¡Ay, Dios mío! Esto sí que es novela. El OIJ y el Ministerio Público dieron en la tecla con un operativo que sacudió al país entero. Hablamos de 64 allanamientos simultáneos en cinco provincias, y lo que encontraron… ¡ufff! Una verdadera torta, pero de las buenas para la seguridad nacional.
Por años, los hermanos Picado Grijalva, conocidos como “Shock” y “Noni”, han operado un esquema narcos que parecía indestructible. Se estima que dirigían el llamado Cártel del Caribe Sur, dedicándose al tráfico de drogas y lavado de activos a gran escala. La Fiscalía ha estado tras sus pasos desde hace tiempo, juntando pruebas y armando este golpe maestro. Parece que a estos les jugó una mala jugada creerse intocables, ¡diay!
Lo más impactante de todo es la magnitud del decomiso. Estamos hablando de 68 armas de fuego, ¡imagínate!, entre fusiles AR-15, pistolas automáticas y rifles de asalto. Uno de los operativos, allá por La Guácima, sacó a relucir 56 armas que parecían destinadas a defender sus negocios ilícitos con balas. Con ese arsenal, podían haberle puesto las cosas difíciles hasta al Grupo Rojo, ¿eh?
Pero eso no es todo. Las autoridades también se toparon con vehículos de lujo, algunas unidades blindadas, ¡a todo dar! Además, lanchas rápidas equipadas con motores de 400 caballos de fuerza, listas para evadir la vigilancia del Guardacostas y seguir moviendo su mercancía prohibida por el Caribe. No se andaban jugando en cortito, estaban bien preparados, literalmente con toda la onda.
Y el dinero... ¡pues ahí estaba! Sumas considerables en efectivo, pero lo más grave eran las cuentas bancarias repletas, con más de ¢200 millones ya congelados por orden judicial. El OIJ todavía está haciendo cuentas, pero calculan que el valor total de los bienes decomisados, incluyendo propiedades y vehículos, supera los ¢2 mil millones. ¡Una fortuna, vamos!
Durante más de cuatro años, el OIJ ha estado rastreando el flujo de drogas proveniente de Sudamérica. Lograron interceptar 13,7 toneladas de marihuana y cocaína, divididas en dos grandes operaciones. Parte de esas cargas llegaron a la isla de Chira y otros puntos estratégicos del Caribe Sur, desde donde se distribuían tanto dentro del país como hacia mercados europeos y estadounidenses. Este brete era serio, hermano.
Además de los hermanos Picado Grijalva, varias personas relacionadas con la organización han sido arrestadas. Se espera que en los próximos días haya más capturas, a medida que avanza la investigación y se revelan nuevas conexiones. Ya sabemos que estos tipos tenían gente por todos lados, así que la limpieza va a ser larga, pero necesaria. Que no se escuden en viejas amistades, porque la ley es igual para todos, chunches.
Esta operación representa un duro golpe al narcotráfico en Costa Rica, pero también plantea interrogantes sobre cómo pudieron operar tan abiertamente durante tanto tiempo. ¿Faltó control? ¿Hubo complicidades? ¿Cómo podemos fortalecer nuestras instituciones para evitar que esto vuelva a suceder? ¿Ustedes creen que con este tipo de acciones realmente podremos acabar con el narcotráfico en nuestro país, o es solo un paliativo temporal?
Por años, los hermanos Picado Grijalva, conocidos como “Shock” y “Noni”, han operado un esquema narcos que parecía indestructible. Se estima que dirigían el llamado Cártel del Caribe Sur, dedicándose al tráfico de drogas y lavado de activos a gran escala. La Fiscalía ha estado tras sus pasos desde hace tiempo, juntando pruebas y armando este golpe maestro. Parece que a estos les jugó una mala jugada creerse intocables, ¡diay!
Lo más impactante de todo es la magnitud del decomiso. Estamos hablando de 68 armas de fuego, ¡imagínate!, entre fusiles AR-15, pistolas automáticas y rifles de asalto. Uno de los operativos, allá por La Guácima, sacó a relucir 56 armas que parecían destinadas a defender sus negocios ilícitos con balas. Con ese arsenal, podían haberle puesto las cosas difíciles hasta al Grupo Rojo, ¿eh?
Pero eso no es todo. Las autoridades también se toparon con vehículos de lujo, algunas unidades blindadas, ¡a todo dar! Además, lanchas rápidas equipadas con motores de 400 caballos de fuerza, listas para evadir la vigilancia del Guardacostas y seguir moviendo su mercancía prohibida por el Caribe. No se andaban jugando en cortito, estaban bien preparados, literalmente con toda la onda.
Y el dinero... ¡pues ahí estaba! Sumas considerables en efectivo, pero lo más grave eran las cuentas bancarias repletas, con más de ¢200 millones ya congelados por orden judicial. El OIJ todavía está haciendo cuentas, pero calculan que el valor total de los bienes decomisados, incluyendo propiedades y vehículos, supera los ¢2 mil millones. ¡Una fortuna, vamos!
Durante más de cuatro años, el OIJ ha estado rastreando el flujo de drogas proveniente de Sudamérica. Lograron interceptar 13,7 toneladas de marihuana y cocaína, divididas en dos grandes operaciones. Parte de esas cargas llegaron a la isla de Chira y otros puntos estratégicos del Caribe Sur, desde donde se distribuían tanto dentro del país como hacia mercados europeos y estadounidenses. Este brete era serio, hermano.
Además de los hermanos Picado Grijalva, varias personas relacionadas con la organización han sido arrestadas. Se espera que en los próximos días haya más capturas, a medida que avanza la investigación y se revelan nuevas conexiones. Ya sabemos que estos tipos tenían gente por todos lados, así que la limpieza va a ser larga, pero necesaria. Que no se escuden en viejas amistades, porque la ley es igual para todos, chunches.
Esta operación representa un duro golpe al narcotráfico en Costa Rica, pero también plantea interrogantes sobre cómo pudieron operar tan abiertamente durante tanto tiempo. ¿Faltó control? ¿Hubo complicidades? ¿Cómo podemos fortalecer nuestras instituciones para evitar que esto vuelva a suceder? ¿Ustedes creen que con este tipo de acciones realmente podremos acabar con el narcotráfico en nuestro país, o es solo un paliativo temporal?
