidad que les rodea.
Maroto, fiel a su estilo, descartó cualquier posibilidad de dejar su cargo antes de tiempo. Quiere terminar su periodo, afirma, y que la Asamblea de Representantes lo sacará si así lo deciden. "No estoy aferrado a la silla", declaró, aunque su actitud sugería lo contrario. Uno no sabe si creerle o mandarle a buscar piña.
La situación actual demanda una profunda reflexión sobre el rumbo del fútbol costarricense. No basta con culpar al entrenador o a los jugadores. Hay que revisar la estructura interna de la Federación, la forma en que se toman las decisiones, la transparencia en la gestión de los recursos. Y sobre todo, hay que escuchar a la afición, que es quien realmente padece las consecuencias de estas fallas administrativas.
El presidente ha prometido reestructurar el fútbol desde las bases, mejorar la infraestructura y fortalecer los campeonatos nacionales. Suena lindo en teoría, pero el problema es que las promesas suelen quedarse en el aire. ¿Será que esta vez Maroto cumplirá lo que dice o seguirá vendiendo humo? ¿Ustedes creen que la FCRF debería someterse a una auditoría externa para aclarar todas estas sospechas y recuperar la confianza de la afición?
