¡Diay, qué brete! Parece que el tema de las jornadas excepcionales de 12 horas se nos quiere ir al traste. Después de semanas de sesiones exprés y un montón de mociones – ¡más de 60!, ¡qué carga!–, todavía no hay luz verde ni tampoco roja, pura bruma en la Asamblea Legislativa. El expediente 24.290 sigue dando vueltas como trompo en carreta, y parece que la cosa se va a alargar hasta el próximo año.
La semana pasada fue una locura, literalmente. El lunes se dieron candela con 32 mociones en la sesión matutina, y luego, el martes, otras 29 en dos sesiones más. Al final, aprobaron una moción que obliga al Ministerio de Trabajo a hacer un plan piloto en algunas empresas para ver si se puede bajar la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Claro, como era de esperarse, esto prendió alarmas y se suspendió el trámite para consultar a varias instituciones. ¡Uf, qué torta!
Pero ahí no acabó la telenovela. Los técnicos de la Asamblea dijeron que esas consultas no eran obligatorias, así que volvieron a intentar avanzar. Ahí ya empezaron a surgir las dudas, primero por parte de los diputados Jonathan Acuña y Daniela Rojas, quienes pidieron que les aclararan bien las cosas. Se mandó una ampliación de criterio a Servicios Técnicos, y estos ratificaron que las consultas eran 'facultativas', o sea, que no paraban el avance del proyecto. ¡Qué diay, gente! Esto es pa’ tenerlas claras.
Ahora, con el cierre de las sesiones ordinarias y el inicio de las extraordinarias, donde el Poder Ejecutivo agarra las riendas de la agenda legislativa, la presión aumenta. Ya llegó la convocatoria con 96 proyectos, incluyendo las jornadas excepcionales. El Gobierno está empeñado en que esto salga adelante, y será una prioridad constante en la agenda. Apuesto a que estarán encima de los diputados para que aceleren el paso.
Hasta ahora, apenas han avanzado un 16% del total de mociones presentadas. Considerando que el trámite empezó hace casi cuatro meses, y que ahora tienen que lidiar con el receso de Navidad y Año Nuevo – ¡el cual cortará las sesiones! – es prácticamente seguro que se extenderá varios meses más. El 18 de diciembre cierran, y no volverán a trabajar hasta el 12 de enero. ¡Imagínate la espera, chunches!
Y hablando de mociones, van por la 844, después de haber votado muchísimas. El debate se puso interesante cuando algunos diputados cuestionaron si realmente había necesidad de tanta urgencia en la aprobación. Algunos argumentan que estas jornadas podrían afectar negativamente a ciertos sectores laborales, mientras que otros defienden que son necesarias para reactivar la economía. ¡Cada quien con su opinión, claro, pero qué nivel de discusiones!
Lo cierto es que la vía rápida del proyecto de jornadas 4-3 está estancada, y este intento de sacarla adelante también fracasó. El camino está lleno de obstáculos, y cada vez parece más difícil llegar a un acuerdo. Las presiones políticas, los intereses económicos y las diferentes visiones sobre el futuro del trabajo complican aún más la situación. Veremos qué pasa en las próximas semanas, pero yo, sinceramente, creo que esto va a dar para mucho más debate… y quizás alguna que otra sorpresa.
Después de tanto rodeo y tantos debates, me pregunto: ¿creen ustedes que las jornadas excepcionales de 12 horas son realmente la solución para impulsar la economía nacional, o estamos ante una medida que podría traer más perjuicios que beneficios? Déjenme saber sus opiniones en el foro, ¡quiero escuchar sus puntos de vista!
	
		
			
		
		
	
				
			La semana pasada fue una locura, literalmente. El lunes se dieron candela con 32 mociones en la sesión matutina, y luego, el martes, otras 29 en dos sesiones más. Al final, aprobaron una moción que obliga al Ministerio de Trabajo a hacer un plan piloto en algunas empresas para ver si se puede bajar la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Claro, como era de esperarse, esto prendió alarmas y se suspendió el trámite para consultar a varias instituciones. ¡Uf, qué torta!
Pero ahí no acabó la telenovela. Los técnicos de la Asamblea dijeron que esas consultas no eran obligatorias, así que volvieron a intentar avanzar. Ahí ya empezaron a surgir las dudas, primero por parte de los diputados Jonathan Acuña y Daniela Rojas, quienes pidieron que les aclararan bien las cosas. Se mandó una ampliación de criterio a Servicios Técnicos, y estos ratificaron que las consultas eran 'facultativas', o sea, que no paraban el avance del proyecto. ¡Qué diay, gente! Esto es pa’ tenerlas claras.
Ahora, con el cierre de las sesiones ordinarias y el inicio de las extraordinarias, donde el Poder Ejecutivo agarra las riendas de la agenda legislativa, la presión aumenta. Ya llegó la convocatoria con 96 proyectos, incluyendo las jornadas excepcionales. El Gobierno está empeñado en que esto salga adelante, y será una prioridad constante en la agenda. Apuesto a que estarán encima de los diputados para que aceleren el paso.
Hasta ahora, apenas han avanzado un 16% del total de mociones presentadas. Considerando que el trámite empezó hace casi cuatro meses, y que ahora tienen que lidiar con el receso de Navidad y Año Nuevo – ¡el cual cortará las sesiones! – es prácticamente seguro que se extenderá varios meses más. El 18 de diciembre cierran, y no volverán a trabajar hasta el 12 de enero. ¡Imagínate la espera, chunches!
Y hablando de mociones, van por la 844, después de haber votado muchísimas. El debate se puso interesante cuando algunos diputados cuestionaron si realmente había necesidad de tanta urgencia en la aprobación. Algunos argumentan que estas jornadas podrían afectar negativamente a ciertos sectores laborales, mientras que otros defienden que son necesarias para reactivar la economía. ¡Cada quien con su opinión, claro, pero qué nivel de discusiones!
Lo cierto es que la vía rápida del proyecto de jornadas 4-3 está estancada, y este intento de sacarla adelante también fracasó. El camino está lleno de obstáculos, y cada vez parece más difícil llegar a un acuerdo. Las presiones políticas, los intereses económicos y las diferentes visiones sobre el futuro del trabajo complican aún más la situación. Veremos qué pasa en las próximas semanas, pero yo, sinceramente, creo que esto va a dar para mucho más debate… y quizás alguna que otra sorpresa.
Después de tanto rodeo y tantos debates, me pregunto: ¿creen ustedes que las jornadas excepcionales de 12 horas son realmente la solución para impulsar la economía nacional, o estamos ante una medida que podría traer más perjuicios que beneficios? Déjenme saber sus opiniones en el foro, ¡quiero escuchar sus puntos de vista!
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		