¡Qué alivio, mae! Por fin parece que el MOPT le está poniendo candela al problema de la falta de agentes de tránsito en nuestras carreteras. Resulta que este lunes, 30 de octubre, se sumaron 28 nuevos funcionarios al cuerpo policial, lo que viene a sumar un respiro a la regulación vial, porque ya estábamos todos hartos de ver señores haciendo tumbeques y autobuses estacionándose donde les da la gana.
La Dirección General de la Policía de Tránsito ha estado batallando contra la escasez de personal desde hace tiempo. Según nos explican, a mitad de este año tenían apenas 627 empleados, una cifra ridícula considerando la extensión y el tráfico que tenemos en el país. Pero parece que le agarraron el rollo y, gracias a la incorporación de 58 cadetes en julio y estos 28 nuevos, ya llegaron a un total de 713. Eso representa un crecimiento del 14% en tan solo cuatro meses, diay, ni el abuelo don Chepe lo hubiera logrado así!
El ministro de Obras Públicas y Transportes, Efraín Zeledón Leiva, salió al frente para explicar la situación. Dijo que buscan impactar positivamente en la regulación, sancionar esas conductas peligrosas que tanto nos estresan en el camino, y también ponerle freno a esos atascos infernales que nos hacen perder horas valiosas en el brete. Esperemos que sus palabras no sean solo puros deseos bonitos y veamos resultados a la vista.
Ahora bien, si bien este refuerzo es una gran noticia, no podemos andar pensando que vamos a solucionar mágicamente todos nuestros problemas de tránsito de la noche a la mañana. La realidad es que necesitamos mucho más que unos cuantos agentes adicionales. Hay que mejorar la infraestructura, modernizar los sistemas de semaforización, invertir en educación vial y, sobre todo, que los conductores aprendamos a respetar las normas y a conducir con responsabilidad. ¡Qué carga tener que estar pendiente de los demás!
Y hablando de inversiones, el MOPT ya tiene aprobado un presupuesto para crear 100 plazas nuevas en 2026. ¡Eso sí es un paso en la dirección correcta! Aunque, siendo honestos, uno se queda con la espinita de preguntarse si eso será suficiente para cubrir todas las necesidades que tenemos en las rutas del país. Con el crecimiento poblacional y el aumento del parque vehicular, la demanda de control y vigilancia sigue creciendo exponencialmente.
Además, hay que recordar que la falta de personal de Tránsito no solo afecta la seguridad vial, sino también la economía del país. Porque cuando estamos atascados en el tráfico, perdemos productividad, quemamos combustible innecesariamente y aumentamos la contaminación ambiental. Así que invertir en Tránsito no es solo una cuestión de seguridad, sino también de desarrollo sostenible. Una verdadera vara importante, mae.
Muchos se preguntarán, ¿cómo llegarán a esos cien puestos adicionales en 2026? Parece que el plan es seguir reclutando cadetes y capacitándolos para integrarlos rápidamente a las filas. También se espera que se optimicen las tareas de los agentes actuales, aprovechando al máximo los recursos tecnológicos disponibles, como cámaras de seguridad y sistemas de monitoreo remoto. ¡A ver si así dejan de poner a los polis dando vueltas con el radar a la sombra del oxxo!
Pero volviendo a lo fundamental, ¿este nuevo grupo de 28 oficiales será realmente capaz de marcar una diferencia significativa en nuestras carreteras? ¿Serán suficientes para reducir los accidentes, disminuir los congestionamientos y mejorar la calidad de vida de los usuarios viales? O simplemente serán una gota en el océano de nuestras deficiencias de tránsito. Díganos qué piensa usted: ¿Cree que estas medidas son suficientes o deberíamos exigir más compromiso y soluciones innovadoras?
	
		
			
		
		
	
				
			La Dirección General de la Policía de Tránsito ha estado batallando contra la escasez de personal desde hace tiempo. Según nos explican, a mitad de este año tenían apenas 627 empleados, una cifra ridícula considerando la extensión y el tráfico que tenemos en el país. Pero parece que le agarraron el rollo y, gracias a la incorporación de 58 cadetes en julio y estos 28 nuevos, ya llegaron a un total de 713. Eso representa un crecimiento del 14% en tan solo cuatro meses, diay, ni el abuelo don Chepe lo hubiera logrado así!
El ministro de Obras Públicas y Transportes, Efraín Zeledón Leiva, salió al frente para explicar la situación. Dijo que buscan impactar positivamente en la regulación, sancionar esas conductas peligrosas que tanto nos estresan en el camino, y también ponerle freno a esos atascos infernales que nos hacen perder horas valiosas en el brete. Esperemos que sus palabras no sean solo puros deseos bonitos y veamos resultados a la vista.
Ahora bien, si bien este refuerzo es una gran noticia, no podemos andar pensando que vamos a solucionar mágicamente todos nuestros problemas de tránsito de la noche a la mañana. La realidad es que necesitamos mucho más que unos cuantos agentes adicionales. Hay que mejorar la infraestructura, modernizar los sistemas de semaforización, invertir en educación vial y, sobre todo, que los conductores aprendamos a respetar las normas y a conducir con responsabilidad. ¡Qué carga tener que estar pendiente de los demás!
Y hablando de inversiones, el MOPT ya tiene aprobado un presupuesto para crear 100 plazas nuevas en 2026. ¡Eso sí es un paso en la dirección correcta! Aunque, siendo honestos, uno se queda con la espinita de preguntarse si eso será suficiente para cubrir todas las necesidades que tenemos en las rutas del país. Con el crecimiento poblacional y el aumento del parque vehicular, la demanda de control y vigilancia sigue creciendo exponencialmente.
Además, hay que recordar que la falta de personal de Tránsito no solo afecta la seguridad vial, sino también la economía del país. Porque cuando estamos atascados en el tráfico, perdemos productividad, quemamos combustible innecesariamente y aumentamos la contaminación ambiental. Así que invertir en Tránsito no es solo una cuestión de seguridad, sino también de desarrollo sostenible. Una verdadera vara importante, mae.
Muchos se preguntarán, ¿cómo llegarán a esos cien puestos adicionales en 2026? Parece que el plan es seguir reclutando cadetes y capacitándolos para integrarlos rápidamente a las filas. También se espera que se optimicen las tareas de los agentes actuales, aprovechando al máximo los recursos tecnológicos disponibles, como cámaras de seguridad y sistemas de monitoreo remoto. ¡A ver si así dejan de poner a los polis dando vueltas con el radar a la sombra del oxxo!
Pero volviendo a lo fundamental, ¿este nuevo grupo de 28 oficiales será realmente capaz de marcar una diferencia significativa en nuestras carreteras? ¿Serán suficientes para reducir los accidentes, disminuir los congestionamientos y mejorar la calidad de vida de los usuarios viales? O simplemente serán una gota en el océano de nuestras deficiencias de tránsito. Díganos qué piensa usted: ¿Cree que estas medidas son suficientes o deberíamos exigir más compromiso y soluciones innovadoras?
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		